La reducción de la sal en la dieta es una de las medidas recomendadas en el Plan de Acción mundial para la prevención y control de las enfermedades no transmisibles (ENT) 2013-2030, aprobado por la 66ª Asamblea Mundial de la Salud, en donde además se establece una meta voluntaria para la reducción relativa del 30% en el consumo medio de sal/sodio en la población para el 2025, que es esencial para alcanzar el objetivo de reducir en un 25% la mortalidad prematura por ENT. En el 2018, la OMS publicó la guía técnica SHAKE, concebida para ayudar a los Estados Miembros a elaborar, implementar y monitorear diversas estrategias encaminadas a reducir el consumo de sal en la población.

El exceso de sal en la dieta incrementa la presión arterial causando aproximadamente el 30% de la prevalencia de hipertensión, y también se le ha vinculado con el cáncer de estómago, empeoramiento de asma, osteoporosis (huesos debilitados), cálculos renales, insuficiencia renal, y con la obesidad, ya que los alimentos salados causan sed, la que se quita consumiendo bebidas con un alto contenido de azúcar. Según las estimaciones de la OMS el consumo de sodio a nivel mundial es de 4310 mg (10.78 g de sal), muy por encima de la recomendación de no consumir más de 2000 mg de sodio (5g de sal) al día. Los afrodescendientes son especialmente susceptibles a los efectos adversos de la presión arterial debido al excesivo consumo de sal.

La presión arterial alta contribuye en al menos el 40% de todas las enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares, que representan a su vez el 45% de las enfermedades no transmisibles. La hipertensión es un riesgo de salud importante en las Américas, en donde se estima que entre el 20.7% y el 56.4% de la población adulta de 30 a 79 años en los Estados Miembros de la OPS tiene hipertensión. La reducción del consumo de sal en la población es la medida de salud pública más costo-eficaz para bajar la presión arterial y la mortalidad.

Datos clave
Papas fritas en un paquete blanco sobre una encimera marrón con granos de sal esparcidos
  • Se estima que el mayor número de muertes relacionadas con la alimentación, unas 1.89 millones de muertes por año, están asociadas con el consumo de sodio. una causa bien establecida de la hipertensión arterial y responsable de unos 10.8 millones de muertes en el 2019.
  • La OMS recomienda consumir menos de 5 gramos de sal o 2,000 miligramos de sodio al día; en las Américas, las personas consumen hasta el triple de esta cantidad y todos los grupos de edad, incluso los niños, están afectados.
  • Se calcula que los costos directos e indirectos de la presión arterial aumentada representan del 5% al 15% del PBI en los países de ingresos altos, y del 2,5% al 8% en América Latina y el Caribe.

En muchos países, tres cuartas partes del sodio en la alimentación proviene de alimentos procesados, como pan, cereales y granos procesados y ultraprocesados, carnes procesadas, quesos, snacks salados, salsas y aderezos y embutidos. Una forma efectiva de reducir el consumo poblacional de sodio es reduciendo el contenido de sodio en alimentos de consumo frecuente.
Respuesta de la OPS

La OPS apoyó la preparación de la "Declaración de consenso y las metas regionales de reducción de la sal para grupos de alimentos seleccionados para las Américas" del 2015 fue de los integrantes del Consorcio "Cuídate de la Sal" (gobiernos, sociedad civil y sector privado) que incluía metas regionales y los roles de cada miembro en los próximos pasos. Además de establecer metas regionales voluntarias sobre la reducción del consumo de sal en productos procesados y un marco temporal para su cumplimiento, la Declaración indicó que se revisarían periódicamente.

La OPS brinda asistencia técnica a sus Estados Miembros para la implementación de las líneas de acción de la Guía técnica para reducir el consumo de sal SHAKE Menos Sal, Más Salud, desarrollada y publicada por la Organización Mundial de la Salud en 2016. Esta guía técnica describe políticas e intervenciones de éxito comprobado para reducir el consumo de sal en las siguientes líneas de acción:

  • Surveillance (Vigilancia): medir y monitorear el consumo de sal
  • Harness (Movilización del sector): promover la reformulación de alimentos y comidas para que tengan menos sal
  • Adopción de normas: establecer normas eficaces y exactas para el etiquetado y promoción de los productos alimenticios.
  • Knowledge (Conocimiento): Educar y comunicar para que la población entienda que es importante consumir menos sal.
  • Entorno: lograr entornos que favorezcan la alimentación saludable

Las políticas de reducción de sal enfocadas específicamente a la industria alimentaria son necesarias y relevantes, y deben ser implementadas de forma obligatoria. La OPS/OMS ha desarrollado diferentes herramientas para apoyar a sus Estados Miembros, incluyendo las nuevas metas regionales actualizadas de la OPS para reducción de sodio, desarrolladas en colaboración con la Universidad de Toronto y presentadas en octubre del 2021. Estas metas incluyen límites máximos para 75 subcategorías, que caen dentro de 16 categorías principales de alimentos. Una reducción del 15% y 30% fueron calculadas para el 2022 y 2025, respectivamente, a partir de niveles medidos de sodio al percentil 50º. Si el valor calculado para 2025 (reducción del 30%) estaba por debajo del percentil 25º, el percentil 25º fue utilizado como la meta para el 2025.

Las metas regionales actualizadas de la OPS para reducción de sodio son una herramienta esencial para enfrentar la carga de enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación.

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