Luego del nacimiento, el contacto piel a piel inmediato facilita el mantenimiento de la temperatura del bebé durante su transición a la vida fuera del útero, a la vez que potencia la secreción de calostro en la persona puérpera y genera el ambiente propicio para el inicio de la lactancia.
Al igual que los recién nacidos a término, los recién nacidos prematuros tienen derecho al beneficioso contacto piel a piel con su madre en el momento inmediato al nacimiento. En caso de cuidados intensivos se recomienda durante todo el período de internación, siempre que su estabilidad clínica lo permita.
En los bebés prematuros, el contacto piel a piel durante el período de internación puede implementarse las 24 horas de manera continua. Si esto no fuera factible, puede ser realizado de manera intermitente con la mayor frecuencia posible.
Cuando se practica durante todo el período de internación, el contacto piel a piel se asocia con:
A. Disminución de la mortalidad neonatal hasta el primer año de vida.
B. Mayores tasas de lactancia exclusiva o parcial.
C. Velocidad y magnitud de ganancia de peso comparables a las de los prematuros mantenidos en incubadoras.
D. Optimización del vínculo de apego.
Los recién nacidos prematuros, al igual que los de término, se benefician del contacto piel a piel en el momento inmediato al nacimiento y también luego, durante el período de internación, aún si requieren cuidados intensivos.