Washington, DC, 29 de septiembre de 2016 (OPS/OMS)- Expertos de Estados Unidos, Jamaica, México y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) coincidieron en la necesidad de considerar la evidencia científica disponible como base para la formulación de las políticas relativas al uso de sustancias psicoactivas en la región. 

"El impacto de los cambios en la regulación o legalización de sustancias controladas como el cannabis, incluso para fines terapéuticos, debe ser evaluado para que exista la evidencia científica necesaria para proporcionar la base de evidencia que informe de manera óptima las políticas y la atención de salud", afirmó la Directora de la OPS, Carissa F. Etienne.

Según el Informe Mundial sobre las Drogas 2016 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), se estima que 85 millones de personas consumen sustancias psicoactivas ilícitas en la región de las Américas, principalmente cannabis (con aproximadamente 50 millones de usuarios); opiáceos (con 15 millones); y los estimulantes de tipo anfetamina y la cocaína (con 10 millones cada una).

Durante un evento paralelo al 55o Consejo Directivo de la OPS, que se desarrolla esta semana en Washington, Etienne consideró que "el problema mundial de las drogas constituye una grave amenaza para la salud pública y para la seguridad y el bienestar de la humanidad". El encuentro tuvo lugar cinco meses después de la Sesión Especial de Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGASS) 2016 dedicada a las drogas. 

Las políticas globales de drogas están cambiando de un enfoque predominantemente punitivo y represivo hacia políticas más equilibradas e integrales, que ponen de relieve los aspectos de salud pública con intervenciones basadas en la evidencia científica, centradas en personas en lugar de las sustancias. 

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En ese sentido, Isabella Danel, Directora Adjunta de la OPS, señaló que se debe realizar "un adecuado seguimiento y evaluación" de las experiencias de legalización o despenalización del consumo del cannabis en la región, "para evaluar el impacto en la salud a largo plazo y las consecuencias sociales". 

Ruben Baler, del Instituto Nacional del Abuso de Drogas (NIDA) de los Estados Unidos, consideró que "no hay una política de drogas que funciones para todos los países", pero pidió que las que se formulen o modifiquen estén "basadas en la evidencia" y tengan en cuenta los efectos de estas sustancias en la salud. 

Según el experto, la evidencia muestra que el riesgo de adicción es diferencial, que la adicción es una enfermedad crónica del cerebro que dura años y requiere tratamiento a largo plazo, y que el riesgo de volverse adicto aumenta las drogas comienzan a usarse a edades tempranas. Por otro lado, recomendó tener en cuenta las lecciones aprendidas de la lucha contra el tabaco.

Durante la sesión también participó el jefe de Servicios Médicos de Jamaica, Winston de la Haye, quien contó los desafíos que ha enfrentado su país desde la despenalización del consumo de marihuana hace aproximadamente un año y las dificultades actuales de obtener recursos para campañas de prevención con el fin de  proteger a adolescentes y jóvenes. 

Por su parte, Luis Alfonso de Alba, embajador permanente de México ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), contó los alcances del nuevo acuerdo global alcanzado en la ONU en abril pasado, que cambia el enfoque del combate a las drogas de uno concentrado en los actos delictivos a otro que busca promover acciones para reducir su consumo teniendo en cuenta los daños que generan para la salud.  Además, pone el acento en la protección de los derechos humanos.

El embajador de México, uno de los países de la región que han liderado el tema en las Naciones Unidas, afirmó que "debe haber una plena participación e involucramiento del sector salud en el tema" y pidió fortalecer el trabajo entre la OEA y la OPS en este sentido.

A su turno, el asesor regional sobre Abuso de Sustancias de la OPS, Luis Alfonzo, remarcó la importancia de que las nuevas regulaciones tengan fundamento en la evidencia y subrayó la "necesidad urgente de contar con más evidencia para apoyar las decisiones políticas". 

Enlaces

- Dimensión de la salud pública del problema mundial de drogas después de la UNGASS 2016 y el rol de la evidencia científica