Violencia contra mujeresWashington, D.C., 30 de septiembre de 2014 (OPS/OMS)- La salud debe tener un papel importante en la prevención y respuesta a la violencia contra las mujeres y los niños, coincidieron hoy expertos de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) y representantes de gobiernos de las Américas, al participar en un evento sobre organizado en el marco del 53º Consejo Directivo de la OPS.

"Una en tres mujeres experimentará violencia sexual o física por parte de una pareja o violencia sexual por parte de personas distintas de su pareja durante su vida, mientras que el 38% de los asesinatos de mujeres en todo el mundo son cometidos por una pareja actual o anterior, afirmó la Directora de la OPS, Carissa F. Etienne, al presentar el evento "Violencia contra las mujeres: de la evidencia a la acción".

Esto se traduce no sólo en lesiones físicas o la muerte, pero también tiene impactos poco reconocidos en la salud de mujeres y de niños, como por ejemplo en la salud mental, o el abuso de sustancias y los embarazos no deseados.

"Este es un problema de gran magnitud, con muchas implicaciones para la salud", subrayó. "La salud tiene un papel que jugar tanto en la prevención como en la respuesta", afirmó la Directora de la OPS, quien añadió que también en este tema se necesita una respuesta de varios sectores  y no sólo de la salud.

Panel de prevención de violencia

Llamó a terminar contra este tipo de violencia y a tomar acciones en ese sentido.

La violencia contra mujeres y niños no sólo es una violación de los derechos humanos, sino también un problema grave de salud pública que merece especial atención, dijo Alessandra Guedes, asesora regional en violencia familiar de la OPS/OMS. En particular, porque  puede ser visto como algo socialmente aceptable o un asunto privado, y carece de sanciones penales robustas o no se denuncia, explicó. Además, la evidencia muestra la naturaleza cíclica de la violencia contra las mujeres y los niños, en tanto los niños que son testigos están en mayor riesgo de ejercer la violencia o ser víctimas de ella en la edad adulta.

Sin embargo, algunas acciones específicas del sector salud pueden contribuir a dar la respuesta necesaria a este problema, por ejemplo, con la recolección de datos sobre la prevalencia y el uso de estrategias de salud pública para cambiar las normas sociales. También en la atención integral a las sobrevivientes de esta violencia y la notificación a los servicios de apoyo jurídico y social pueden ayudar en esa respuesta.

Brasil, Canadá y El Salvador presentaron acciones específicas que están adoptando para este tema.

Jarbas Barbosa, viceministro de Vigilancia de la Salud de Brasil, explicó cómo el sector de la salud en su país fue tomando un papel más fuerte en la respuesta a la violencia contra la mujer. Destacó las distintas normas que se han aprobado en los últimos diez años y cómo apoyó el enfoque desde la salud, con énfasis también en el entrenamiento del personal de salud, así como el trabajo con otros sectores para fortalecer la respuesta.

Kimberly Elmslie, viceministra Adjunta de Promoción de la Salud y Enfermedades Crónicas Subdivisión de Prevención de la Agencia de Salud Pública de Canadá, se refirió a cómo su país ha ido fortaleciendo la capacitación de los profesionales de la salud con información y herramientas, para que pudieran dar un apoyo más efectivo a mujeres y niños víctimas de la violencia.

Por su parte, Eduardo Antonio Espinoza Fiallos, Viceministro de Políticas de Salud del Ministerio de Salud de El Salvador, se refirió a las inequidades y su incidencia en la violencia contra la mujer y los niños. En tanto, Alvina Bertram Reynolds, del Ministerio de Salud de Santa Lucía, moderó el panel.

Enlace al sitio web del evento con la hoja de infografía y realidad

Puede ver y escuchar el evento entero en este enlace