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Un freno a la rabia en Bolivia

Aumentan los casos

2017 es el año con más casos de rabia canina y fallecimientos por rabia humana de los últimos diez años en Bolivia.

Hasta agosto de ese año se registraron 758 perros con rabia en todo el país, casi cinco veces más que en 2016, según datos del Programa Nacional de Zoonosis del Ministerio de Salud.

El 90% de los casos de rabia canina se concentraron en dos departamentos del país: Santa Cruz, al oriente, con 539 casos, y Oruro, en la zona andina, con 123 casos.

El país en alerta

El 28 de septiembre de 2017, durante el Día Mundial contra la Rabia, el Ministerio de Salud de Bolivia emitió una alerta sanitaria con el fin de reforzar las acciones de prevención de la enfermedad. Desde entonces, dos campañas de vacunación antirrábicas han sido puestas en marcha para proteger a todos los perros y gatos.

Comunicar el riesgo

La comunicación fue una de las acciones prioritarias para alertar a la población boliviana sobre el riesgo de la transmisión de la rabia canina.

Antes, durante y después de las campañas de vacunación, las autoridades de salud, mediante vocería y diversos medios de comunicación, informaron sobre la importancia de acudir a los servicios de salud en caso de agresión de un perro, para administrar la profilaxis y así prevenir la transmisión del virus.

Los mensajes también se enfocaron en alertar a las personas sobre la presencia de perros con rabia en la calle y evitar el contacto con éstos; la vacunación de aquellos perros que tenían dueño pero permanecían en las calles; así como el especial cuidado de los niños al tener contacto con los canes aun siendo cachorros.

Trabajo en equipo

Los diferentes niveles de atención del Ministerio de Salud pusieron a disposición recursos humanos, económicos y logísticos para llegar a todo el territorio nacional.

El país hizo el esfuerzo en incorporar procesos de microplanificación para las campañas de vacunación. Se trabajó con aliados estratégicos como las redes de salud, las universidades públicas y privadas, los colegios de veterinarios, las juntas de vecinos, los medios de comunicación, las fuerzas armadas, la policía y miles de brigadistas, que se convirtieron en vacunadores, registradores y supervisores de las actividades.

Visita casa por casa

Durante la más reciente campaña de vacunación antirrábica, un contingente de supervisores, vacunadores y registradores compuesto por 19.725 brigadas se desplazaron por áreas urbanas y rurales para instalar puntos fijos de inmunización en parques, canchas, unidades educativas, centros de salud; y realizar visitas casa por casa.

Desde tempranas horas, los brigadistas recorrieron las viviendas en busca de caninos para vacunarlos y así detener la transmisión del virus en barrios con alta prevalencia de rabia canina.

Identificación de los caninos

Algunas de las recomendaciones clave durante la vacunación antirrábica fue la entrega del carné de vacunación y el cintillo de identificación del perro.

Esta identificación permitió a los programas de zoonosis hacer los controles de cobertura post vacunación, especialmente en aquellos lugares con alta incidencia del virus.

Movilización ciudadana

Durante la campaña antirrábica en 2018, la movilización de los ciudadanos permitió alcanzar coberturas por encima del 85%.

La topografía de la Ciudad de la Paz, ceñida de montañas y una hoyada, no fue obstáculo para que los vecinos de las laderas llegaran hasta los sitios más altos donde fueron instalados los puestos de vacunación.

Una tarea colectiva permanente

El control de la transmisión de la rabia es una labor que involucra permanente vigilancia epidemiológica intersectorial, microplanificación, detección oportuna de casos, mantenimiento de las coberturas de vacunación, control de focos, capacidad de respuesta de los laboratorios de referencia en el diagnóstico de la rabia canina, así como la participación comunitaria.

Rumbo a la eliminación

Con la movilización de más de 59 mil vacunadores y tres millones de dosis de vacunas adquiridas con recursos propios, Bolivia realiza grandes esfuerzos para avanzar hacia la meta regional de eliminar la rabia como problema de salud pública para 2022.

La OPS/OMS apoya técnicamente al Ministerio de Salud de Bolivia en el control de la transmisión de la rabia, mediante la capacitación del personal para el fortalecimiento de las acciones de vigilancia y control del virus.

Credits:

OPS/OMS

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