La pandemia de COVID-19 destacó la importancia y la utilidad de la telemedicina, para proporcionar una manera de poner en contacto a pacientes y profesionales de la salud cuando no es posible una consulta en persona.

Las teleconsultas son una forma segura y efectiva de evaluar los casos sospechosos de COVID-19 y de guiar el diagnóstico y el tratamiento del paciente, minimizando el riesgo de transmisión de la enfermedad. La telemedicina también permite que muchos de los servicios clínicos clave continúen operando regularmente y sin interrupción en el transcurso de una emergencia de salud pública.

La legislación sobre telemedicina varía en los diferentes países, pero cualquier institución de salud interesada en implementar servicios de telemedicina deberá evaluar su nivel de madurez antes de hacerlo.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) crearon esta herramienta de medición del nivel de madurez de las instituciones de salud para implementar servicios de telemedicina (arriba) para ayudar con esa tarea. La herramienta fue creada en colaboración con instituciones y expertos en telemedicina y el uso de TI en salud pública de la Región de las Américas y España. Son:

  • División de Protección Social y Salud del Banco Interamericano de Desarrollo
  • Departamento de Informática en Salud del Hospital Italiano de Buenos Aires (Centro Colaborador de la OPS/OMS para Sistemas de Información y Salud Digital)
  • Universitat Oberta de Catalunya (Centro Colaborador de la OPS/OMS en Cibersalud)
  • Centro de Informática de la Salud de la Universidad de Illinois (Centro Colaborador de la OPS/OMS para Sistemas de Información para la Salud)
  • Salud.uy, Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información (AGESIC)
  • Red Universitaria de Telemedicina de Brazil (RUTE)
  • Red Centroamericana de Informática en Salud (RECAINSA)
  • Red de expertos de la OPS en sistemas de información para la salud (IS4H).

La OPS y el BID no garantizan ni pueden garantizar el rendimiento ni los resultados que se puedan obtener del uso de la herramienta. La OPS y el BID no ofrecen garantías ni tampoco asumen responsabilidad alguna por la exactitud, integridad o utilidad de la información proporcionada. La exención de responsabilidad se extiende a toda falla de funcionamiento, error, omisión, interrupción, eliminación, defecto, retraso en la operación o transmisión, virus informático, fallo de comunicación, incumplimiento o destrucción. Además, ni la OPS ni el BID serán responsables de ningún daño, reclamación, coste o pérdida relacionadas o que puedan derivarse del uso, uso inapropiado o imposibilidad de uso de la herramienta.

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