La cooperación técnica de la OPS contribuyó a lograr muchos éxitos en los países y a nivel regional y subregional durante el período de este informe. Sin embargo, todavía quedan muchos retos por delante. Al avanzar con una nueva conducción, una nueva estructura y un compromiso renovado, la Organización debe afrontar esos retos aprovechando sus logros y aprendiendo de la experiencia. A continuación se ponen de relieve algunas de las principales enseñanzas extraídas de los programas de cooperación técnica de la OPS durante el 2012 y el 2013 con miras a mejorar la eficacia de la Organización en los próximos años.

niño sonriendo en HaitíLa inequidad en materia de salud sigue siendo uno de los retos de salud pública más importantes en la Región de las Américas que, en términos económicos, es una de las regiones más desiguales del mundo. La cooperación técnica de la OPS procura reducir las inequidades en torno a la salud mediante esfuerzos para ampliar el acceso a los servicios de salud, avanzar hacia la cobertura universal de salud y abordar los determinantes sociales de la salud. Se han extraído varias enseñanzas de la labor que se llevó a cabo en el último año.

La mayor parte de los países de la Región reconocen que la salud es un derecho básico y aun aquellos que no han incorporado este derecho en su constitución actúan conforme a tratados o acuerdos internacionales que incluyen el concepto de la atención de la salud como un derecho. No obstante, garantizar la atención de salud como un derecho también requiere la creación de marcos jurídicos y normativos que permitan la formulación de políticas de salud orientadas a la protección social y al logro de la cobertura universal de salud. La OPS desempeña un papel fundamental en la búsqueda y la promoción del consenso sobre estos importantes temas y en la colaboración para abordar los retos más técnicos.

Es importante reconocer que no hay una vía única para impulsar la cobertura universal; los países deben avanzar hacia esta meta a su propio ritmo y según sus necesidades individuales. Sin embargo, en casi todos los casos, los esfuerzos para avanzar hacia la cobertura universal de salud tienen mayores repercusiones y sostenibilidad cuando se incluye a la sociedad civil y al sector privado en todo el proceso.

Las instituciones de seguridad social son importantes aliados en potencia para alcanzar la meta de la cobertura universal de salud. En su calidad de principales prestadores de asistencia sanitaria en muchos países, tienen apreciaciones valiosas con respecto al desarrollo de los servicios y los modelos de atención. La OPS puede promover la coordinación eficaz y el diálogo productivo entre estos y otros posibles aliados bajo el liderazgo de las autoridades de salud de cada país.

Es también esencial incluir a las comunidades y las autoridades municipales de las zonas subatendidas o en riesgo en los esfuerzos para impulsar la cobertura universal de salud así como en otras iniciativas de salud. La colaboración entre las autoridades de salud y los actores locales a menudo revela los retos y los costos de la inequidad en materia de salud que, de otro modo, permanecerían ocultos.

médica examinando a bebéLos esfuerzos encaminados a aumentar la acción intersectorial son fundamentales para abordar los determinantes sociales de la salud y reducir las inequidades en torno a la salud. Esto requiere la participación y coordinación de sectores ajenos al de la salud y la firme promoción de la inclusión de la salud en todas las políticas. Igualmente importante es una sólida capacidad institucional de reunir evidencia sobre las desigualdades en materia de salud, las repercusiones de las políticas y los programas sobre la equidad en salud y el logro progresivo de la cobertura universal de salud. Invariablemente, será esencial que los datos —especialmente los relacionados con los determinantes sociales de la salud— se desglosen al nivel local para determinar mejor las carencias sanitarias de las poblaciones vulnerables y para elaborar intervenciones apropiadas.

Las alianzas estratégicas con otros actores son cada vez más importantes para el trabajo de la OPS y para mejorar la salud en la Región. La Organización tiene una larga trayectoria de asociaciones exitosas con otros sectores gubernamentales —incluidos los de agricultura y ganadería, y de educación— así como con organizaciones no gubernamentales y religiosas, universidades, fundaciones, otros organismos dedicados al desarrollo y las comunidades. La OPS también ha sido un facilitador clave de la cooperación horizontal, especialmente la cooperación Sur-Sur, y triangular para intercambiar conocimientos especializados y tecnologías, y para promover, documentar e intercambiar las mejores prácticas y las enseñanzas. Al avanzar, se debe fortalecer y ampliar esta labor como una prioridad máxima en el trabajo de cooperación técnica de la OPS.

La estrategia de la OPS con respecto a la cooperación centrada en los países subraya la necesidad de definir y atender las necesidades y prioridades específicas de cada país, de coordinar la cooperación con otros actores presentes en el país y de promover la sostenibilidad mediante el aumento de la capacidad y el liderazgo de los países. Es vital que el país sienta esta estrategia como propia no solo para el éxito de la cooperación técnica sino también para la sostenibilidad de los logros. Esto requiere la armonización de los programas de cooperación técnica con las políticas y las prioridades nacionales establecidas. Los interesados directos clave deben participar en el proceso de consulta y en la ejecución, así como en el seguimiento y la recopilación de datos. Esto no solo garantiza un mayor compromiso y aprobación, también fortalece la capacidad de liderazgo de los países.


Enseñanzas de la Agenda de Salud para las Américas

madre joven con su hijo

En el 2012, se llevó a cabo una evaluación de mitad de período de la Agenda de Salud para las Américas 2008–2017 y, tras la presentación de un informe preliminar a la 28.ª Conferencia Sanitaria Panamericana (documento CSP28/6), a principios del 2013 se preparó el informe final (documento SPBA7/4). La evaluación fue un proceso dirigido por los países que incluyó a los 35 Estados Miembros de la OPS, cinco entidades de integración subregional y 19 organismos de las Naciones Unidas y otros organismos de cooperación.

En el informe final se llegó a la conclusión de que, en sus primeros cinco años, la Agenda de Salud para las Américas se había usado en la preparación de numerosos planes, políticas y estrategias de salud a nivel nacional y en un “grado razonable” a nivel subregional, pero que solo había sido utilizada en un grado limitado por otras organizaciones internacionales. En el informe se encontró un progreso importante en todas las ocho áreas de acción,* pero se expresó inquietud con respecto a las tendencias de los indicadores de la mortalidad materna, el dengue, la tuberculosis, la infección por el VIH, la obesidad y el gasto público destinado a la salud en contraste con los costos de los servicios de salud para los pacientes.

En el informe se hicieron algunas recomendaciones para la aplicación de la agenda durante los próximos cinco años, que incluyen:

  • Una difusión más enérgica de la agenda y la promoción de su aplicación a nivel subnacional, nacional y regional, y en otros sectores y en las organizaciones internacionales.
  • La intensificación de los esfuerzos de los países en las áreas que han tenido un progreso mínimo, como la mortalidad materna, el dengue, la tuberculosis, la obesidad, las enfermedades crónicas y sus factores de riesgo, los sistemas de protección social y el incremento del gasto público nacional en materia de salud.
  • Una mejor recopilación de datos a fin de facilitar la vigilancia del progreso en la aplicación de la agenda.
  • Más investigaciones sobre aspectos como los determinantes sociales de la salud, las enfermedades no transmisibles y sus factores de riesgo, las repercusiones de la atención calificada del parto sobre la mortalidad materna e infantil, y las desigualdades en materia de salud.
  • La promoción más enérgica de la agenda dentro de la Oficina Sanitaria Panamericana y externamente con los asociados de la OPS en el ámbito del financiamiento, y en los acuerdos de colaboración.

*Fortalecer la autoridad sanitaria nacional; abordar los determinantes de la salud; aumentar la protección social y el acceso a los servicios de salud de calidad; disminuir las desigualdades en materia de salud entre los países y las inequidades dentro de ellos; reducir los riesgos y la carga de enfermedad; fortalecer la gestión y el desarrollo de los trabajadores de la salud; utilizar los conocimientos, la ciencia y la tecnología; y fortalecer la seguridad sanitaria.


La capacidad de los recursos humanos debe ser una consideración predominante en toda la cooperación técnica, ya que puede facilitar u obstaculizar su éxito. En el área de las enfermedades no transmisibles, por ejemplo, un mayor compromiso político no se ha traducido automáticamente en recursos humanos adecuados para la gestión de los programas nacionales contra las ENT, la aplicación de estrategias o una mayor calidad a nivel de la atención prestada al paciente. La programación de la cooperación técnica debe procurar que los países tengan planes estratégicos sobre recursos humanos que estén bien alineados con los proyectos y los programas.

equipo de emergencias y desastresLas alianzas con las organizaciones internacionales y las asociaciones profesionales pertinentes pueden contribuir a ejercer un efecto multiplicador de la asistencia técnica y potenciar al máximo el uso de los recursos (“hacer más con menos”), algo que es especialmente importante a la luz de las dificultades económicas mundiales. El mejoramiento de la coordinación entre los asociados también puede conducir a mejores resultados; sin embargo, en muchos casos la función y las responsabilidades de la OPS y otros aliados deben ser redefinidas o ajustadas para abordar mejor las necesidades del proyecto. Los esfuerzos conjuntos de comunicación y la coordinación de los problemas prioritarios de salud han conducido a una mayor participación y compromiso de diversos interesados directos y comunidades.

La necesidad de una coordinación más eficaz es particularmente imperiosa en el caso de emergencias y desastres. Aunque la mayoría de los países de la Región ahora tienen capacidad para responder a emergencias menores o moderadas sin apoyo internacional, responder a desastres importantes y coordinar la asistencia internacional masiva sigue siendo un reto considerable. Los ministerios de salud deben asumir el liderazgo en el establecimiento de mecanismos de coordinación en el sector de la salud para recibir y prestar ayuda humanitaria internacional. También es necesario contar con mejores mecanismos para coordinar la participación de los distintos actores en el Grupo de Acción Sanitaria y asegurar su adaptabilidad a los contextos nacionales, idealmente mediante la participación de menos actores que sean más especializados. Esto ayudaría a crear sinergias entre los organismos.

Pregnancy and wellnessOtra enseñanza importante es la necesidad fundamental de fortalecer el trabajo interprogramático. Los programas regionales para el control integrado de las enfermedades infecciosas desatendidas son un ejemplo, puesto que han sido ejecutados conjuntamente por los programas de inmunización, de nutrición, de atención integrada de las enfermedades prevalentes de la infancia (AIEPI), y de lucha contra la tuberculosis y la malaria. Una mayor coordinación interprogramática en cuanto a la salud ocupacional y medioambiental podría ayudar a reducir una carga considerable de enfermedades transmisibles y no transmisibles.

El énfasis continuo en las redes integradas de servicios de salud basados en estrategias de atención primaria de salud es esencial para superar la segmentación y la fragmentación continua de los sistemas de salud de muchos países. Junto con el fortalecimiento y la descentralización de los sistemas de salud, la integración debe seguir siendo una prioridad transversal para el logro y la sostenibilidad de la cobertura universal de salud.

Una parte esencial de estos esfuerzos es la integración de la atención de la salud mental en los servicios de atención primaria. Esto es fundamental para reducir la gran brecha en cuanto al tratamiento para las personas con trastornos mentales: más de dos tercios de esos pacientes no reciben ningún tipo de atención para su trastorno. Al mismo tiempo, queda por delante mucho trabajo para reformar los servicios psiquiátricos y transformar radicalmente el antiguo modelo del “asilo” en la atención psiquiátrica hospitalaria en un modelo de atención basado en la comunidad.

El acceso a información basada en la evidencia para brindar apoyo a la toma de decisiones sigue siendo un reto en muchas áreas de la cooperación técnica. Por ejemplo, en el campo de la reducción de los riesgos de los desastres, los datos sobre los costos de la inversión en la seguridad hospitalaria frente a los costos de los establecimientos dañados y los servicios de salud perdidos son fundamentales para influir en los gobiernos, la opinión pública y los donantes. Promover la investigación dirigida a la salud en otras áreas también sigue siendo esencial para establecer una base de datos para la formulación de políticas, la asignación de recursos y la selección de intervenciones.

Igualmente importante es la elaboración de herramientas y procesos para la evaluación y la sistematización de las experiencias de la cooperación técnica a fin de que sirvan de base para la programación y formulación de políticas. Esto es especialmente pertinente en algunas áreas emergentes de acción, que pueden requerir formas nuevas de cooperación, a menudo con la participación de diferentes disciplinas y sectores. Por ejemplo, están ahora en marcha en la Región varias iniciativas que abordan las inequidades en materia de salud con medidas concernientes a los determinantes sociales de la salud, que no han sido documentadas ni sistematizadas adecuadamente. La OPS puede impulsar este trabajo al ayudar a determinar las repercusiones de las políticas, los programas y las intervenciones de salud sobre la distribución equitativa de los logros en materia de salud en diferentes grupos poblacionales. Los datos probatorios resultantes se pueden usar para definir estrategias, políticas y programas nuevos o para adaptar los ya existentes con el fin de abordar más eficazmente estas cuestiones.

video conferencia y foto de monitorLas nuevas tecnologías de la comunicación ya están cambiando la forma en que la OPS presta cooperación técnica y tienen un gran potencial de generar una reducción de los costos y ampliar el ámbito y el alcance de la colaboración. Tres portales clave de la OPS —la Plataforma Regional sobre Acceso e Innovación para Tecnologías Sanitarias, el Observatorio Regional de Recursos Humanos en Salud, y la Red Colaborativa en Atención Primaria de Salud—proporcionan canales para la comunicación y sirven como repositorios de información estructurada y contextualizada. Las reuniones virtuales pueden, a un costo bajo, complementar eficazmente o sustituir las reuniones presenciales con mayor eficiencia. Sin embargo, este cambio puede requerir un considerable cambio cultural.

El mayor acceso a internet y la creciente prevalencia de los dispositivos móviles están ampliando el público para iniciativas de eSalud y exigen la innovación continua en esta área. Aprovechar al máximo del potencial que ofrecen las nuevas tecnologías de la comunicación en el ámbito de la salud requerirá además un aumento de la capacidad —tanto a nivel regional como de país— en el manejo de nuevas herramientas de comunicación, nuevas fuentes de información y nuevas maneras de recopilar e intercambiar datos.

Las restricciones financieras siguen planteando retos para la Oficina y los Estados Miembros. Esto es más evidente en la búsqueda de la cobertura universal de salud. La mayoría de los países de la Región reconocen el acceso a la atención de salud como un derecho fundamental, pero todos luchan para reunir los recursos necesarios para garantizar este derecho. La cooperación técnica orientada a aumentar la eficiencia en los sistemas de salud e incrementar la capacidad de financiamiento de los sistemas de salud es tan importante como los esfuerzos para hacer más accesible la atención de salud de buena calidad.

La movilización de los recursos financieros es también fundamental para los preparativos y la prevención. Muchos países han incluido la reducción de riesgos de desastres entre las prioridades para el sector de la salud, pero carecen de recursos para hacer las inversiones necesarias en infraestructura sanitaria, servicios esenciales, equipo y capacitación. Es fundamental obtener la participación del sector financiero a fin de fortalecer los preparativos y la prevención, tanto para los desastres como para actividades de salud pública más generales. Es también importante incluir los preparativos y la prevención en la agenda de desarrollo de los países.

Neglected Diseases InfographicEn un contexto de recursos limitados, la concientización, la comunicación y la colaboración intersectorial son especialmente importantes para influir en la opinión pública y movilizar el apoyo político hacia la salud. Por ejemplo, la promoción por parte de la OPS de la necesidad de tomar medidas en relación con las enfermedades infecciosas desatendidas llevó a que varios países las incluyeran en sus agendas nacionales de acción sanitaria y varios donantes han mostrado un interés cada vez mayor en apoyar el trabajo encaminado a eliminar esas enfermedades. La Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles efectuada en el 2011, junto con las resoluciones mundiales y regionales en torno a este tema, han contribuido a movilizar el interés y promover los cambios técnicos necesarios para mejorar la calidad y la eficacia de los programas contra las ENT. De manera análoga, el apoyo de la nueva Directora de la Oficina ha sido fundamental para la adopción de un enfoque que incluya a toda la sociedad en la eliminación de la transmisión del cólera en La Española.

En este entorno de recursos limitados, es esencial forjar alianzas estratégicas con otros organismos, como la Organización de los Estados Americanos, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Una alianza estratégica con la Conferencia Interamericana de Ministros del Trabajo de la Organización de los Estados Americanos, ha ayudado a aumentar la importancia de la salud de los trabajadores en la agenda política regional. Además, la Declaración de San Salvador sobre la enfermedad renal crónica de causas no tradicionales en abril del 2013 hizo hincapié en esta enfermedad, que está devastando comunidades agrícolas de la costa del Pacífico en Centroamérica. Lograr una solución al problema requerirá de la labor conjunta de los científicos, las comunidades agrícolas y las autoridades que se ocupan del medioambiente, el trabajo y la agricultura.

La acción multisectorial seguirá siendo particularmente importante para la cooperación técnica y la promoción de la lucha contra las ENT. La participación de otros sectores, incluidas las organizaciones de la sociedad civil, es fundamental para la reducción de los factores de riesgo de las ENT. Sin embargo, si bien hay ejemplos convincentes de colaboraciones con otros sectores, no todos los proyectos de este tipo han resultado sostenibles. Los esfuerzos para movilizar alianzas en torno a la salud con otros sectores podrían fortalecerse al encontrarse intereses mutuos que puedan servir no solo para las metas de salud sino también para otras metas de políticas públicas.

vacasEn el área de la salud veterinaria, las actividades encaminadas a promover la inocuidad de los alimentos han incluido la sólida colaboración entre la industria, la comunidad académica y los sectores de la salud, la agricultura y la ganadería, el medioambiente y los consumidores. El apoyo del sector privado al Programa Hemisférico para la Erradicación de la Fiebre Aftosa ha incluido el financiamiento esencial y la participación en decisiones políticas y estratégicas que han sido fundamentales para la sostenibilidad de los programas nacionales.

El trabajo con el sector privado, que si bien es deseable y esencial, requiere reglas claras y eficaces en torno a la participación a fin de anticipar posibles conflictos de intereses, tanto reales como percibidos. La consulta interdisciplinaria y el aporte de información —de las áreas de cooperación técnica así como de expertos legales— son una parte esencial del proceso de elaboración de reglas para la participación y de determinación de las posibles dificultades.

Puede ser difícil lograr la aplicación plena de las estrategias y las políticas de salud cuando estas tienen repercusiones en el sector privado. Los intereses industriales han organizado una fuerte oposición a las medidas encaminadas a brindar apoyo a la lactancia materna, reglamentar la comercialización y la publicidad de los alimentos procesados, y aplicar las disposiciones del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco. Para contrarrestar esa oposición, el apoyo de la OPS debe incluir la promoción de la causa así como la asistencia técnica para elaborar la legislación.

La colaboración Norte-Sur y Sur-Sur sigue siendo una forma valiosa de promover y adaptar las experiencias exitosas de salud pública en diferentes países de la Región de las Américas y en otros lugares. Los buenos ejemplos incluyen los convenios entre Brasil y Salud Canadá para fortalecer los sistemas que velan por la inocuidad de los alimentos y, entre los países del MERCOSUR, los convenios para combatir la infección por el VIH en zonas fronterizas; la colaboración entre Argentina, el Organismo de Salud Pública del Caribe y la OPS para intercambiar experiencias y fortalecer la cooperación en áreas como las enfermedades no transmisibles, la infección por el VIH, los medicamentos, los trasplantes y los determinantes sociales de la salud; y la creación de Centros de Excelencia de la OPS en los países para promover la formulación de políticas basadas en la evidencia sobre la introducción de vacunas nuevas.

bebé recibiendo sus vacunasUn valor agregado importante del trabajo de la OPS es la repercusión que tienen muchas de sus estrategias e iniciativas más allá de la Región de las Américas. La Semana Mundial de la Inmunización, que se llevó a cabo por segunda vez en el 2013, es un esfuerzo mundial inspirado por la Semana de Vacunación en las Américas, a nivel regional, que celebró su decimoprimer aniversario en el 2013. Otros ejemplos incluyen la promoción de la OPS del acceso a medicamentos y tecnologías sanitarias de buena calidad, y la adopción de los materiales técnicos de la OPS sobre temas fundamentales en relación con los desastres en los Estados Miembros y en otras regiones del mundo. La adopción amplia del índice de seguridad hospitalaria, por ejemplo, demuestra que herramientas sencillas y de bajo costo, cuando son prácticas y aplicables en una variedad de entornos, pueden mejorar la participación y estimular la acción y la inversión para salvar vidas en todo el mundo.

Al avanzar hacia el futuro, la OPS tiene un papel esencial que desempeñar en velar por que las autoridades sanitarias y otros defensores de la salud pública de la Región de las Américas contribuyan eficazmente a la agenda de desarrollo internacional después del 2015. Los espacios para el diálogo y las iniciativas que cuentan con el apoyo de la OPS como Rio+20, la “salud en todas las políticas” y la agenda para el desarrollo después del 2015 pueden ser útiles para promover y orientar la participación de los países en estos procesos.

Los resultados de las consultas regionales y mundiales sobre la salud en la agenda para el desarrollo después del 2015 son también clave para el propio avance de la OPS. Estas consultas han logrado un acuerdo general sobre los siguientes puntos:

    infant receiving vaccination
  • a) La salud debe estar en el centro del desarrollo sostenible; no solo contribuye al desarrollo sino que es un resultado y un indicador clave de un desarrollo inclusivo, equitativo, centrado en las personas y basado en los derechos humanos. La agenda para el desarrollo después del 2015 requerirá un marco riguroso —diferente de los modelos existentes de desarrollo— que defina claramente la función de la salud así como una acción intersectorial que apoye la “salud en todas las políticas”.
  • b) Los países deben intensificar los esfuerzos para conseguir que se alcancen los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Sin embargo, al avanzar se deben reformular y analizar las metas para reflejar los logros y las deficiencias subnacionales, y para estimular métodos más sinérgicos con el fin de mejorar las condiciones de los grupos más vulnerables.
  • c) Se deben agregar a los ODM nuevas prioridades de salud que aborden los principales factores que contribuyen a la carga mundial y regional de morbilidad, en particular las enfermedades no transmisibles y sus factores de riesgo y la salud mental.
  • d) Una meta fundamental que debe incluirse en la nueva agenda es la cobertura universal de salud, entendida como el acceso a servicios de salud de buena calidad para todos, que aborden los determinantes sociales así como las necesidades de salud de las personas en un marco de derechos humanos. La cobertura universal debe abarcar el acceso a todas las intervenciones clave, incluidas la promoción, la prevención, el tratamiento, la rehabilitación y la protección social para todos. Para alcanzar esta meta centrada en las personas, se necesitan sistemas nacionales de salud vigorosos y equitativos que puedan prestar servicios de alta calidad.
  • e) La visión general de la agenda para el desarrollo sostenible después del 2015 se debe centrar en el bienestar humano y en “vivir bien”, e incluir como una meta potenciar al máximo la salud en todos los estadios de la vida de cada hombre, cada mujer y cada niño.
  • f) Al hacer realidad todas estas cuestiones se debe reconocer la necesidad de continuar los esfuerzos para prevenir y controlar las enfermedades infecciosas como la infección por el VIH, la tuberculosis, la malaria y las enfermedades prevenibles mediante vacunación.

El reto será mantener estos conceptos y temas —especialmente la cobertura universal de salud y la reducción de las inequidades en materia de salud— entre los primeros objetivos de la agenda de desarrollo. Esto requerirá una participación activa y sostenida en los foros internacionales futuros por parte de los países de la Región de las Américas, con el pleno apoyo de la OPS.

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