Un nuevo informe revela que las personas con necesidades médicas "quedan atrás a causa del dolor"

photo of a hand of a patient with an IV and two hands of a health worker adjusting it

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un nuevo informe (en inglés) sobre el acceso a la morfina para uso médico en el que se describe de qué modo la distribución mundial de la morfina, en tanto que medicamento vital contra el dolor, es desigual y no satisface las necesidades médicas. En el  informe, titulado «Left behind in pain» (Quienes quedan atrás a causa del dolor),  se subrayan los problemas de acceso a este medicamento esencial y se proponen actuaciones para mejorar el acceso seguro a la morfina mediante políticas equilibradas.

Pese a que la morfina es eficaz y de costo relativamente bajo para aliviar dolores intensos, y figura en la Lista Modelo OMS de Medicamentos Esenciales desde 1977, año de su primera publicación, existe una marcada disparidad en el acceso al medicamento de un país a otro. La diferencia en el consumo medio estimado de morfina es entre 5 y 63 veces (en inglés) superior en los países de ingreso alto frente a los de ingreso bajo.

La pauta de consumo varía considerablemente incluso entre países con un nivel de riqueza similar y no se corresponde con las necesidades médicas, como indica el número estimado de días en los que muchas personas sienten dolor o sufren dificultades respiratorias graves, en caso de tener una enfermedad terminal.

Estos datos se hacen eco de los publicados por la Comisión Lancet en 2018 (en inglés), que describió la falta de acceso a analgésicos como 'una de las desigualdades más atroces y ocultas en la salud mundial', dado que el 10% más rico de los países posee el 90% de los opioides distribuidos, en equivalentes de morfina.

«Que no se haga nada para aliviar el dolor cuando se dispone de medicamentos eficaces para tratarlo, especialmente en el contexto de la atención al final de la vida, debería ser motivo de gran preocupación entre las instancias normativas », afirma la Dra. Yukiko Nakatani, Subdirectora General de la OMS para  Medicamentos y Productos Sanitarios. «Debemos abogar urgentemente por que las personas que necesiten morfina por razones médicas tengan acceso seguro y oportuno a los medicamentos pertinentes, en todo el mundo, a través de una política equilibrada».

Razones de la disparidad

El acceso a la morfina para uso médico se ve afectado por muchos factores que interactúan entre sí: factores facilitadores que remiten a una buena gobernanza, procesos de adquisición y suministro fiables  y eficientes, disponibilidad de recursos y actividades de fomento de la capacidad, junto con obstáculos  debidos a legislación y políticas excesivamente restrictivas, prestación inadecuada de servicios, y actitudes y percepciones basadas en información errónea.

Dados los diferentes contextos nacionales, los factores facilitadores, obstáculos y prioridades para poner en marcha actuaciones varían de un país a otro: la encuesta a las partes interesadas presentada en este informe, y a la que respondieron representantes de 105 Estados Miembros de la OMS, confirma esta variación. Por ejemplo, el suministro irregular de morfina y otros opioides fuertes en los establecimientos de salud por restricciones de financiación se señaló en general como un obstáculo en los países de ingreso bajo y mediano en comparación con los de ingreso alto. Más de un tercio de quienes respondieron a la encuesta en todas las regiones señalaron también la existencia de obstáculos derivados de factores legislativos y normativos. Pese a reconocer la importancia de un marco legislativo y normativo que garantice un acceso seguro, la promulgación de requisitos indebidamente restrictivos puede obstaculizar el acceso de los pacientes al poner trabas al flujo de suministro de estos medicamentos o dificultar que los profesionales de la atención de salud los receten o dispensen.

Es importante señalar que las preocupaciones sobre los posibles efectos nocivos de los opioides son válidas, por ejemplo su potencial para dar lugar a trastornos por consumo de opioides. Por ello, es importante para la salud pública un cierto grado de precaución en relación con los daños que puedan derivarse del consumo de opioides (por ejemplo, en su uso contra dolores crónicos que no se deban a un cáncer), siempre que ese consumo esté bien fundamentado y sea proporcional a los riesgos. Tales preocupaciones no deberían socavar los beneficios del consumo de opioides clínicamente indicado y cuando profesionales debidamente capacitados los utilizan de forma segura.

Oportunidades de actuación

En el informe se presenta un conjunto complementario de actuaciones que tienen por objeto mejorar el acceso seguro a la morfina, y entre las que se incluye la implantación de programas regionales o estatales a pequeña escala con el fin de mejorar el acceso a la morfina para uso médico junto con un conjunto de servicios y productos esenciales para los cuidados paliativos que se formula de acuerdo con la Lista Modelo OMS de Medicamentos Esenciales y el módulo esencial de la OMS sobre cuidados paliativos. También se incluyen medidas como la mejora de la gobernanza, la racionalización de los procesos de adquisición y suministro para subsanar la falta de eficiencia, la mejora de los recursos (por ejemplo, una financiación estable), el fomento de las competencias del personal de salud y la sensibilización sobre los beneficios y posibles daños del consumo de opioides. Dependerá de la colaboración y la cooperación entre todas las partes interesadas a escala nacional, regional y mundial que esas actuaciones arrojen los resultados deseados.