La salud debe estar al frente y al centro de los planes nacionales contra el cambio climático

Polluted air

Ginebra, 23 de noviembre de 2023 (OMS) En vísperas de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), la OMS ha publicado su "Revisión de la salud en 2023 en las contribuciones determinadas a nivel nacional y las estrategias a largo plazo", en la que se destacan las medidas necesarias para garantizar que la salud tenga plena prioridad y esté integrada en los planes nacionales para combatir el cambio climático.

El cambio climático ya está perjudicando la salud y el bienestar humano. Desde enfermedades causadas por fenómenos climáticos extremos hasta el aumento de la incidencia y propagación de enfermedades transmitidas por vectores; así como el aumento de enfermedades cardiovasculares y respiratorias causadas por el calor extremo y la contaminación del aire respectivamente - los impactos del clima en la salud humana son ineludibles.

“La salud de los seres humanos y nuestro planeta están indisolublemente ligadas y, tras años de promesas, se necesita urgentemente una acción rápida para proteger a ambos”, señaló el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. “Solo las políticas climáticas impulsadas por resultados de salud darán como resultado las acciones necesarias para salvar vidas, prevenir enfermedades y construir sociedades más sanas y justas”, agregó.

Integración de la salud en las estrategias nacionales sobre el clima

Se han logrado avances significativos en la integración de la salud en las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) y las estrategias de desarrollo y bajas emisiones a largo plazo (LEDS), considerados los principales instrumentos políticos para reducir las emisiones y aumentar la resiliencia climática según lo establecido en el Acuerdo de París.

El 91% de las CDN disponibles ahora incluyen consideraciones de salud, en comparación con el 70% de las que informaron en 2019. En comparación con rondas anteriores de planes climáticos nacionales, se están desarrollando cada vez más objetivos y políticas climáticas inclusivas y que promueven la salud para la mitigación, la adaptación, medios de implementación, pérdidas y daños, y estrategias de desarrollo sostenible a largo plazo.

"Los países han logrado avances significativos en el reconocimiento de la amenaza del cambio climático para la salud humana y planetaria en sus planes nacionales para abordar el cambio climático, pero necesitamos que estos compromisos se amplíen, se aceleren y se financien adecuadamente para garantizar una respuesta equitativa que proteja la salud y medios de vida de las generaciones actuales y futuras", indicó la doctora María Neira, Directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS.

Se requiere acción urgente para prevenir muertes por contaminación atmosférica

A pesar de los progresos, aún existen grandes brechas en las acciones que se están tomando. Una acción ambiciosa en materia de contaminación atmosférica salvará vidas, pero solo el 16% de las CDN incluyen objetivos independientes, medidas o políticas para reducir la contaminación del aire.

La contaminación atmosférica es uno de los mayores riesgos medioambientales para la salud. La contaminación del aire ambiente (exterior) y en los hogares causan alrededor de siete millones de muertes prematuras al año por cardiopatías isquémicas, accidentes cerebrovasculares, cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias como el asma y la neumonía, que afectan de forma desproporcionada a niños y niñas en países de ingresos bajos y medios.

Al intensificar las acciones para reducir las emisiones de carbono, los países también verán beneficios más amplios para la salud. Por ejemplo, fomentar los desplazamientos a pie y en bicicleta y apoyar la transición hacia dietas sostenibles y saludables mejora la salud al mismo tiempo que reduce los impactos en el clima.

Además, se espera que los países obtengan beneficios para la salud que superen las inversiones financieras necesarias para mitigar el cambio climático. Por ejemplo, las estrategias a largo plazo de bajas emisiones y desarrollo (LEDS) de los Estados Unidos de América estiman que las mejoras en la calidad del aire que resultarían de la implementación de medidas de mitigación del cambio climático podrían prevenir hasta 300.000 muertes, así como evitar daños a la salud y al clima por un valor de 150-250 mil millones de dólares estadounidenses para 2030. De manera similar, las LEDS de otros países, incluyendo Fiji, Marruecos y España, reconocen que alcanzar los objetivos de mitigación del cambio climático traerá ahorros económicos derivados de la reducción de la contaminación del aire.

La acción climática específica para la salud está subfinanciada

La financiación climática sostenible es esencial para la adaptación de la salud, la mitigación y el desarrollo resiliente al clima, pero la salud sigue estando crónicamente insuficientemente financiada en los planes nacionales para abordar el cambio climático.

La capacidad de los países para emprender acciones de adaptación y mitigación del cambio climático depende en gran medida de su capacidad financiera, y con demasiada frecuencia, los países más vulnerables a los efectos de la crisis climática son los que carecen de recursos para financiar la acción por el clima.

La mayoría de los países dependen del apoyo financiero internacional para la acción climática. Solo una de cada diez CDN incluye financiación nacional para algunas o todas sus acciones de salud y solo una de cada cinco estrategias a largo plazo incluye disposiciones específicas de financiación para la salud, como impuestos, gravámenes y mecanismos de fijación de precios del carbono.

A pesar de esta dependencia de la financiación multilateral para el clima, sólo el 2% de la financiación para la adaptación y el 0,5% de la financiación global para el clima se destina actualmente a proyectos que tienen como objetivo explícito proteger o mejorar la salud humana.

Para garantizar una respuesta equitativa y eficaz al cambio climático, la OMS pide que los mecanismos multilaterales de financiación en la lucha contra el cambio climático asignen más fondos a políticas e iniciativas cuyo objetivo explícito sea proteger o mejorar la salud humana.

Salud en la COP28

La OMS continúa apoyando a los países para proteger la salud mediante la construcción de sistemas de salud resilientes al clima, la reducción de las emisiones de carbono derivadas de la atención sanitaria y el seguimiento de los progresos mundiales.

La OMS está trabajando con la Presidencia de la COP28 para liderar el primer día dedicado a la salud en la COP el 3 de diciembre de 2023 y la reunión de Ministros de Salud y Clima, subrayando la urgente necesidad de acelerar la acción climática centrada en la salud a todos los niveles.