Haití: desafíos y estrategias para reducir la mortalidad de recién nacidos

grupo de participantes

Montevideo, 18 de marzo de 2024. El acceso universal de los recién nacidos a una atención oportuna y de calidad es fundamental para su supervivencia y óptimo desarrollo. Los cuidados esenciales incluyen prácticas sencillas y de bajo costo que contribuyen a evitar muertes prevenibles de recién nacidos. Fortalecer las habilidades de los y las profesionales de salud, especialmente en regiones con alta mortalidad neonatal, es una estrategia crucial para salvar vidas.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) trabaja junto a las autoridades sanitarias de Haití para mejorar la calidad de la atención en el país. A través del Centro Latinoamericano de Perinatología – Salud de la Mujer y Reproductiva (CLAP/SMR), en noviembre de 2023 se realizó un taller con el fin de fortalecer las capacidades locales del personal de salud que recibe o atiende a recién nacidos. La actividad tuvo lugar en el Hospital Universitario Justinien, de Cabo Haitiano y contó con la participación de la Dra. Helenlouise Taylor y el Dr. Alejandro Dinerstein como instructores.

Ambos profesionales se trasladaron a la ciudad unos días antes para conocer el establecimiento, las dificultades que presentaba, y para trabajar con referentes locales en la homogenización de los materiales que iban a ser necesarios. Allí colaboraron estrechamente con la directora del Ministerio de Sanidad, Dra. Marjorie Preval Desmangles; con el consultor de OPS en Haití, Dr. Anthony Monfiston; y la consultora nacional, Dra. Clertida Lamoth.

En primer lugar, se hizo una revisión del proceso de atención típico a los recién nacidos en Haití, pasando por la preparación para el parto, los cuidados inmediatos que reciben los bebés y el seguimiento cuando egresan del establecimiento de salud. También se analizaron cuidados adicionales que son necesarios, por ejemplo, en caso de prematuros o bebés de bajo peso al nacer.

Para la Dra. Taylor, está claro que es importante comenzar por lo básico. “Es fundamental que cuenten con guías actualizadas, con material traducido que puedan utilizar… Existen prácticas que son muy sencillas y que rápidamente se pueden adoptar, como el contacto piel a piel, la lactancia materna temprana y cuidados básicos que tienen impactos muy importantes en los recién nacidos y su desarrollo”.

El tema de la higiene fue algo sobre lo que se hizo hincapié. Los expertos subrayaron la necesidad de contar con salas de parto limpias, lavado de manos adecuado y esterilidad del equipo, aspectos que eran complicados porque el acceso al agua potable era intermitente. Además, mencionaron la importancia de contar con material que es imprescindible para la reanimación (como bolsas o máscaras), y desarrollar intervenciones basadas en evidencia.

Otro de los desafíos señalados por los expertos fue la escasez de datos sobre atención neonatal, cobertura efectiva de las intervenciones y resultados neonatales (morbilidad y mortalidad). Los datos más recientes datan del 2016 y están muy desactualizados lo que dificulta el diseño y priorización de las intervenciones a nivel nacional.

Abordaje innovador para formar a formadores

La capacitación impartida es parte de una estrategia que pretende fortalecer capacidades locales a través de la formación de formadores. Esto implica que las personas capacitadas no solo aprenden o profundizan en contenidos, sino que también deben saber replicar esos contenidos y así extender el conocimiento.

El curso tenía componentes teóricos y prácticos que incluían: charlas expositivas, prácticas clínicas asistidas, simulaciones y juegos de rol, uso de videos, estudio de casos, reflexión sobre la práctica y mejora de la calidad de la atención.

Además, se utilizaron simuladores (muñecos, envolturas para el cuidado de la madre canguro, entre otros), que facilitaron la práctica y la incorporación de nuevas técnicas.

La Dra. Taylor señaló que fue un desafío lograr que algunos de los participantes asumieran el rol como futuros capacitadores. “Aprender a enseñar es difícil, y tuvimos que trabajar bastante para que ellos fueran ganando confianza. Es bueno que ellos tengan capacidades para seguir liderando procesos”.

En la misma línea, el Dr. Dinerstein se refirió al compromiso de quienes participaron (26 personas en total) y destacó el rol de la Dra. Preval, del Ministerio de Salud, y de la Dra. Casamayor, de la Sociedad de Pediatría de Haití. “Los profesionales asistentes fueron desafiados a presentar los módulos y asumieron el rol de facilitadores lo cual contribuyó enormemente en los resultados ya que fueron ganando confianza como diseminadores de la actividad. Nosotros, día a día fuimos tomando un rol más de acompañamiento y disminuimos nuestras intervenciones en la medida en que los participantes desarrollaban sus habilidades. Los progresos y la confianza en sus propias actividades fueron clarísimas a lo largo de los días”, señaló.

Por su parte, el asesor regional en Salud Perinatal de OPS, Dr. Pablo Durán, quien fue encargado de coordinar toda esta acción, expresó que “este tipo de capacitaciones se enmarcan en una estrategia que se está utilizando en varios países de la región de las Américas con el fin de disminuir la mortalidad neonatal, sin embargo, es fundamental adaptarlas a las realidades y necesidades de cada país para obtener los resultados que anhelamos”. El asesor, añadió que desde el CLAP/SMR se continúa trabajando con el país para avanzar en una hoja de ruta que permita mejorar las condiciones y acelerar la reducción de la mortalidad neonatal.

capacitación

Una mirada personal sobre el impacto y la experiencia

Tanto la Dra. Taylor como el Dr. Dinerstein destacaron el rol de la OPS en Haití.

En particular, la Dra. Taylor expresó “Creo que el acompañamiento que hace la organización es muy importante. Es necesario un trabajo continuo. Entiendo que esto es un primer paso y es muy valioso por todo lo que generó, pero hay que continuar trabajando para transformar esas realidades que son tan injustas y dolorosas” … “Yo me siento una privilegiada por poder haber estado allí. Para mí fue un proceso muy enriquecedor al que me encantaría continuar aportando”.

Por su parte, el Dr. Dinerstein, valoró que “Los participantes de este primer curso podrán influir en el cambio en sus instituciones utilizando las capacidades adquiridas, los materiales propuestos y las directrices de la OMS. Podrían convertirse en el equipo central de facilitadores de una zona geográfica definida y desplazarse a centros sanitarios vecinos”.

Además, destacó que “Trabajar en lugares con realidades diferentes a los habituales para mí, me obliga a abandonar recetas preestablecidas y no intentar imponer soluciones fuera de contexto. Como facilitador, acompañar el proceso y las diferentes estrategias de aprendizaje, entender que se aprende con y de los pares y que el proceso es tan importante como los contenidos, es fundamental”.

Por último, dijo que la experiencia le permitió reafirmar las virtudes de los cuidados esenciales del recién nacido y, en particular, la importancia del trato respetuoso y la atención centrada en la familia, desde una perspectiva de derechos.