Las necesidades crecientes de atención en salud mental en la Región, tanto actuales como en el futuro próximo, requieren programas de intervención creativos y científicamente probados, así como de voluntad política y consenso social para impulsarlos. La distribución de esas necesidades no es aleatoria, son tanto mayores cuanto más adversas son las condiciones de vida. De ahí que la inversión en programas y servicios de salud mental, que lleven a su preservación y recuperación en todas las edades, acrecentará las poblaciones que alcanzan un desarrollo humano sostenible. Las respuestas a esas necesidades se hacen posibles gracias a los notables avances logrados en el conocimiento del cerebro y en las áreas psicológica y social, y en el desarrollo de modelos y tecnologías en todos los niveles de prevención. El documento examina las bases para la acción, el objetivo del programa y los componentes principales y los enfoques funcionales de cooperación técnica. En el documento se discuten en especial dos iniciativas: 1) la reestructuración de la atención psiquiátrica, que promueve el mejoramiento de los servicios psiquiátricos y su traslado a la comunidad, facilitando así su integración a la atención primaria y el desarrollo de programas dirigidos a disminuir la prevalencia de la depresión, las epilepsias y las psicosis, y 2) la promoción de la salud mental y el desarrollo psicosocial de la niñez. El Comité Ejecutivo, en su 120.a sesión, adoptó una resolución (CE120.R20, anexo) para la consideración del XL Consejo Directivo con el fin de: 1) apoyar las acciones de promoción y prevención en salud mental por medio de la formulación de planes nacionales de salud mental incorporados a los de salud y desarrollo humano; 2) asegurar la inclusión de la atención de salud mental en la prestación de todos los servicios de salud; 3) apoyar la reestructuración de la atención psiquiátrica; 4) desarrollar programas comunitarios para disminuir la prevalencia no tratada y el impacto psicosocial de los trastornos antes citados; 5) estimular acciones de promoción de la salud mental y el desarrollo psicosocial de la niñez; 6) fortalecer la capacidad gerencial de las divisiones/departamentos de salud mental (o establecerlos si no existieran), y 7) estimular el desarrollo de cuadros técnicos líderes en salud mental.