Cerca del 94% de la población de Costa Rica considera importante que todas las personas se vacunen contra la COVID-19

Persona siendo vacunada

Solamente el 5% y 6% no cree en la existencia de la COVID-19 ni en la importancia de la vacunación

La gran mayoría de personas en Costa Rica, 94% de la población, considera de importancia la vacunación contra la COVID-19 para detener y evitar contagios, y lograr una mayor inmunidad.

Solamente entre un 5% y un 6% de la población afirmó que la COVID-19 no existe, que no se vacunará y que no es importante que las personas se vacunen, según se desprende del Estudio de Conocimientos, Actitudes y Prácticas en Costa Rica (Estudio CAP) sobre la vacuna contra la COVID-19 y la vacunación en general, desarrollado por la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), entre el 4 de agosto y el 6 de setiembre de 2021 con el apoyo  de la empresa CID-Gallup.

Las personas encuestadas que indican que no van a vacunarse contra la COVID-19 (entre un 5 y 6% del total) argumentan que sienten temor por posibles efectos secundarios de la vacuna (34%) y que les genera incredulidad el hecho de que aún después de recibir la vacuna pueden contagiarse del virus causante de la enfermedad (26%). Un tercer grupo, principalmente de las regiones Brunca y Huetar Norte, respondió que “no sabe” por qué no desea vacunarse contra la COVID-19 o bien, decidió no brindar ninguna razón.

De acuerdo con la Representante de la OPS/OMS en Costa Rica, Dra. María Dolores Pérez, estos datos demuestran la necesidad de seguir escuchando a la población y brindar información oficial con sustento científico: “Dentro de las razones dadas por el porcentaje de personas que rechazan la vacunación, vemos algunas como que las vacunas no sirven, que son peligrosas, que causan magnetismo o que inyectan la enfermedad. Estos datos nos confirman que es necesario que la información llegue a más personas de una forma clara y comprensible y que se habiliten más mecanismos para que la población pueda encontrar respuesta a sus dudas. Queremos que la población asista con confianza a los centros de vacunación porque las vacunas son seguras y salvan vidas”, comentó.

También se evidencian conocimientos erróneos con respecto a las personas que pueden recibir la vacuna contra la COVID-19: el 35% no sabe que las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia pueden vacunarse y 28% considera que los niños y las niñas no deberían recibir la vacuna. Sin embargo, pese a esto, el 89% afirmó que sí vacunará a sus niños o niñas menores de 12 años en cuanto esté disponible la vacuna pediátrica.

Patricia Portela, Representante de UNICEF en Costa Rica, destacó que resulta muy preocupante que, de acuerdo con el estudio, un 7% de padres, madres o responsables de personas menores de edad no piensan vacunar a sus hijos e hijas. “Este dato es alarmante si consideramos que, desde finales de abril de este año, se han incrementado los casos, hospitalizaciones y muertes de personas menores de edad por causas relacionadas con la COVID-19. Esto demuestra que debemos fortalecer el trabajo con las familias y comunidades para impulsar cambios de comportamiento que derriben los mitos y barreras que podrían obstaculizar la vacunación de la niñez y adolescencia del país. En lo inmediato, nos esforzaremos por lograr que los casi 200 mil jóvenes entre 12 y 17 años que aún no se han vacunado, completen su esquema contra la COVID-19.

A pesar de lo anterior, los resultados del estudio son positivos. Además del 94% de la población que considera importante vacunarse contra la COVID-19, el 64% cree que la vacuna es segura y que no hay razón para preocuparse y un 63% sabe que las vacunas reducen el riesgo de enfermar de forma grave. Además, el 68% de las personas consultadas opina que la vacunación debería ser obligatoria y ese mismo porcentaje confía en que las instituciones podrán seguir haciendo frente a la pandemia.

Los resultados del estudio también demuestran que la mayoría de la población sabe que debe continuar practicando las medidas de prevención contra COVID-19 aún después de haberse vacunado, entre las cuales mencionan el uso de mascarilla, el lavado de manos y el distanciamiento físico, principalmente.

La investigación se llevó a cabo con el objetivo de identificar qué saben, piensan y practican las personas sobre la COVID-19 y las vacunas contra esta enfermedad, con el propósito de obtener información que permita aumentar la efectividad de la campaña nacional de vacunación y, por lo tanto, aumentar la cantidad de personas vacunadas gracias al reforzamiento de comportamientos positivos y/o cambios de comportamientos hacia las acciones deseadas.

El estudio forma parte de la cooperación que OPS/OMS y UNICEF brindan a las autoridades nacionales para contribuir a la lucha contra la pandemia, por lo cual los instrumentos de medición utilizados para el estudio fueron avalados por el Ministerio de Salud y la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y los principales hallazgos ya fueron presentados a representantes de dichas instituciones.

El gerente médico de la CCSS, doctor Mario Ruiz Cubillo, resaltó la importancia del estudio como herramienta para fortalecer la campaña de vacunación contra la COVID-19: “Le agradecemos profundamente a la OPS y a UNICEF por este importante estudio que nos permitirá comprender de mejor manera a la población y alcanzar así a más personas para que se vacunen”.

Por su parte el Ministro de Salud, Daniel Salas, indicó que los esfuerzos de los entes sanitarios seguirán en la línea de explicar a la población la importancia de la vacunación contra COVID-19 y sus beneficios, con el fin de aclarar las dudas que puedan tener aquellas personas que aún no se han inmunizado.

Sobre la metodología

Para la obtención de los datos, se aplicaron 1000 encuestas telefónicas a personas mayores de 18 años de todo el territorio nacional y se realizaron grupos focales y entrevistas virtuales a profundidad a 113 personas residentes en todas las regiones de salud del país, así como a representantes de poblaciones migrantes, indígenas, con discapacidad y habitantes de comunidades en condiciones de vulnerabilidad socioeconómica.  El estudio tiene un nivel de confianza de 95% y un margen de error de ±3.10 puntos como máximo.