La visión del Dr. Jarbas Barbosa

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Avanzar hacia la salud universal en las Américas

Mi visión para el futuro de la OPS es que sea la organización líder en apoyar a los países de las Américas con las estrategias más innovadoras y eficientes para recuperarse mejor que antes de la pandemia, superar las desigualdades y construir sistemas de salud resilientes para mejorar la respuesta ante emergencias y desastres, y lograr la salud universal.

Para cumplir con esta visión, en los próximos cinco años la OPS debe liderar la Región y apoyar a los países en cinco ejes estratégicos prioritarios:

  1. Finalización del control de la pandemia.
  2. Implementación de lecciones aprendidas durante la pandemia.
  3. Recuperación de los impactos negativos producidos por la pandemia en los programas prioritarios de salud, volviendo mejor que en 2019.
  4. Construcción de Sistemas Nacionales de Salud resilientes basados en una Atención Primaria renovada y fortalecida.
  5. Modernización y mejoramiento permanente de la gestión de la OPS.

El primer pilar es el compromiso de ayudar a los Estados Miembros a poner fin a la pandemia en la Región de las Américas con las mejores herramientas que tenemos, especialmente la vigilancia y las vacunas.

La OPS está dispuesta a trabajar con los países para poner fin a la pandemia mediante el fortalecimiento de la vigilancia de la salud y el seguimiento de cualquier cambio en las tendencias epidemiológicas y de las nuevas variantes, así como una cobertura de vacunación adecuada. Con ese fin, es necesario aumentar el acceso a dosis de refuerzo para los grupos vulnerables, buscar estrategias apropiadas para abordar la reticencia a la vacunación y mejorar el acceso a antivirales eficaces.

Nuestra Región fue el epicentro de la pandemia debido a la pobreza y las desigualdades, que pusieron en peligro las medidas de salud pública adoptadas antes de que hubiera vacunas. En muchos países donde tantas personas dependen de la actividad económica informal, viven en barrios marginados con poco acceso a servicios de agua y dependen del transporte público, que siempre está abarrotado, era casi imposible protegerlas de las infecciones.

Incluso cuando hubo vacunas, tropezamos con obstáculos desmesurados: nuestra vasta Región luchó para tener acceso a suministros suficientes, al mismo tiempo que la información errónea aumentaba la reticencia a la vacunación. Frente a estas barreras, la OPS ha trabajado arduamente en el apoyo de los planes nacionales de inmunización, reforzar la capacidad de la cadena de frío, proporcionar capacitación a los trabajadores de salud, mejorar las estrategias de comunicación y acelerar el acceso por medio del Fondo Rotatorio.

Ahora tenemos herramientas para controlar la transmisión y debemos trabajar con empeño y de manera mancomunada para llegar a los grupos que aún no están vacunados y poner fin a la pandemia en la Región de las Américas.

El segundo pilar es el impulso para aplicar las enseñanzas extraídas de la pandemia y abordar enérgicamente nuestras vulnerabilidades, a fin de que estemos mucho mejor preparados para enfrentar nuevas amenazas a medida que surjan.

La OPS está lista para apoyar la aplicación de las enseñanzas cruciales extraídas de la pandemia en varias esferas.

Ayudaremos a nuestros Estados Miembros a fortalecer su capacidad nacional para detectar emergencias de salud pública y responder a ellas, construir sistemas sólidos de vigilancia de la salud basados en el enfoque de "Una salud" y asegurar que los países puedan ampliar rápidamente estas capacidades en casos de emergencia o desastre.

También reforzaremos nuestra capacidad de proporcionar coordinación regional al poner en práctica las recomendaciones de la evaluación externa de nuestro desempeño durante la pandemia.

La OPS colaborará con los países para ampliar el desarrollo y la producción de medicamentos, vacunas y productos médicos en América Latina y el Caribe, mediante el fortalecimiento de la capacidad regulatoria y la ejecución de proyectos estratégicos y sostenibles que beneficien a todos los países de la Región, incluido un mayor y mejor uso de los mecanismos regionales como el Fondo Rotatorio y el Fondo Estratégico.

Asimismo, debemos brindar apoyo a la participación de los Estados Miembros en el debate mundial sobre el nuevo instrumento para responder a las pandemias. La COVID-19 ha mostrado la importancia crucial de garantizar que sea realmente equitativo el acceso a vacunas, medicamentos y productos para la salud durante una pandemia.

Creo que esta es la única forma de que el mundo esté mejor preparado para futuras emergencias y de garantizar que las personas que perdieron la vida durante este período no lo hayan hecho en vano, incluidos los valientes profesionales de la salud que siguieron proporcionando atención sin contar con protección adecuada.

Hay otra enseñanza que debemos tener en cuenta a medida que vamos saliendo de esta pandemia. Todo problema, por más pequeño que sea, debemos abordarlo juntos, como región. Si colaboramos entre los distintos sectores, los distintos países y los distintos idiomas, podremos tener una región más saludable. En este espíritu, permítanme ahora hablarles en español.

El tercer pilar es que se garantice el acceso rápido y equitativo a las innovaciones en materia de salud para todos los países de la Región.

La OPS está lista para apoyar a los países en la recuperación del impacto negativo producido por la pandemia en los programas prioritarios de salud. Pero eso solo no es suficiente: es necesario ir más allá y garantizar que todos los países y todos los grupos poblacionales dentro de cada país avancen para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenibles relacionados con la salud.

Vamos a apoyar a los países en la incorporación más rápida de nuevas tecnologías y en la implementación de estrategias innovadoras y más efectivas, basadas en la mejor evidencia científica disponible y adaptadas a la realidad nacional. Esto va a permitir proteger los logros, recuperar los programas prioritarios y avanzar más rápidamente en la mejora de la salud de nuestra población.

Es urgente promover esta transformación para que:

  • se reduzcan más rápidamente las muertes maternas e infantiles;
  • se acelere la eliminación de enfermedades como el cáncer cervicouterino, la TB, la infección por el VIH, la malaria, la lepra y otras enfermedades desatendidas;
  • haya un fortalecimiento y modernización de los programas de inmunización con la renovación de un compromiso político y social de alto nivel, nuevas herramientas de análisis para identificar los grupos que se están quedando atrás y las barreras que dificultan su acceso, así como estrategias innovadoras de comunicación y movilización social para recuperar las coberturas de vacunación adecuadas;
  • se amplifique la utilización de la teleconsulta y la telemedicina como herramientas para alcanzar una atención primaria de salud más resolutiva, ampliar el acceso de todos -especialmente los grupos más vulnerables- y mejorar la calidad de la asistencia, incluida la atención de la salud mental.

Es urgente transformar los excelentes y exitosos proyectos demostrativos que ya tenemos en la Región en políticas de salud incorporadas en los sistemas de salud y en la atención primaria de salud.

El cuarto pilar es la construcción de sistemas nacionales de salud resilientes y basados en una atención primaria renovada y fortalecida.

La OPS está lista para apoyar a los países a fin de que alcancen un financiamiento público suficiente para garantizar sistemas universales, fortalecer la gobernanza de los Ministerios de Salud y contar con recursos humanos en cantidad suficiente y con la formación apropiada.

El componente fundamental de un sistema de salud resiliente es una atención primaria eficiente, con la capacidad de articular medidas de promoción, prevención, vigilancia y atención para los problemas de salud más prevalentes en las comunidades.

Es urgente que preparemos la atención primaria de salud para responder a los desafíos del complejo marco epidemiológico y el envejecimiento de la población.

Esta acción requiere el desarrollo y la implementación de estrategias para garantizar un financiamiento adecuado para el sector de salud, la formación y la retención de recursos humanos, la mejora de los sistemas de información y el uso de tecnologías como la telemedicina y la transformación digital.

Los sistemas de salud deben tener más capacidad para identificar las barreras al acceso y establecer estrategias para enfrentarlas, escuchando a los grupos poblacionales y las comunidades.

No podemos olvidarnos de que vivimos en una Región con inequidades históricas entre los países y dentro de ellos. Ningún sistema de salud va a responder a las necesidades de la población si no tiene la preocupación permanente de identificar los grupos que están quedando rezagados y de promover la equidad.

Los pueblos originarios, las personas afrodescendientes, las familias pobres de la periferia de las grandes ciudades y de las zonas rurales, las mujeres y las personas LGBTQIA+ necesitan que los sistemas de salud los vean y los escuchen para que sus necesidades estén reflejadas en la garantía del acceso a una atención de salud que los respete y los acoja.

Y, finalmente, el quinto pilar es el fortalecimiento de la capacidad de la OPS para apoyar a los Estados Miembros.

La OPS está lista para seguir adelante y profundizar los avances que la doctora Etienne implementó durante su mandato para modernizar la gestión y promover la transparencia, la agilidad, la eficiencia y la equidad de género.

Nuestro cuerpo de funcionarios, en la Sede y en los países, es la gran fortaleza que tenemos para brindar cooperación técnica de alta calidad. Son personas comprometidas con los principios de la Organización y no escatiman esfuerzos para apoyar a los países en su trabajo para mejorar la salud y la vida de la población.

Voy a buscar siempre reconocer sus logros, continuar el diálogo abierto y transparente, fortalecer su creciente cualificación profesional y mantener un ambiente de trabajo respetuoso y acogedor.

Voy a perfeccionar los programas de prevención y tolerancia cero contra toda forma de acoso, abuso o explotación sexual de los empleados o de las poblaciones a las que la OPS presta servicios.

Voy a trabajar de manera incansable, con el personal competente y comprometido que tenemos, para que la OPS mantenga los muchos logros que ha alcanzado hasta ahora, renovándose a cada paso, siempre construyendo redes y funcionando como puente para promover el entendimiento, la solidaridad y la innovación.

Así veo a nuestra Organización: fortaleciéndose para responder a los desafíos actuales y futuros, y para poner a la salud en el centro de las agendas de desarrollo de la Región de las Américas.