¿Qué metodología usamos y cómo lo hicimos para mejorar competencias durante el curso?
El curso se adecuó para que permitiera el aprendizaje y práctica de una manera diferente para la atención a las mujeres sobrevivientes a la violencia, en los servicios de salud. Se usó la metodología denominada “por inmersión” que procura darle mayor profundidad al aprendizaje para procesar progresivamente lo aprendido por etapas, “he aprendido a tener una dosis de empatía. Para tener oportunidad de comunicarnos y ellos puedan confiar. En el tema de violación sexual, había algunos aspectos que no tenía claro. Justamente cuando hizo ese tema, se me dificultó. Como le repito, todavía estamos en el proceso de mejorar eso”.
Parte de la metodología fue el análisis de casos atendidos sobre violencia sexual. Uno de estos casos, se comparten en esta historia, “porque le conté un caso de una adolescente embaraza que fue violada por el abuelo y el cuñado de la hermana y no sabían de quién era el padre. Tuve que buscar al familiar que vino acompañándola y buscar más información. A veces el familiar no se anima”.
Este caso se basa en un hecho real y trata de una adolescente de 14 años gestante que asiste a su primer control en el servicio de salud de Napunukura, acompañada de su hermana mayor, quien informó que el embarazo de la adolescente era “delicado” porque no se sabía si el padre biológico era su abuelo o su cuñado. Además, que la adolescente era una persona con discapacidad.
Durante la atención realizada se cumplió con el examen clínico, pero al recibir el caso, se informó primero al jefe inmediato para proceder con la denuncia, quedando la hermana encargada de hacerlo. No obstante, la hermana primero fue a conversar con el APU (autoridad comunitaria indígena) con la intención de que interviniera en la denuncia.
En la segunda cita de control, solo admitieron un control clínico rápido e informaron que ya “el caso había sido resuelto entre el APU, los padres de la adolescente y los agresores”. Desde el servicio se insistió en que los padres procedan con la denuncia, pero no lo admitieron “porque es el APU quien interviene y no querían pasar por la vergüenza frente a la comunidad”.
Los participantes, haciendo uso de las competencias adquiridas durante el curso, exploraron diferentes alternativas para poder “tener una respuesta efectiva desde la primera entrevista, basada en los protocolos del Ministerio de Salud y en el abordaje de ANIMA de la OPS/OMS, que centra la respuesta del servicio en la sobreviviente a través de la atención en primera línea, precisamente para asegurar que la sobreviviente regrese al servicio”, remarcó María Edith Baca, especialista en violencia de género que condujo el curso virtual.
Además de aprender a partir del análisis de casos y del análisis de otros recursos informativos, los participantes encuestados consideraron pertinente y útil el curso en la medida que respondió a necesidades de conocimiento y de mejora de competencias para abordar la violencia sexual en los servicios de salud.
¿En qué más aportó la OPS/OMS?
Otra competencia valorada, que empezaron a aplicar durante el desarrollo del curso fue la herramienta ANIMA que la OMS/OPS puso a disposición de los países desde el 2015, para mejorar la respuesta de los sistemas de salud a la violencia contra la mujer.
ANIMA traduce un cambio de paradigma en la atención en salud a sobrevivientes de la violencia, en la medida que centra la atención en las necesidades de las mujeres. En este caso, se trata de sobrevientes de poblaciones en situación de vulnerabilidad frente a la violencia sexual por su condición étnica.
En el Modelo de ANIMA, la A es Apoyo en primera línea, escucha activa y empática. La N insta a no juzgar, no sancionar formas de sentir, pensar y decidir de las sobrevivientes. La I recomienda informarse sobre sus necesidades, es decir, la atención centrada en la mujer. La M plantea el mejorar su seguridad en un marco de respuesta multisectorial y la A busca asegurar el apoyo social contínuo a nivel institucional, interinstitucional y comunitario.
Es la incorporación de este paradigma en la atención brindada por los profesionales de salud, lo que puede marcar la diferencia en la calidad de atención en los servicios de salud para sobrevivientes a la violencia de género.
[4] Fondo de Población de las Naciones unidas-UNFPA. 20201.