Respuesta a poliovirus derivados de vacunas detectados mediante vigilancia ambiental, Guatemala, 2019

Vacunación en Ixil, Guatemala

Guatemala implementó vigilancia de poliovirus en aguas residuales en 2018, y en 2019 se detectaron tres poliovirus derivados de vacunas (VDPV) genéticamente no relacionados. La respuesta del Ministerio de Salud incluyó la investigación de eventos a través de búsquedas retrospectivas institucionales y comunitarias de casos de parálisis fláccida aguda (AFP). ) durante 2018-2020 y una campaña de vacunación oral bivalente contra la polio, el sarampión, las paperas y la rubéola en septiembre de 2019. Esta respuesta fue revisada por un equipo internacional de expertos en julio de 2021. Durante la campaña, el 93% de los niños de 6 meses <7 años de edad recibieron una dosis de vacuna que contenía polio. En la búsqueda comunitaria no se detectaron casos de PFA; Las búsquedas retrospectivas institucionales encontraron el 37% de los casos de PFA no reportados en 2018-2020. No se aisló ningún VDPV adicional de las aguas residuales. No se encontró evidencia de VDPV circulante; Los 3 VDPV aislados fueron clasificados como VDPV ambiguos por el equipo internacional de expertos. Estas detecciones resaltan el riesgo de reaparición de la poliomielitis en países con baja cobertura de vacuna contra la polio.

https://wwwnc.cdc.gov/eid/article/29/8/23-0236_article (enlace al artículo completo)

La poliomielitis es una enfermedad altamente infecciosa, causada por los serotipos 1, 2 y 3 del poliovirus, que afecta principalmente a niños <5 años de edad. Los principales factores de riesgo para la transmisión del poliovirus son la baja cobertura de vacunación, el saneamiento deficiente y la alta densidad de población. Desde el lanzamiento mundial de la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Polio (GPEI) en 1988, los casos de polio han disminuido en >99%. Las estrategias para reducir el número de casos de polio a nivel mundial se han centrado en lograr una alta cobertura de vacunación contra la polio e implementar una vigilancia sólida de la parálisis fláccida aguda (PFA).

La administración de la vacuna inyectable contra la polio inactivada (IPV) o la vacuna oral viva atenuada contra la polio (OPV, tipos de virus de cepa Sabin) puede prevenir la poliomielitis. La IPV induce protección humoral, mientras que la OPV induce inmunidad humoral y mucosa y limita la diseminación viral, reduciendo la transmisión de persona a persona. Sin embargo, en zonas con baja cobertura de vacunación y condiciones sanitarias deficientes, el uso de la OPV puede dar lugar excepcionalmente a la aparición de poliovirus derivados de la vacuna (VDPV). Los VDPV se clasifican en cVDPV (VDPV circulante, cuando hay evidencia de transmisión comunitaria), iVDPV (VDPV asociado a inmunodeficiencia, aislado de personas con inmunodeficiencias primarias) o aVDPV (VDPV ambiguo, aislado de personas sin inmunodeficiencia o de muestras de aguas residuales sin evidencia). de transmisión). En general, se considera que los aVDPV tienen poca importancia para la salud pública; sin embargo, aún pueden ser un indicador de una baja cobertura de vacunación y de un saneamiento deficiente, lo que puede crear las condiciones para la aparición y circulación de cVDPV potencialmente más peligrosos. En la última década, los brotes de cVDPV han causado más de 2.700 casos de poliomielitis en todo el mundo.

En Guatemala, el último caso de poliomielitis clínica se detectó en 1990; el país vacuna sistemáticamente a los niños contra la poliomielitis con la IPV trivalente y la OPV bivalente (serotipos 1 y 3) (bOPV). Debido a la baja cobertura de vacunación (<90% con tercera dosis de vacuna que contiene polio en 2017) y los deficientes indicadores de vigilancia de la PFA, la Comisión Regional de Certificación (CRC) clasificó a Guatemala como un país de alto riesgo de resurgimiento de la polio en 2018. Para complementar AFP vigilancia ambiental, el Grupo Asesor Técnico de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomendó implementar una vigilancia ambiental basada en aguas residuales en entornos de alto riesgo en las Américas en 2016. Después de que se publicó esa recomendación, el Ministerio de Salud de Guatemala (MS) implementó vigilancia ambiental de poliovirus en 2 municipios urbanos de Guatemala en noviembre de 2018.

La detección de 3 VDPV en aguas residuales muestreadas en enero, marzo y diciembre de 2019 llevó al Ministerio de Salud de Guatemala a implementar una serie de actividades para clasificar estos eventos y minimizar el riesgo de transmisión en la población. En julio de 2021, un equipo de expertos internacionales evaluó esa respuesta, de acuerdo con las directrices de Evaluación de la Respuesta a Brotes de Poliovirus (OBRA) de la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Polio (GPEI). Presentamos los resultados de la investigación realizada por el Ministerio de Salud y la evaluación de su respuesta por parte de OBRA.