Tuberculosis, lepra y gonorrea, enfermedades infecciosas con altas tasas de resistencia a los antibióticos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la resistencia a los antimicrobianos es una de las 10 principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad. Y no es una exageración, sino una realidad de grandes dimensiones.

No solo pone en riesgo la vida, sino que “además de muerte y discapacidad, la prolongación de las enfermedades se traduce en estancias hospitalarias más largas, la necesidad de medicamentos más caros y dificultades financieras para las personas afectadas”, ha indicado la OMS.

Para entender esa dimensión, basta mirar de manera aleatoria tres enfermedades: tuberculosis, lepra y gonorrea, aparentemente muy disímiles entre ellas, pero que tienen bastantes cosas en común, como el hecho de ser muy antiguas, transmisibles, eje de discriminación y estigmatización y que, si bien son curables con tratamiento antibiótico, hoy se enmarcan dentro de esa preocupación por la salud pública a nivel global.

Tanto la lepra, producida por la bacteria Mycobacterium leprae y conocida como bacilo de Hansen, en honor al científico noruego Gerhard Armauer Hansen, quien la describió en 1873; como la tuberculosis, causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch, descubierta en 1882 por el médico y microbiólogo alemán Robert Koch, o la gonorrea, cuyo descubrimiento de la bacteria causante se debe al médico alemán Albert Ludwig Sigesmund Neisser, en 1879, y que recibe el nombre de Neisseria gonorrhoeae en su honor, tienen altas tasas de resistencia a los antibióticos, y su tratamiento se hace cada vez más difícil.

Tuberculosis multirresistente

tuberculosis

Cada día, 4.000 personas en el mundo pierden la vida debido a la tuberculosis, y 28 mil se infectan con este bacilo, explicó el doctor Guillermo Gonzalvez, asesor en prevención y control de enfermedades de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), oficina Colombia.

En el marco del encuentro científico ‘Tuberculosis (TB) resistente a fármacos en Colombia’, en una alianza entre el Ministerio de Salud y Protección Social, la Asociación Colombiana de Infectología (ACIN) Capítulo Central y la OPS, el experto reconoció también cómo se han salvado más de 63 millones de vidas desde el año 2000, gracias a la estrategia mundial contra la TB.

No obstante, cada día hay más desafíos frente a esta enfermedad, que se creía controlada y ahora es catalogada como reemergente; por eso, en marzo 24 de 2021, en el I Conversatorio sobre ‘Conmemoración de la lucha contra la tuberculosis en Colombia’ se analizaron los avances y desafíos en la prevención y control de la TB, y se reforzó el lema ‘El tiempo avanza. Todos somos parte de la solución’.

La problemática deriva de la resistencia bacteriana que en los últimos años ha aumentado, y de un mayor número de casos registrados en tiempos de pandemia por la COVID-19, según reportes oficiales del Instituto Nacional de Salud (INS), dado que la TB es altamente contagiosa y el contacto estrecho derivado de las cuarentenas y una mayor convivencia, a veces en medios inhóspitos, parece acelerar la transmisión del bacilo.

“Es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa, milenaria, que ha acompañado a la humanidad, y ha sido testigo silente del progreso y el abandono, de la abundancia y de la pobreza, y que también, desafortunadamente, está reflejando los fenómenos de migración, hambruna y desigualdad. Durante siglos ha cabalgado a nuestro lado, nos respira en la nuca. La meta es un mundo sin tuberculosis”, dijo el doctor José Oñate, médico infectólogo, expresidente de la ACIN, durante su intervención en el encuentro científico.

Hoy, la TB multidrogorresistente (TB MDR), causada por el bacilo que es resistente a la isoniacida y la rifampicina, los medicamentos de primera línea más potentes, enciende las alarmas e invita a realizar alianzas globales e invertir en proyectos de investigación, así como a garantizar los servicios y el acceso al tratamiento, que es gratuito, y a incentivar estrategias para frenar problemáticas como el mal uso de los antibióticos, la no adherencia a los tratamientos o la automedicación, indica la OMS en su Informe Global sobre Tuberculosis 2021, una evaluación completa y actualizada de esta epidemia y del progreso en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad a nivel mundial, regional y nacional

La TB es prevenible, es curable, no debería haber muerte por TB y por ello esta enfermedad es una prioridad para salud pública y en Colombia, el Ministerio de Salud y Protección Social cuenta con el Programa Nacional de Prevención y Control de la Tuberculosis (PNPCT), que “articula acciones sectoriales, intersectoriales y comunitarias para el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de casos y sus contactos en los diferentes entornos, en el marco del Plan Decenal de Salud Pública (PDSP), el Plan estratégico Programático y los lineamientos nacionales”, con el Plan Estratégico ‘Hacia el fin de la tuberculosis, 2016-2025’ y, dada la coyuntura actual, se definieron los Lineamientos para la prevención y control de la TB ante la contingencia de la pandemia generada por la COVID-29 en Colombia, año 2020.

Gonorrea curable, pero…

En el documento ‘Estimaciones mundiales y regionales de la prevalencia e incidencia de cuatro infecciones de transmisión sexual curables’, incluido en el Boletín de la OMS en línea (2019), para socializar más la información y llamar atención sobre el tema, se indica que “entre los más de 30 virus, bacterias y parásitos que se sabe se transmiten por contacto sexual, ocho se han vinculado a la máxima incidencia de enfermedades de transmisión sexual. De esas ocho infecciones, cuatro son actualmente curables: sífilis, gonorrea, clamidiasis y tricomoniasis”.

En el caso de la gonorrea, esta se considera la segunda ITS causada por bacterias más frecuente en el mundo y entre todas las ITS, la más resistente a los antibióticos, lo que “representa una amenaza creciente para la salud mundial y, en último término, podrían hacer que fuera imposible tratarla”.

Su resistencia a los antibióticos de primera línea ha aumentado rápidamente en los últimos años y ha limitado las opciones de tratamiento para quienes la contraen por alguna de sus distintas vías de contagio, como las relaciones sexuales vaginales, anales y orales sin protección

“El desarrollo de una menor sensibilidad de la gonorrea a la opción terapéutica de ‘última línea’ (cefalosporinas orales e inyectables), junto con la resistencia a los antimicrobianos revelada anteriormente con respecto a las penicilinas, sulfamidas, tetraciclinas, quinolonas y macrólidos, convierten a la gonorrea en un organismo polifarmacorresistente”, dice la OMS.

De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de salud de Colombia (INS) presentados en la semana mundial de concientización de la RAM en 2020, los aislamientos de N. gonorrhoeae en el país, alcanzan tasas de 65% de resistencia a la Benzyl Penicilina, 58% a la ciprofloxacina y 65% a tetraciclinas.  Las tasas de no susceptibilidad a macrólidos como azitromicina se encuentran alrededor del 20%.  Esto requiere un manejo consciente de la infección con adherencia a las guías de práctica clínica nacionales e internacionales.

Lepra, a un paso de la gravedad

¡Curable! Esa es la expectativa sobre esta enfermedad infecciosa crónica, que puede presentar síntomas entre un año y 20 años después del contagio; que suele afectar la piel, pero también los nervios periféricos, las mucosas de las vías respiratorias altas y los ojos. Sin embargo, solo en 2017, se registraron 211.000 nuevos casos en el mundo y algunos de ellos progresaron llevando a los pacientes a diversos grados de discapacidad y deformidad.

La alta tasa de resistencia a los medicamentos para tratarla es una de las causas para que se llegue a las complicaciones, y su forma de transmisión (a través de las gotitas que se expulsan de la boca o la nariz, por medio de contactos cercanos y frecuentes con personas que no han recibido tratamiento) explica por qué no ha sido posible ‘un mundo sin lepra’, como consigna la Estrategia mundial para la lepra 2016–2020, de la OMS.

En 1940 se desarrolló un medicamento esperanzador para curarla, pero veinte años después la resistencia a este era alarmante; luego surgirían otros que ampliaron el portafolio terapéutico, pero también poco a poco se han desarrollado resistencias por parte de la bacteria que la causa, lo que limita un tratamiento que de por sí es gratuito para los pacientes. No obstante, en los últimos 20 años se han tratado con el tratamiento multimedidamentoso (TMM), que combina tres opciones terapéuticas de primera línea (dapsona, rifampicina y clofazimina) más de 16 millones de pacientes con lepra.

El reto actual es fortalecer los programas de buen uso y manejo de los medicamentos, seguir brindando el tratamiento oportuno a los pacientes con miras a evitar comoplicaciones o secuelas progresivas y permanentes, como la limitación de la movilidad en las extremidades, la ceguera y hasta mutilaciones.