Perú fortalece capacidades para mejorar la respuesta en los servicios de salud a la violencia que sufren mujeres peruanas y migrantes

Perú fortalece capacidades para mejorar la respuesta en los servicios de salud a la violencia que sufren mujeres peruanas y migrantes

Inés*, una joven extranjera de 24 años sufrió un intento de feminicidio por parte de su arrendador; su condición crítica por los múltiples daños físicos recibidos ameritó el traslado a una entidad de salud de alta complejidad que pudiera dar el soporte requerido, y en el que finalmente, luego de varias intervenciones y 3 años de rehabilitación física, se recuperó. Su rehabilitación psicológica aún no termina.

Mejorar las competencias del personal de salud para la detección y atención integral, así como cerrar la brecha de sobrevivientes que buscan atención en los servicios de salud son puntos clave para el abordaje de la violencia contra las mujeres.

Con el fin de contribuir con este desafío, la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) junto con el Ministerio de Salud (Minsa) implementan, el proyecto “Fortalecimiento de capacidades para abordar la violencia de género para la mejora de la respuesta del sistema de salud con énfasis en las mujeres migrantes”, que cuenta con la contribución financiera de la Oficina de Población, Refugiados y Migración (BPRM) del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

El proyecto se implementa a través de la Dirección de Salud Mental del Minsa, con la formación de un equipo focal integrado por 5 profesionales, priorizando tres territorios con un alto número de migrantes y refugiados: la Dirección de Redes Integradas en Salud de Lima Centro, la Dirección de Redes Integradas en Salud de Lima Norte y la Dirección Regional de Salud de Tumbes.

Uno de los desafíos en el abordaje de la violencia basada es la insuficiente información sobre la repuesta a este tema, razón por la cual, se implementó una línea de base en la se identificaron 158 propuestas de mejora.

Fortalecer capacidades en provisión y gestión de servicios se convirtió en la tarea principal en la ejecución del proyecto. Se diseñaron documentos técnicos normativos, de capacitación y comunicación social para darle sostenibilidad a las intervenciones, priorizando la capacitación a actores clave.

Se trabajó en el entrenamiento de 127 gestores de servicios de salud de los territorios priorizados en los siguientes campos:

  • La importancia de la atención oportuna, integral, articulada y de calidad;
  • Se reforzó el uso de marco normativo en salud.
  • Se incluyó la participaron profesionales que coordinan servicios de ayuda de los Centros de Emergencia Mujer (CEM).
“La acogida debe ser muy cordial y con respeto desde que llegan al centro de salud, dándoles la seguridad, dándoles una atención oportuna y prioridad”, testimonio de una psicóloga de un centro de salud mental comunitaria que forma parte del proyecto.

Con el propósito de aprender de experiencias promisorias, se organizó un taller nacional sobre “Buenas prácticas de gestión de servicios de salud para abordar la violencia de género contra mujeres peruanas y migrantes”. Este taller contó con la participación 203 jefes de centros de salud mental comunitaria (CSMC), responsables de los equipos de violencia, del servicio de movilización y participación comunitaria, de salud mental, así como coordinadoras de los CEM de los distritos priorizados de Lima y Tumbes.

Con la participación de los ministerios de Salud, Mujer y Poblaciones Vulnerables, la Oficina de Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes del Ministerio del Interior y el Instituto de Medicina Legal del Ministerio Público, se llevó a cabo el panel “Fortalecimiento de la actuación conjunta en los servicios para abordar la violencia de género contra mujeres peruanas y migrantes”.  Este encuentro congregó a 280 profesionales de salud y funcionarios públicos.

Al respecto, las contrapartes técnicas del Ministerio de salud destacaron la participación de las mujeres migrantes sobrevivientes de la violencia y de los equipos de salud del primer nivel de atención y centros de salud mental comunitaria; fortaleciendo los saberes y el trabajo intenso sectorial y multisectorial. Calificaron las intervenciones como “claves para el éxito y el fortalecimiento de la rectoría en salud, centradas en las necesidades auténticas de las mujeres que sufren violencia”.

Con el apoyo técnico de la OPS, se realizó el diagnóstico comunitario sobre percepciones de necesidades y problemas que enfrentan las mujeres migrantes y refugiadas que sufren violencia en las localidades de acogida. Se identificó poco acceso a los servicios de salud, falta de información sobre las rutas de atención, ausencia del soporte familiar y de las redes comunitarias ante situaciones de violencia basada en género.

Es importante mencionar que este diagnóstico fue realizado a través de grupos focales compuestos por mujeres migrantes y refugiadas que vienen trabajando como agentes comunitarios de la salud y que fueron involucradas desde el inicio del proyecto.

“Muchos de los casos identificados han sido por golpes. No hace mucho, eso fue una noticia que estuvo en los periódicos, donde asesinaron a una migrante. Pero más allá de todo esto, siempre existen casos de abuso, son muchos, que es difícil explicarlos uno por uno. Lo que más he podido observar es violencia sexual. A veces se ve, cuando están vendiendo que son acosadas sexualmente, con miradas, con palabras…”, testimonio de Elena, migrante y agente comunitario de salud mental.

Dicha violencia contra las mujeres migrantes y refugiadas se puede prevenir y sus consecuencias se pueden mitigar a través de la colaboración activa del sector salud.


* Se cambió el nombre para proteger la identidad de la sobreviviente.