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Última actualización: 14/02/2022
A febrero del 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha autorizado las vacunas de Pfizer/BioNTech, AstraZeneca/Oxford, Janssen, Moderna, Sinopharm, Sinovac, Bharat y Novavax. Otras vacunas continúan siendo estudiadas. Además, agencias reguladoras nacionales (ARN) han autorizado otras vacunas contra la COVID-19 en países específicos.
Para más información:
Sí, todas las vacunas contra la COVID-19 que están siendo consideradas para su aprobación deben brindar información, a través de sus ensayos clínicos, sobre su eficacia y seguridad para prevenir la enfermedad. Las autoridades regulatorias nacionales (ARN) analizan entonces estos datos para tomar una decisión sobre las vacunas. La OMS también evalúa estos datos, si la información se envía para su revisión.
La eficacia y seguridad de las vacunas sigue siendo objeto de un estrecho seguimiento incluso después de su introducción en un país. Solo las vacunas que han demostrado ser seguras y eficaces para prevenir la enfermedad serán aprobadas para su uso.
Más información:
Las vacunas aprobadas, ya sea por la OMS o por una agencia regulatoria nacional estricta, son muy eficaces para prevenir la enfermedad grave y la hospitalización contra las variantes delta y ómicron, así como contra otras variantes de preocupación.
Se continúan recogiendo y analizando datos sobre las nuevas variantes del virus que causa la COVID-19. La OMS mantiene una comunicación estrecha con investigadores, funcionarios de salud y científicos, con el fin de conocer de qué manera estas variantes pueden afectar a las propiedades del virus y el grado en que ello podría afectar la eficacia de las vacunas.
Más información:
Las vacunas contra la COVID-19 funcionan muy bien y son una herramienta fundamental para controlar la pandemia. Sin embargo, ninguna vacuna es 100% efectiva para prevenir la enfermedad en personas vacunadas. Habrá un pequeño porcentaje de personas completamente vacunadas que aún se enfermarán. Esto es especialmente cierto en presencia de una variante altamente transmisible como Omicron. Es probable que los síntomas sean leves o estén ausentes en los casos vacunados.
Además, la protección total de la vacuna comienza 14 días después de la administración de la segunda dosis. Una persona puede contraer el virus del SARS-CoV-2 inmediatamente antes o poco después de recibir las dosis de la vacuna COVID-19 y, por lo tanto, no estar protegida a pesar de la vacunación.
Hasta la fecha, no se han identificado patrones inesperados en la demografía o las características de la vacuna entre las personas con infecciones después de la vacunación.
Más información:
No. A fin de incluir vacunas contra la COVID-19 en la lista de la OMS para uso de emergencia se evalúan su calidad, seguridad y eficacia. Esto es un requisito para las vacunas que se suministran por medio del Mecanismo COVAX y ayuda a los países a acelerar su propia autorización regulatoria para importar y administrar vacunas contra la COVID-19.
Sin embargo, los países y las autoridades regulatorias nacionales (ARN) pueden aprobar el uso en un país de una vacuna contra la COVID-19 que no se haya incluido en la lista de la OMS para uso de emergencia. Cada Estado Miembro tiene una obligación soberana con sus propios ciudadanos y formula sus propias políticas sanitarias nacionales.
La OPS alienta a la población a seguir la información dada por sus autoridades nacionales de salud para determinar cuándo estarán disponibles las vacunas contra la COVID-19 para ellos.
Dado que las vacunas contra el COVID-19 están disponibles en todos los países de las Américas, podrá acceder a ellas a través de su Programa Nacional de Inmunizaciones. Contacte a su centro de salud más cercano para obtener más información.
La OPS alienta a las personas a vacunarse contra la COVID-19 con la primera vacuna que se les ofrezca. Todas las vacunas autorizadas han demostrado su seguridad y eficacia para prevenir la COVID-19 a las agencias nacionales regulatorias de cada país.
¡La mejor vacuna es la primera que está disponible!
Para más información sobre las diferentes vacunas, consulte:
Las vacunas de ARNm dan instrucciones a nuestras células para producir una proteína que hará que nuestro cuerpo reaccione y desarrolle anticuerpos contra el virus. Posteriormente, estos anticuerpos nos protegerán de la enfermedad cuando nos expongamos a ella. Estas vacunas son nuevas, aunque no desconocidas: los investigadores han estado estudiándolas y trabajando con ellas por décadas para combatir otras enfermedades como la gripe estacional (influenza) y el zika.
Más información:
Hasta febrero del 2022, todavía estamos aprendiendo cuánto dura la protección de las vacunas contra la COVID-19. Los datos disponibles sugieren que la mayoría de las personas que se recuperan de COVID-19 desarrollan una respuesta inmunitaria que proporciona al menos 6 meses de protección contra la reinfección, aunque todavía estamos aprendiendo qué tan fuerte es esta protección. Para mejorar aún más la protección, la OMS recomienda que todas las personas elegibles reciban una dosis de refuerzo de cualquier vacuna COVID-19 aprobada por la OMS tan pronto como se les ofrezca.
También, es fundamental continuar con todas las medidas de salud pública que funcionan, como el distanciamiento físico, la ventilación de los espacios, el uso de mascarillas y el lavado de manos.
Más información:
Por el momento, la OMS no cuenta con un Certificado Internacional de Vacunación o Tarjeta de Profilaxis para las vacunas contra la COVID-19.
La OMS no lleva un registro detallado de las vacunas administradas en cada país y no emite un certificado de vacunación a las personas inmunizadas contra la COVID-19. El documento de vacunación emitido por el gobierno de la persona vacunada es la única prueba de vacunación contra COVID-19 disponible actualmente.
Un viajero internacional debe seguir las orientaciones nacionales y las emitidas por los países a los que viaja. Algunos países permiten que las personas completamente vacunadas eviten la cuarentena y las pruebas a su llegada.
Pero incluso cuando esté completamente vacunado, continúe tomando las mismas medidas preventivas, ya que ninguna vacuna es 100% efectiva, y hacer todo esto ayuda a protegerse a sí mismo y a los demás. Manténgase al menos a un metro de distancia de otras personas, use una mascarilla que le ajuste bien sobre la nariz y la boca, evite lugares y entornos con poca ventilación, lávese las manos con frecuencia, quédese en casa si no se siente bien, hágase la prueba si es posible y manténgase informado sobre la cantidad de virus que circula en las áreas donde viaja, vive y trabaja.
La OMS no recomienda que los países exijan prueba de vacunación como requisito para ingresar. Esto no sería justo, dado que no hay suficientes vacunas para todos y que algunos países tienen más acceso que otros.
La OPS promueve el uso de vacunas seguras y efectivas como herramienta protectora para ayudar a mantener a la población sana. Cada estado miembro tiene una obligación soberana con sus propios ciudadanos y formula sus propias políticas nacionales de salud. La OPS y la OMS no ofrecen una posición que respalde o se oponga a la vacunación obligatoria contra la COVID-19. Más bien, identifican importantes consideraciones éticas y advertencias que deben ser evaluadas y discutidas explícitamente por los gobiernos y/o los responsables de la formulación de políticas institucionales que puedan estar considerando mandatos de vacunación contra la COVID-19.
More information:
Las personas deben tomar decisiones informadas con respecto a la vacunación, incluso contra la COVID-19. La decisión sobre qué estrategias de vacunación emplear, incluidos los incentivos para la vacunación, corresponde a cada país.
Sí, es posible. De hecho, es posible que un país necesite usar vacunas de diferentes plataformas o productores. Por ello, la OPS/OMS ha recomendado fortalecer el sistema de registro de los vacunados, ya que es clave para el control del tipo de vacuna que recibe cada persona y dar seguimiento cuando se administra la segunda dosis. La OPS también recomienda que todas las personas vacunadas conserven su tarjeta de vacunación emitida por el Gobierno.
Es preferible que la segunda o tercera dosis sea del mismo tipo de vacuna que la primera. No obstante, cuando esto no sea posible, la OMS recomienda el uso de esquemas combinados para completar una serie primaria de 2 dosis o recibir un refuerzo.
Más información:
Sí. La seguridad de las vacunas es siempre una de las más altas prioridades, y esto no es diferente en el caso de las vacunas contra la COVID-19. Todas las vacunas pasan por rigurosas fases de estudio clínico antes de que sean aprobadas para su uso en la población. Estos ensayos tienen por objetivo garantizar la seguridad y la capacidad de la vacuna para proteger contra la enfermedad (eficacia).
Las vacunas que se están desarrollando contra la COVID-19 están siguiendo estos mismos requisitos, y solo serán aprobadas o introducidas en los países para su uso en la población en general una vez que se haya demostrado su seguridad ante las autoridades regulatorias.
Asimismo, la OMS únicamente autorizará su inclusión en la lista para uso en emergencias cuando haya analizado el dosier completo de los ensayos. Una vez que las vacunas contra la COVID-19 se aprueban, el seguimiento de la seguridad continúa. Este seguimiento es un componente habitual de los programas de inmunización y se realiza con todas las vacunas.
Más información:
Sí, las vacunas de ARNm siguen con igual rigurosidad las mismas normas de seguridad que se aplican con todas las vacunas. Las vacunas contra la COVID-19 solo se aprueban y se despliegan para administrarlas a la población general cuando los organismos regulatorios y la OMS han examinado a fondo los datos de seguridad.
Más información:
Con el apoyo de la OPS, los países de las Américas están trabajando para fortalecer y desarrollar sistemas de vigilancia para identificar y responder rápidamente a cualquier evento supuestamente atribuible a la vacunación o inmunización (ESAVI). Se trata de un proceso de rutina cuando se introduce cualquier vacuna nueva en los programas nacionales de inmunización regulares para vigilar su seguridad y efectividad.
Después de recibir la vacuna, su cuerpo descompondrá sus componentes en unos pocos días y eso quedará como memoria de su cuerpo sobre cómo combatir el virus.
Los efectos secundarios de las vacunas generalmente ocurren dentro de los primeros días de recibir la inyección y generalmente son leves (p. ej., dolor de cabeza, malestar general, dolor en el lugar de la inyección). Si el efecto secundario dura más de 10 días, se recomienda que consulte a su proveedor de atención médica.
Más información:
La trombosis con síndrome de trombocitopenia (STT) es una enfermedad en la que una persona presenta tanto una trombosis arterial o venosa grave (confirmada mediante pruebas de imagen, quirúrgicas o patológicas) y trombocitopenia de nueva aparición (recuento de plaquetas inferior a 150 000/μl).
Las recomendaciones actualizadas del SAGE sobre las vacunas de AstraZeneca y Janssen establecen que se consideró plausible una relación causal entre la vacuna y el STT. No obstante, el SAGE concluyó que el beneficio de la vacunación en la protección contra COVID-19 supera con creces los riesgos de desarrollar STT, ya que la condición es muy rara y puede tratarse fácilmente si la persona busca atención temprana. La relación beneficio/riesgo es mayor en los grupos de mayor edad, ya que el riesgo de resultados graves de la enfermedad de COVID-19 (incluido el STT) aumenta con la edad. No obstante, las personas que han tenido coágulos de sangre asociados con STT después de la primera dosis de la vacuna no deben recibir la segunda dosis.
Más información:
En todo el mundo, las vacunas de ARNm (es decir, Pfizer y Moderna) se utilizan para proteger a millones de personas contra la COVID-19. Hay datos disponibles, tanto de ensayos clínicos como de programas de vigilancia de países, sobre su eficacia y seguridad. Se esperan algunos efectos secundarios leves durante 1 o 2 días después de la vacunación; estos son un signo normal de que el organismo está desarrollando protección.
Se han notificado casos muy raros de miocarditis (inflamación del músculo cardíaco) y pericarditis (inflamación de la membrana que rodea el corazón) después de la segunda dosis de las vacunas contra la COVID-19 de ARNm. Los datos actualmente disponibles sugieren que existe una posible relación entre estos síntomas y las vacunas de ARNm. Se están realizando investigaciones para comprender más.
En hombres de 16 a 17 años, la tasa de notificación es de 70,2 por 1 millón vacunados con la segunda dosis de Pfizer. En hombres de 12 a 15 años, la tasa de notificación es de 45,7 por 1 millón vacunados con la segunda dosis de Pfizer.
En mujeres de 16 a 17 años, la tasa de notificación es de 7,6 por 1 millón vacunadas con la segunda dosis de Pfizer. En mujeres de 12 a 15 años, la tasa de notificación es de 3,8 por 1 millón vacunadas con la segunda dosis de Pfizer. Se están realizando estudios a largo plazo sobre el impacto de la vacuna de Pfizer en el músculo cardíaco.
Los datos actuales indican que los hombres de 12 a 17 años tienen un riesgo diez veces mayor de miocarditis y pericarditis por las vacunas contra la COVID-19 de ARNm que las mujeres de la misma edad.
Los síntomas de miocarditis y pericarditis suelen ser leves y se controlan fácilmente si se tratan a tiempo. El tratamiento inmediato con medicamentos y reposo puede ayudar a evitar daños cardíacos a largo plazo. Si experimenta dolor en el pecho nuevo y persistente, dificultad para respirar o latidos cardíacos acelerados o fuertes a los pocos días de la vacunación con una vacuna de ARNm, contacte a su proveedor de salud inmediatamente. Los beneficios de las vacunas de ARNm superan con creces el riesgo de miocarditis y pericarditis.
Más información:
El síndrome de Guillain-Barré (SGB) es un trastorno poco común del sistema inmunitario que produce debilidad muscular, dolor o entumecimiento y, en casos más graves, parálisis. El SGB puede deberse a diferentes causas, incluidas las infecciones, y ocurre con mayor frecuencia en hombres y personas mayores de 50 años. En raras ocasiones, los casos pueden ocurrir coincidentemente después de la vacunación.
Se han notificado un total de 227 casos de SGB desde la Unión Europea (UE) con AstraZeneca - Vaxzevria hasta junio de 2021, mientras que para la misma fecha se han administrado alrededor de 51,4 millones de dosis de esta vacuna.
El Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP, por sus siglas en inglés) de EE. UU. revisó la información en su reunión de julio de 2021 y señaló que se habían notificado 100 casos de SGB en el Sistema de Notificación de Eventos Adversos de Vacunas, el sistema de vigilancia pasiva a nivel nacional de EE. UU., con aproximadamente 12,2 millones de dosis de la vacuna Janssen administrada.
Las personas que reciben las vacunas contra la COVID-19 de Janssen o AstraZeneca deben estar alertas a los signos y síntomas del SGB y deben buscar atención médica inmediata si desarrollan debilidad/hormigueo y parálisis en las extremidades que pueden progresar a otras partes del cuerpo, incluidos el pecho y la cara. Los síntomas pueden incluir dificultad para caminar, dificultad con los movimientos faciales, visión doble o incapacidad para mover los ojos, o dificultad para controlar las funciones de la vejiga o el intestino.
Los beneficios potenciales de las vacunas contra la COVID-19 de Janssen y AstraZeneca continúan superando cualquier riesgo potencial de SGB, en particular teniendo en cuenta el aumento en las variantes más transmisibles delta y ómicron.
Más información:
A febrero del 2022, existen más de 337 vacunas candidatas que se están desarrollando. Algunas están más avanzadas que otras. Más de 142 vacunas candidatas ya se están probando en ensayos clínicos.
Más información:
Todas las vacunas pasan por tres fases de ensayos clínicos antes de que puedan ser aprobadas para su uso en la población. Las fases de estudio tienen como objetivo garantizar la seguridad y la capacidad de la vacuna para proteger contra la enfermedad (efectividad), así como otras cuestiones como los grupos de población en los que se administra la vacuna, el número de dosis necesarias y el intervalo entre dosis.
Más información:
La OMS ha proporcionado orientación sobre la eficacia preferida y mínima que las vacunas contra la COVID-19 necesitarán tener:
Más información:
La seguridad es uno de los enfoques principales de los ensayos clínicos de vacunas. Cuando una potencial enfermedad inexplicable ocurre en un participante del ensayo, que puede o no estar relacionada con la vacuna que se está evaluando, es una práctica rigurosa y rutinaria el investigar. Las suspensiones temporales de los ensayos clínicos de vacunas no son inusuales mientras se lleva a cabo una evaluación.
Hasta la fecha solamente las vacunas de AstraZeneca y Janssen han experimentado esta pausa y la vacunación se reanudó 2 a 3 semanas después.
Antes de que se apruebe el uso de una vacuna en la población general, ésta debe pasar por tres fases de estudio. Las vacunas que se están desarrollando contra COVID-19 están siguiendo las mismas fases estrictas. En cada fase se evalúa la seguridad de la vacuna, y el ensayo no seguirá adelante hasta que se cumplan todos los requisitos de seguridad. Durante las dos últimas fases, los investigadores evalúan la eficacia de la vacuna para proteger a las personas contra el COVID-19. Sin embargo, en algunos casos las fases podrían implementarse paralelamente o acelerarse cuando se disponga de datos suficientes, en particular los relacionados con seguridad. Una vez que se aprueba una vacuna contra COVID-19 para su uso en la población general, la vigilancia de su seguridad y efectividad continúa.
Debido a que el suministro de vacunas es limitado, los países deben priorizar quién podrá vacunarse primero para minimizar su riesgo de enfermedad grave y muerte. Estos grupos prioritarios son trabajadores de la salud, adultos mayores y adultos inmunocomprometidos.
La OMS y su Grupo Asesor Estratégico sobre Inmunizaciones (SAGE, por sus siglas en inglés) publicaron una hoja de ruta que brinda orientación sobre los objetivos, principios y grupos meta para la vacunación. Las recomendaciones sobre los grupos prioritarios toman en consideración los escenarios epidemiológicos, la estrategia general de salud pública y los suministros de vacunas. Cada país adaptará esas recomendaciones a su contexto, con el apoyo de la OMS.
Más información:
Hoja de ruta del SAGE de la OMS para priorizar los usos de las vacunas contra la COVID-19
Marco para la distribución y priorización de la vacunación contra la COVID-19 aquí [Solamente en inglés]
Sí, la OPS/OMS recomienda que las personas que hayan tenido COVID-19 se vacunen contra esta enfermedad, sin importar si la persona no tenía síntomas o estaba muy enferma. La vacuna refuerza aún más el sistema inmunológico del cuerpo contra la COVID-19. Además, recibir inmunidad a través de la vacuna es mucho más seguro que recibirla a través de la enfermedad misma, ya que el COVID-19 puede tener consecuencias a largo plazo en la salud de una persona.
Si la persona tiene síntomas al momento de vacunarse, el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE por sus siglas en inglés) recomienda postergar la vacunación hasta que la persona se haya recuperado para evitar contagiar a otros. Esta recomendación aplica a todas las personas elegibles para recibir la vacuna, incluidos los adultos mayores.
Más información:
Documentos técnicos de las vacunas contra la COVID-19 [Solamente en inglés]
Si tiene síntomas de COVID-19, o le han diagnosticado con COVID-19, debería vacunarse. Sin embargo, debe seguir las directrices locales de aislamiento antes de ir a vacunarse y es mejor que espere y se vacune después de recuperarse. En ese momento podrá recibir su vacuna.
Las vacunas contra la COVID-19 se pueden administrar en cualquier momento, siempre que la persona ya no esté infectada con el SARS-CoV-2 (es decir, no presente síntomas).
Sin embargo, el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE por sus siglas en inglés) de la OMS recomienda que una persona puede elegir esperar hasta 6 meses para recibir la vacuna contra la COVID-19 si ha estado infectada con COVID-19 antes. Durante este tiempo, la persona puede confiar en la inmunidad generada por el cuerpo durante la enfermedad.
Sin embargo, los datos que están surgiendo muestran que las personas que han tenido COVID-19 previamente pueden volver a enfermar, especialmente en zonas donde circulan variantes de preocupación. En estos entornos, lo ideal es que aquellas personas que han estado infectadas previamente con COVID-19 se vacunen dentro de los 3 meses posteriores a la infección.
Sí. Como todos nosotros, las mujeres embarazadas corren el riesgo de contraer COVID-19. Debido a que su sistema inmunológico cambia durante el embarazo, son más vulnerables a infecciones respiratorias, como la COVID-19. Si se enferman, tienden a desarrollar síntomas más graves cuyo tratamiento puede requerir una hospitalización más prolongada en unidades de cuidados intensivos, una mayor necesidad de asistencia ventilatoria y mayor probabilidad de morir en comparación con personas no embarazadas de la misma edad y etnia.
Según la hoja de ruta para la priorización actualizada del SAGE, todas las mujeres embarazadas (sin importar otros factores de riesgo) deben tener prioridad para la vacunación contra la COVID-19 cuando el beneficio supere los riesgos potenciales. Además, el SAGE recomienda que las mujeres embarazadas consulten los documentos de orientación provisional de cada vacuna.
En este momento, no hay suficientes datos sobre la seguridad o la eficacia de la vacunación de mujeres embarazadas con las vacunas Bharat o Novavax, por lo que estas vacunas deben administrarse previa consulta con su proveedor de atención médica.
Más información:
Sí. Las mujeres lactantes pueden vacunarse y tienen las mismas probabilidades de beneficiarse de la vacunación que otros adultos de su edad. La lactancia materna ofrece importantes beneficios para la salud de las mujeres lactantes y sus hijos amamantados. La OMS no recomienda interrumpir la lactancia materna a causa de la vacunación.
Dado que ninguna de las vacunas COVID-19 son vacunas de virus vivos, es biológica y clínicamente improbable que supongan un riesgo para el niño lactante.
Sí. Se alienta a las personas con afecciones subyacentes a que se vacunen tan pronto como puedan porque tienden a tener un mayor riesgo de complicaciones por la COVID-19. Las vacunas contra la COVID-19 disponibles son seguras y eficaces en personas con afecciones médicas conocidas asociadas con un mayor riesgo de enfermedades graves, como hipertensión, diabetes, asma, enfermedades pulmonares, hepáticas o renales. Se considera que las personas inmunocomprometidas tienen un riesgo particularmente alto de enfermedad grave y muerte y se les debe dar prioridad para la vacunación.
El síndrome de Guillain-Barré (SGB) es un trastorno poco frecuente del sistema inmunitario que provoca debilidad muscular, dolor o entumecimiento y, en los casos más graves, parálisis. El SGB puede deberse a diferentes causas, incluidas las infecciones, y sucede con mayor frecuencia en hombres y personas mayores de 50 años. Los casos pueden ocurrir coincidentemente después de la vacunación.
Sí, las personas que hayan tenido síndrome de Guillain-Barré anteriormente pueden recibir la vacuna contra la COVID-19. Hasta la fecha, no se han notificado casos de SGB después de la vacunación en los participantes en ensayos clínicos de las vacunas de ARNm contra la COVID-19.
Más información:
Los niños pueden infectarse con COVID-19 y transmitir el virus a otros. Cuando están enfermos, la mayoría de los niños tienen una enfermedad leve que se puede tratar en casa. Las hospitalizaciones y los casos graves son más comunes entre los niños con afecciones subyacentes y rara vez se ven entre los niños sanos.
Sin embargo, debido a la escala de transmisión continua del SARS-CoV-2 (especialmente debido a la variante ómicron), más personas de todas las edades se están infectando con el virus. Y, debido a que los adultos vacunados están bien protegidos contra enfermedades graves, la mayoría de las hospitalizaciones ocurren entre personas no vacunadas, incluidos niños que no son elegibles para recibir las dosis de la vacuna.
En enero de 2022, la OMS aprobó el uso de la vacuna de Pfizer en personas de 5 años o más. Los niños de 5 a 11 años deben recibir la versión pediátrica de la vacuna de Pfizer, que tiene una formulación y dosificación diferentes en comparación con la versión para adultos. Las demás vacunas que han recibido la autorización de emergencia de la OMS siguen estando autorizadas para personas de 18 años en adelante, con excepción de la vacuna Moderna, que está aprobada para personas de 12 años en adelante.
La OMS recomienda que los países ofrezcan la vacunación (serie primaria y dosis de refuerzo) solo a niños de 5 a 17 años con comorbilidades que los pongan en mayor riesgo de enfermarse gravemente por COVID-19.
Se recomienda que los países no prioricen la vacunación de niños o adolescentes sin comorbilidades, al menos hasta que los grupos con mayor riesgo de infección y mortalidad hayan alcanzado una alta tasa de vacunación.
Actualmente no hay evidencia disponible sobre el uso de dosis de refuerzo en niños de 5 a 11 años.
La OMS no ha aprobado ninguna vacuna contra la COVID-19 para niños menores de 5 años.
No. Según la evidencia disponible hasta este momento, no se han identificado factores de riesgo asociados con eventos adversos graves después de la vacunación contra la COVID-19.
Sí, en la mayoría de los casos. Si una persona tiene alergias que no están relacionadas con un componente de las vacunas contra la COVID-19, no hay ninguna contraindicación para su uso, y la persona puede recibir la vacuna cuando sea su turno.
Los antecedentes de anafilaxia a cualquier otra vacuna o terapia inyectable (es decir, vacunas o terapias intramusculares, intravenosas o subcutáneas) no son una contraindicación para la vacunación. Para estas personas, un profesional de la salud debe realizar una evaluación de riesgos. No se sabe si existe un mayor riesgo de anafilaxia, pero se debe aconsejar sobre el riesgo potencial de anafilaxia y se deben sopesar los riesgos frente a los beneficios de la vacunación. Estas personas deben ser observadas durante 30 minutos después de la vacunación en entornos sanitarios donde la anafilaxia pueda ser tratada inmediatamente.
Las personas con una reacción alérgica no anafiláctica inmediata a la primera dosis (es decir, urticaria, angioedema sin signos o síntomas respiratorios que se produzcan en las 4 horas siguientes a la administración) no deben recibir dosis adicionales, a menos que lo recomiende posteriormente un profesional sanitario experimentado. Sujeto a la evaluación individual del riesgo-beneficio, la vacuna podría administrarse bajo estrecha supervisión médica si es la única vacuna disponible para las personas con alto riesgo de COVID-19 grave. Si se ofrece una segunda dosis, el paciente debe ser observado estrechamente durante 30 minutos después de la vacunación en un entorno sanitario donde las reacciones alérgicas graves puedan ser tratadas inmediatamente.
Más información:
Sí. Las vacunas contra la COVID-19 lo protegen de enfermarse gravemente o morir al enseñarle a su cuerpo cómo combatir el virus SARS-CoV-2 (que causa la COVID-19). Sin embargo, es posible que la vacuna no proteja bien contra el riesgo de infección por el virus SARS-CoV-2, aunque la enfermedad tiende a ser leve o asintomática. Es por eso que el distanciamiento social, el uso de mascarilla y el lavado de manos continúan siendo medidas importantes que todos podemos tomar para protegernos contra la infección por COVID-19.
Algunas personas pueden experimentar efectos secundarios leves como dolor en el lugar de la inyección, dolores musculares o fiebre, pero estos desaparecen rápidamente. Estos efectos secundarios son consecuencia de la respuesta del sistema inmunitario a la vacuna y no son un signo de que se haya contraído la enfermedad. Las vacunas contra la COVID-19 no harán que usted se contagie ni que contagie a los demás.
Más información:
Sí. No tener ninguno de los efectos secundarios comunes después de vacunarse (brazo adolorido, fatiga, cefalea, escalofríos, dolor muscular, fiebre, etc.) no significa que la vacuna contra la COVID-19 no haya generado protección. Todas las vacunas contra la COVID-19 han mostrado ser seguras y funcionan.
Sí. Algunas de las vacunas aprobadas requieren que las personas reciban una segunda dosis luego de un determinado período de tiempo. Recibir esta segunda dosis cuando se recomienda fortalece la respuesta inmunitaria del cuerpo al virus. Si no recibe la segunda dosis, como recomendado, la protección contra la enfermedad no será óptima.
Una dosis de refuerzo es una dosis adicional que se le da a una persona que ha completado una serie de vacunación primaria (actualmente una, dos o tres dosis de la vacuna COVID-19, dependiendo de la vacuna y el grupo de población) cuando, con el tiempo, ha perdido protección por debajo de un nivel aceptable.
Las dosis de refuerzo deben ofrecerse con base en la evidencia de que al hacerlo mejoraría la protección contra enfermedad grave, la hospitalización y la muerte, y para proteger los sistemas de salud. La OMS recomienda que las personas sigan los lineamientos nacionales con respecto a las dosis de refuerzo, incluida la población elegible, el intervalo entre la serie primaria y el refuerzo, así como otros detalles.
Más información:
Si no se dispone de una dosis del mismo tipo de vacuna, la OPS/OMS sugiere:
Estas recomendaciones se aplican a la serie de vacunación primaria y a las dosis de refuerzo.
Más información:
Sí, será necesario seguir usando mascarilla, mantener la distancia física y lavarse las manos con frecuencia, incluso después de que las vacunas contra la COVID-19 se estén aplicando al público en general.
Aunque la vacuna contra la COVID-19 le protegerá de enfermar gravemente y de la muerte, todavía estamos aprendiendo hasta qué punto le impide infectarse y transmitir el virus a otras personas. Las pruebas actuales demuestran que las vacunas proporcionan cierta protección contra la infección y la transmisión, pero esa protección es menor que la de la enfermedad grave y la muerte. Además, todavía estamos aprendiendo sobre las variantes que nos preocupan y si las vacunas de igual manera contra estas cepas como contra el virus no variante.
Por último, aunque muchas personas de la comunidad no estén todavía vacunadas, es importante mantener otras medidas de prevención, especialmente en las comunidades donde la circulación del virus es notable. Para ayudar a mantener su seguridad y la de los demás, debe seguir manteniendo distancia de los demás, cubrirse la tos o el estornudo con el codo, limpiarse las manos con frecuencia y usar una mascarilla, especialmente en espacios cerrados, abarrotados o mal ventilados. Siga siempre las orientaciones de las autoridades locales en función de la situación y el riesgo del lugar donde vive.
Más información:
Se administran dosis adicionales a personas con sistemas inmunitarios de moderados a graves. Esta dosis adicional de la vacuna COVID-19 está destinada a mejorar la respuesta de las personas inmunodeprimidas a su serie inicial de vacunas.
Durante su última reunión del 4 al 8 de octubre, el Grupo Asesor Estratégico de Expertos en Inmunización (SAGE, por sus siglas en inglés) de la OMS revisó la evidencia disponible y recomendó que grupos específicos reciban tres dosis de una vacuna COVID-19 en lugar de dos. Esta dosis adicional está destinada a mejorar la respuesta a la serie inicial de vacunas de 2 dosis. Específicamente:
El Grupo de Asesoramiento Estratégico de Expertos en Inmunización (SAGE, por sus siglas en inglés) de la OMS revisó la evidencia disponible y recomendó que la vacuna contra la influenza se administre al mismo tiempo que la vacuna contra la COVID-19. Esta coadministración no presenta problemas de seguridad y optimiza la administración eficiente de las vacunas. Todas las demás vacunas deben administrarse 14 días antes o después de la administración de la vacuna COVID-19. No obstante, las recomendaciones varían de un país a otro, y debe seguir las pautas establecidas para su propio país.
A febrero del 2022, las investigaciones continúan para determinar la duración de la inmunidad (protección) que se genera posterior a la vacunación contra la COVID-19 con las vacunas actualmente disponibles. Además, se continúa evaluando la protección de estas vacunas contra las nuevas variantes del SARS-CoV-2. Tendremos la respuesta a esta y otras preguntas, a medida que se tengan más estudios en las poblaciones vacunadas lo que permitirá determinar si será necesario realizar vacunaciones anuales o en diferentes periodos.
Sí, puedes donar sangre inmediatamente después de recibir la vacuna contra la COVID-19.
No. Aunque los ingredientes que figuran en la etiqueta de las vacunas pueden ser alarmantes (por ejemplo, tiomersal, aluminio y formaldehído), por lo general estas sustancias se encuentran naturalmente en el cuerpo humano, en los alimentos —como en el atún— y en el medioambiente. Las cantidades presentes en las vacunas son extremadamente pequeñas y no dañan el cuerpo.
No, la vacuna COVID-19 producida por AstraZeneca no incluye azufre en ninguna cantidad.
Más información:
No. Las vacunas COVID-19 no pueden y no le harán magnético, ni siquiera en el lugar de la inyección. Las vacunas están libres de metales que podrían causar una atracción magnética a su cuerpo.
No. La vacuna creará inmunidad sin los efectos nocivos asociados a la COVID-19, incluidos los efectos a largo plazo y la muerte. Permitir que la enfermedad se extienda podría causar millones de muertes y un número incluso mayor de personas con los efectos a largo plazo de la enfermedad.
Las vacunas contra la COVID-19 NO contienen células de fetos humanos.
En el proceso de producción de algunas vacunas se han usado líneas celulares derivadas de células recuperadas de tejido fetal obtenido de abortos realizados en Suecia e Inglaterra hace más de 40 años. Estos abortos fueron voluntarios, respetaron la legislación de estos países y no se realizaron con la intención de generar líneas celulares para fabricar vacunas.
Las líneas celulares revolucionaron la investigación científica al permitir el estudio en laboratorio de diversos procesos biológicos que podrían ocurrir en organismos vivos. Se generan a partir de células obtenidas de tejidos (humanos, animales o vegetales) y se cultivan en un laboratorio; por ejemplo, para investigar medicamentos o vacunas nuevos. En la producción de vacunas, como en las vacunas contra la rubéola, la varicela, la hepatitis A, la rabia y, recientemente, en algunas de las vacunas contra la COVID-19, se han usado diversos tipos de líneas celulares.
Los científicos utilizan líneas celulares porque los virus, a diferencia de las bacterias, necesitan células para crecer y multiplicarse. Las líneas celulares son necesarias para que los virus crezcan y se multipliquen, y puedan estudiarse en el laboratorio. Las líneas celulares derivadas de tejido fetal tienen la ventaja de que pueden crecer y multiplicarse indefinidamente en ciertas condiciones de laboratorio porque están en un proceso continuo de diferenciación y crecimiento. Por esta razón, son preferibles para la investigación, en comparación con otras líneas celulares o con los cultivos primarios de células, que solo pueden reproducirse un número limitado de veces.
Aunque en la investigación y producción de algunas vacunas se usan líneas celulares, ninguna vacuna contiene células fetales.
No, ninguna de las vacunas aprobadas contra la COVID-19 hará que su cuerpo libere, descargue o extienda alguno de los componentes de la vacuna.
No se conocen efectos de las vacunas COVID-19 sobre los períodos menstruales. Además, las personas pueden recibir la vacuna contra la COVID-19 en cualquier momento de su periodo menstrual.
No. Si una persona ha sido vacunada contra la COVID-19, no tendrá ningún efecto sobre el periodo menstrual de otra persona.
No. La eficacia y la seguridad de la vacuna no se ve impactada por ningún alimento o bebida que se consuma antes o después de tomar la vacuna contra la COVID-19.
No, los estudios de las vacunas autorizadas han demostrado que recibir la vacuna contra la COVID-19 no tiene ningún efecto sobre la fertilidad. De hecho, algunas participantes en los estudios clínicos quedaron embarazadas durante los mismos. Nunca se ha aprobado ni se aprobará ninguna vacuna que se sospeche afecte a la capacidad de concebir de una persona.
No. La OMS y las agencias reguladoras nacionales nunca han aprobado ninguna vacuna sospechosa de causar cáncer de mama, ni ningún otro tipo de cáncer. Las personas que han recibido la vacuna contra la COVID-19 pueden presentar una inflamación de los ganglios linfáticos (linfadenopatía) en la axila, cerca del lugar donde recibieron la inyección. Esta hinchazón es un signo normal de que su cuerpo está creando protección contra la COVID-19. Sin embargo, es posible que esta hinchazón pueda causar una lectura falsa en una mamografía. Algunos expertos recomiendan hacerse la mamografía antes de vacunarse o esperar de 4 a 6 semanas después de vacunarse.
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No. Las vacunas contra la COVID-19 no aumentan el tamaño de las mamas. Algunas personas que reciben la vacuna COVID-19 pueden tener los ganglios linfáticos inflamados bajo el brazo donde se administró la vacuna. Sin embargo, esto ocurre con todas las vacunas, no solo con la vacuna contra la COVID-19.