Buenos Aires, 23 de febrero de 2023 (OPS/OMS) - La mala alimentación origina en la población hipertensión arterial, hiperglucemia y obesidad, los tres factores de riesgo más asociados con la mortalidad en la Región de las Américas a causa de las llamadas enfermedades no trasmisibles. Un primer paso para evitarlos es contar con información sobre los alimentos procesados y ultraprocesados que pueden tener nutrientes críticos en demasía.
Con ese objetivo y en el marco de la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, Argentina implementó el etiquetado frontal con advertencias sobre el contenido en exceso de azúcares, grasas totales, grasas saturadas y sodio en alimentos envasados y bebidas analcohólicas.
A partir de agosto de 2022 comenzaron a aparecer en las góndolas del país los primeros sellos octagonales y el pasado 20 de febrero finalizó la prórroga otorgada por el Gobierno a algunas empresas para implementar la medida. Es por eso que comenzarán a verse mayor cantidad de productos alcanzados por los sellos de advertencias. Además, a partir de ese plazo las grandes industrias no pueden hacer publicidad, promoción, ni patrocinio de alimentos dirigido a niñas y niños que contengan uno o más sellos.
El etiquetado proporciona información directa a las y los consumidores cuando un producto contiene cantidades excesivas de nutrientes críticos. Cabe aclarar que este sistema no prohíbe comprar los productos, solo ayuda a tomar una decisión fundamentada.
La representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) en Argentina, Eva Jané Llopis, indicó que “la información sobre los productos alimentarios que consumimos es fundamental para promover el autocuidado y una nutrición saludable que colabore en la prevención de factores de riesgos de enfermedades cardiológicas, diabetes y algunos tipos de cáncer”.
Jané Llopis explicó que “la mala alimentación se debe en gran medida a la amplia disponibilidad y comercialización de bebidas y alimentos procesados y ultraprocesados que tienen un contenido excesivo de azúcares, grasas y sodio” y una de las respuestas a esta situación son las regulaciones que favorezcan la reducción de la demanda de estos productos. Además, llevan a una mejora de la oferta de alimentos más saludables, lo que implica un beneficio sanitario importante para la población en su conjunto.
“La hipertensión arterial, la hiperglucemia en ayunas, la obesidad y el sobrepeso son las causas de alrededor del 44 por ciento de las muertes en la región de las Américas”, agregó la representante de OPS. Estos factores de riesgo de enfermedades en ocasiones están vinculados con una alimentación desequilibrada.
Tras realizar distintas evaluaciones, se encontró que el sistema de advertencias sanitarias que adoptó Argentina y que recomienda la OPS es el más adecuado para el objetivo de prevenir la obesidad y otras enfermedades no transmisibles.
Existe evidencia que indica que el sistema de sellos permite captar la atención en poco tiempo, lo que es útil ya que se ha observado que las y los consumidores toman una decisión de compra de alimentos en menos de cinco segundos. Además, no requiere de un esfuerzo cognitivo que exija conocer sobre nutrición ni hacer cálculos.
“En los países que lo aplican desde hace unos años, como en Chile, las advertencias octogonales han tenido buenos resultados ya que las personas redujeron el consumo de productos con exceso de nutrientes críticos y prefirieron los que no tenían sellos, lo que implicó un beneficio para su salud”, señaló el consultor nacional de Enfermedades No Transmisibles, OPS/OMS en Argentina, Sebastián Laspiur. Además, las empresas comenzaron a reformular sus productos para evitar ser destinatarias de sellos.
Así, según un estudio conjunto de 2021 del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile, la Universidad de Carolina del Norte y del Instituto Nacional de Salud Pública de México, las compras al día por persona de productos altos en azúcar descendieron un 27%, en grasas saturadas un 16%, mientras que en sodio cayeron un 37%. La investigación publicada en The Lancet Planetary Health tomó los datos de adquisición de alimentos y bebidas de más de 2.300 hogares chilenos entre enero de 2015 y diciembre de 2017.
Como a partir de esta etapa de incorporación del etiquetado frontal en Argentina se comenzarán a encontrar gradualmente más productos en los supermercados y almacenes, “la recomendación -expresó Laspiur- es elegir alimentos naturales y productos sin los octógonos y sustituirlos por alternativas más saludables. Es esencial el cambio de nuestros patrones alimentarios para reducir el riesgo de enfermar y morir por enfermedades no transmisibles”.