El cultivo de tabaco es perjudicial para nuestra salud, la de los agricultores y la del planeta. La industria tabacalera interfiere en los intentos de sustituir el cultivo de tabaco, con lo que contribuye a la crisis alimentaria mundial.
Esta campaña pretende animar a los gobiernos a poner fin a las subvenciones al cultivo de tabaco y utilizar los recursos ahorrados para ayudar a los agricultores a cambiar a cultivos más sostenibles que mejoren la seguridad alimentaria y la nutrición.
La variable clave para medir el éxito de la campaña sería el número de gobiernos que se comprometieran a poner fin a las subvenciones al cultivo de tabaco.
Los gobiernos deberían acelerar la aplicación de los artículos 17 y 18 del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT de la OMS) y sus directrices, donde se señala de qué maneras pueden respaldar a los agricultores ofreciéndoles asesoramiento técnico sobre agricultura, poniéndoles en contacto con los proveedores de suministros y servicios necesarios para producir, ofreciéndoles ayuda financiera para aumentar la producción de alimentos saludables y favoreciendo la sustitución del tabaco por cultivos alternativos.
Aquí (en inglés) puede encontrar más información sobre las iniciativas que pueden llevar a cabo los países para aplicar el artículo 17.
Los gobiernos deben reconocer la carga adicional que supone para los países de ingreso bajo y mediano el cultivo de tabaco destinado a su consumo en países de ingreso alto. Los países de ingreso alto que importan tabaco deben incorporar medidas de control del tabaco en sus estrategias de cooperación para el desarrollo, en particular para ofrecer a los productores unos medios de subsistencia alternativos. Asimismo, deben respaldar las iniciativas destinadas a desarrollar unos medios de subsistencia alternativos al cultivo de tabaco que estén en consonancia con otros compromisos adquiridos en materia de apoyo a la salud, el medio ambiente y las economías de los países de ingreso bajo y mediano y menos adelantados.
Los grupos de defensa deben elaborar y compartir documentos sobre las mejores prácticas mundiales y regionales, así como programas educativos y campañas informativas respaldadas por datos y pruebas, a fin de impedir cualquier intento de desinformación a los agricultores por parte de la industria tabacalera y para poner a disposición de todos los trabajadores del tabaco alternativas viables que les permitan cambiar a otros medios de subsistencia sostenibles. Además, pueden informar a los agricultores acerca de los efectos negativos que provoca el cultivo de tabaco en la salud, el medio ambiente, la sociedad y la economía.
Hay una serie de iniciativas gubernamentales enmarcadas en el Programa India Digital que pueden utilizarse para formar y concienciar a los agricultores de tabaco y para defender sus intereses, por ejemplo, «Aldea Digital» (Digital Village), «Centros de servicios comunes» (Common Service Centres), «Cibersalud» (e-Health) y «Cibereducación» (e-education), entre otros.
Se alienta a los defensores de derechos a criticar públicamente al gobierno por apoyar la producción de tabaco en los países de ingreso bajo y mediano bajo y menos adelantados, sobre todo en aquellos que padecen problemas de inseguridad alimentaria y contribuyen a la crisis alimentaria mundial. También se los alienta a criticar al gobierno por no llevar a la práctica su discurso sobre el control del tabaco al no introducir en las iniciativas de cooperación para el desarrollo el fomento de medios de subsistencia alternativos.
Las organizaciones de la sociedad civil pueden mostrar cómo actúa la industria para impedir que los agricultores de tabaco transiten hacia medios de subsistencia alternativos, así como para disfrazar sus prácticas con un falso ecologismo
Las entidades de microfinanciación pueden velar por que los programas de crédito rural ofrezcan unas buenas condiciones a los agricultores de tabaco que deseen cambiar de actividad, a fin de que puedan adquirir los insumos necesarios para cultivar otros productos.
Los organismos de las Naciones Unidas deben colaborar para tratar de alcanzar las metas de los ODS 2.1, 2.2, 2.3 y 2.4 (mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición), 3a (implementar el CMCT de la OMS), 13 (combatir el cambio climático) y 17 (fortalecer la alianza para el desarrollo sostenible). Esto puede lograrse creando unos ecosistemas de producción y comercialización de cultivos que faciliten a los agricultores la sustitución del tabaco por otros productos.
Los agentes del mercado del sector privado pueden ayudar a conformar un mercado de cultivos alternativos sostenible incentivando que los agricultores cambien de cultivo, y para ello pueden brindar apoyo a lo largo de toda la cadena de valor, por ejemplo, en la compra de insumos, la manipulación posterior a la cosecha, la agregación y la entrega.
En el mundo hay 349 millones de personas de 79 países que se enfrentan a una inseguridad alimentaria aguda, una cifra sin precedentes. Muchas de esas personas residen en países de ingreso bajo y mediano, y más de 30 de esos países están en el continente africano. Otra característica que comparten muchos de esos países es que destinan grandes extensiones de tierra fértil a cultivar tabaco, en lugar de destinarlas a producir alimentos sanos. A menudo, los países productores de tabaco deben afrontar repercusiones económicas negativas debidas a los perjuicios sanitarios, ambientales y sociales que provoca el cultivo de este producto. En muchos casos, las divisas que se obtienen mediante las exportaciones de tabaco se utilizan para importar alimentos. El cultivo de tabaco deteriora la salud de los agricultores y los trabajadores de las explotaciones agrícolas, y provoca la pérdida irreversible de valiosos recursos ambientales, como fuentes de agua, bosques, plantas y especies animales.
Hay más de 124 países que producen tabaco como cultivo comercial, y destinan a esa actividad una superficie estimada de 3,2 millones de hectáreas de tierra fértil.
Los tres principales productores de hoja de tabaco (China, el Brasil y la India, por orden de producción) concentran más del 60% de la producción mundial. A medida que se endurecen las normativas de los países de ingreso mediano y alto, las empresas tabacaleras se dirigen cada vez más a los países africanos para aumentar su producción de hoja de tabaco.
Atrapar a los agricultores en un ciclo de endeudamiento. La industria tabacalera mantiene a los agricultores en una relación de dependencia ofreciéndoles incentivos. Tales incentivos pueden tener forma, por ejemplo, de préstamos o de suministros necesarios para cultivar tabaco, como semillas y productos agroquímicos. A menudo, los arreglos contractuales que alcanzan los agricultores con la industria tabacalera les impide vender su producto a un precio equitativo, y les deja atrapados en un círculo vicioso de endeudamiento. Las empresas tabacaleras pueden llevar a cabo estas prácticas porque los agricultores no tienen acceso a créditos rurales.
«Agricultura sin tabaco» (Tobacco-Free Farms) es una iniciativa conjunta que han puesto en marcha en Kenya la Organización Mundial de la Salud, el Programa Mundial de Alimentos y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación en colaboración con los Ministerios de Salud y de Agricultura. Con ella se pretende crear un ecosistema de producción y comercialización de cultivos propicio y favorable para que los agricultores vayan sustituyendo el cultivo de tabaco por otros medios de subsistencia. Alrededor de 1500 agricultores se han pasado al cultivo de frijoles con alto contenido en hierro, pero hay otras buenas alternativas al tabaco, como el sorgo, el mijo y la batata. Se puede encontrar más información sobre esta iniciativa aquí (en inglés).
Los gobiernos deberían acelerar la aplicación de los artículos 17 y 18 del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT de la OMS) y sus directrices, donde se señala de qué maneras pueden respaldar a los agricultores ofreciéndoles asesoramiento técnico sobre agricultura, poniéndoles en contacto con los proveedores de suministros y servicios necesarios para producir, ofreciéndoles ayuda financiera para aumentar la producción de alimentos saludables y favoreciendo la sustitución del tabaco por cultivos alternativos.
Aquí (en inglés) puede encontrar más información sobre las iniciativas que pueden llevar a cabo los países para aplicar el artículo 17.
Gobiernos de países que no cultivan tabaco y solo importan su hoja. Los gobiernos deben reconocer la carga adicional que supone para los países de ingreso bajo y mediano el cultivo de tabaco destinado a su consumo en países de ingreso alto. Los países de ingreso alto que importan tabaco deben incorporar medidas de control del tabaco en sus estrategias de cooperación para el desarrollo, en particular para ofrecer a los productores unos medios de subsistencia alternativos. Asimismo, deben respaldar las iniciativas destinadas a desarrollar unos medios de subsistencia alternativos al cultivo de tabaco que estén en consonancia con otros compromisos adquiridos en materia de apoyo a la salud, el medio ambiente y las economías de los países de ingreso bajo y mediano y menos adelantados.
Grupos de defensa en los países productores de tabaco. Los grupos de defensa deben elaborar y compartir documentos sobre las mejores prácticas mundiales y regionales, así como programas educativos y campañas informativas respaldadas por datos y pruebas, a fin de impedir cualquier intento de desinformación a los agricultores por parte de la industria tabacalera y para poner a disposición de todos los trabajadores del tabaco alternativas viables que les permitan cambiar a otros medios de subsistencia sostenibles. Además, pueden informar a los agricultores acerca de los efectos negativos que provoca el cultivo de tabaco en la salud, el medio ambiente, la sociedad y la economía.
Hay una serie de iniciativas gubernamentales enmarcadas en el Programa India Digital que pueden utilizarse para formar y concienciar a los agricultores de tabaco y para defender sus intereses, por ejemplo, «Aldea Digital» (Digital Village), «Centros de servicios comunes» (Common Service Centres), «Cibersalud» (e-Health) y «Cibereducación» (e-education), entre otros.
Defensores de derechos en los países importadores de tabaco. Se alienta a los defensores de derechos a criticar públicamente al gobierno por apoyar la producción de tabaco en los países de ingreso bajo y mediano bajo y menos adelantados, sobre todo en aquellos que padecen problemas de inseguridad alimentaria y contribuyen a la crisis alimentaria mundial. También se los alienta a criticar al gobierno por no llevar a la práctica su discurso sobre el control del tabaco al no introducir en las iniciativas de cooperación para el desarrollo el fomento de medios de subsistencia alternativos.
Sociedad civil. Las organizaciones de la sociedad civil pueden mostrar cómo actúa la industria para impedir que los agricultores de tabaco transiten hacia medios de subsistencia alternativos, así como para disfrazar sus prácticas con un falso ecologismo.
Entidades de microfinanciación. Las entidades de microfinanciación pueden velar por que los programas de crédito rural ofrezcan unas buenas condiciones a los agricultores de tabaco que deseen cambiar de actividad, a fin de que puedan adquirir los insumos necesarios para cultivar otros productos.
Organismos de las Naciones Unidas. Los organismos de las Naciones Unidas deben colaborar para tratar de alcanzar las metas de los ODS 2.1, 2.2, 2.3 y 2.4 (mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición), 3a (implementar el CMCT de la OMS), 13 (combatir el cambio climático) y 17 (fortalecer la alianza para el desarrollo sostenible). Esto puede lograrse creando unos ecosistemas de producción y comercialización de cultivos que faciliten a los agricultores la sustitución del tabaco por otros productos.
Agentes del mercado del sector privado. Los agentes del mercado del sector privado pueden ayudar a conformar un mercado de cultivos alternativos sostenible incentivando que los agricultores cambien de cultivo, y para ello pueden brindar apoyo a lo largo de toda la cadena de valor, por ejemplo, en la compra de insumos, la manipulación posterior a la cosecha, la agregación y la entrega.
Otros recursos
Los materiales de campaña serán subidos aquí en las próximas semanas.
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