CSP30/12 - Estrategia de vigilancia genómica regional para la preparación y respuesta a epidemias y pandemias

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En la vigilancia genómica se aprovechan los avances en la biología molecular para descubrir agentes patógenos, rastrear su evolución, categorizar su diferenciación en nuevos linajes y variantes, y determinar las cadenas de transmisión y las fuentes de infección (1, 2). En los últimos años, han surgido nuevas tecnologías de secuenciación genómica y bioinformática, las cuales permiten una aplicación más amplia y oportuna en respuesta a brotes de enfermedades y epidemias. En estos eventos, los datos de vigilancia genómica, junto con la información clínica y epidemiológica, se han utilizado en la evaluación constante del riesgo que presenta la situación de salud pública; en la toma de decisiones continua sobre las medidas sociales y de salud pública; en el desarrollo de vacunas, opciones terapéuticas y pruebas de diagnóstico; y en la evaluación de su efectividad.

Una característica distintiva de la pandemia de COVID-19 ha sido la aparición reiterada de linajes virales asociados a un impacto considerable de salud pública, que han sido denominados “variantes de interés” o “variantes de preocupación”. Si bien los Estados Miembros y la Oficina Sanitaria Panamericana (la Oficina) iniciaron la vigilancia genómica del SARS-CoV-2 (el virus que causa la COVID-19) ya en marzo del 2020, las actividades de vigilancia se han ampliado y fortalecido considerablemente desde que surgieron variantes de preocupación a fines del 2020.

Más allá de la pandemia de COVID-19, la Región de las Américas sigue teniendo un riesgo importante por los agentes patógenos emergentes o reemergentes potencialmente epidémicos y pandémicos, ya sea por importación o por eventos zoonóticos originados de fuentes autóctonas. En la presente estrategia se proponen líneas de acción que abarcan el período de seis años comprendido entre el 2022 y el 2028 para que los Estados Miembros y la Oficina consoliden los avances en materia de vigilancia genómica logrados hasta la fecha y los amplíen dentro del marco general de preparación y respuesta frente a otros agentes patógenos existentes y potencialmente emergentes, incluidos los que se encuentran en la interfaz entre los seres humanos, los animales y el medioambiente con potencial epidémico y pandémico.