Una sola salud es un enfoque integrado y holístico para abordar las amenazas a la salud en la interfaz entre los animales, los seres humanos y el medio ambiente. Su objetivo es equilibrar y optimizar de manera sostenible la salud de las personas, los animales y los ecosistemas. Al promover la coordinación y la comunicación entre múltiples sectores, el enfoque de Una sola salud puede lograr mejores resultados en salud pública. Una sola salud es un medio para un fin - poblaciones más saludables.
Una sola salud reconoce que la salud de los seres humanos, los animales domésticos y silvestres, las plantas y el medio ambiente (incluidos los ecosistemas) están estrechamente vinculadas e interrelacionadas. A través de la colaboración efectiva entre los sectores de salud pública, salud animal y medio ambiente, Una Sola Salud puede abordar todo el espectro del control de enfermedades, desde la prevención hasta la detección, la preparación, la respuesta y la gestión y contribuir a la seguridad sanitaria a nivel nacional, regional y mundial.
En septiembre de 2021, el Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) aprobó la política Una sola salud: un enfoque integral para abordar las amenazas a la salud en la interfaz humano-animal-medio ambiente (CD59/9), que hace un llamado a un enfoque integral e inclusivo para que la Organización trabaje con sus Estados Miembros.
La cooperación técnica regional de Una sola salud de la OPS se basa en seis líneas de acción interdependientes [1], que se implementan a través de sus mandatos y programas existentes, y requieren una estrecha colaboración entre sectores, partes interesadas y países. Las áreas de trabajo incluyen:
La vía de acción 1 “Mejorar las capacidades de Una sola salud’’ para reforzar los sistemas de salud” es de carácter transversal y se centra en fortalecer la capacidad colaborativa de Una sola salud para apoyar la coordinación global, regional y nacional en la gestión e integración de temas en la interfaz animal–humano–planta–medioambiente, y para promover la salud de las personas, los animales, las plantas y los ecosistemas.
Entre los marcos normativos e iniciativas de la OPS que contribuyen a Una sola salud, el Reglamento Sanitario Internacional (2005) (RSI) es el único instrumento jurídicamente vinculante que compromete a los Estados Miembros a desarrollar y mantener la capacidad de detectar, evaluar, notificar y reportar posibles emergencias de salud pública de importancia internacional. El enfoque de Una sola salud es un componente esencial de las capacidades básicas del RSI. Alinear las capacidades de Una sola salud con los principios y requisitos del RSI permite a los países contribuir a la seguridad sanitaria. Además del RSI, las Funciones Esenciales de Salud Pública proporcionan un marco para fortalecer las capacidades institucionales de rectoría y gobernanza hacia sistemas de salud más sólidos con un enfoque de atención primaria de salud.
Una infraestructura robusta de información sanitaria, incluidos sistemas interoperables, mejora la capacidad de los Estados miembros para fortalecer la coordinación en todo el sector humano-animal -medioambiental a fin de abordar los retos de Una sola salud.
La vía de acción 2 “Reducir los riesgos de epidemias y pandemias de origen zoonótico emergentes y reemergentes” es un componente integral de los esfuerzos de la OPS, los Estados Miembros y los socios internacionales para mejorar la vigilancia, la preparación y la respuesta ante patógenos con potencial epidémico y pandémico. Dado que la mayoría de estos patógenos tienen un reservorio animal y/o un vector, estos esfuerzos deben desarrollarse en la interfaz humano-animal-medioambiente. Las Américas está altamente expuesta al riesgo de aparición y reaparición de patógenos zoonóticos, y el riesgo de transmisión a poblaciones humanas es cada vez mayor debido a factores como el avance de los asentamientos humanos en áreas silvestres, la urbanización no planificada, y el impacto potencial del cambio climático y los eventos climáticos extremos.
En esta interfaz, la OPS colabora con los Estados Miembros y socios internacionales en planes de preparación y respuesta, vigilancia epidemiológica/virológica/genómica, diagnóstico de laboratorio y servicios de referencia, bioseguridad y bioprotección, manejo clínico y prevención y control de infecciones, así como en la predicción y caracterización de riesgos de infección y enfermedad, incluidos aquellos presentes en posibles reservorios animales y de fauna silvestre.
La vía de acción 3 “Controlar y eliminar las enfermedades zoonóticas endémicas, las enfermedades infecciosas desatendidas y las enfermedades transmitidas por vectores” se enfoca en la prevención, vigilancia, control y eliminación de las Enfermedades Infecciosas Desatendidas (EID). Dado que la mayoría de las EID son de origen zoonótico, para abordarlas de manera sostenible es fundamental promover la coordinación intersectorial y la integración de estrategias e intervenciones en la interfaz humano-animal-medioambiente, en línea con el enfoque de Una sola salud.
La cooperación técnica de la OPS promueve la integración de estrategias dirigidas a las personas (diagnóstico y tratamiento temprano y adecuado), a los vectores (incluyendo el manejo del entorno para reducir su proliferación) y a los reservorios animales.
La vía de acción 4 “Fortalecer la evaluación, la gestión y la comunicación de riesgos en relación con la inocuidad de los alimentos” se centra en la prevención y control de enfermedades transmitidas por alimentos. La inocuidad alimentaria está intrínsecamente vinculada con el lugar donde se cultivan los alimentos (medioambiente), cómo se cultivan (interacción humano-animal-medioambiente), y cómo se consumen (interacción humana). Las personas necesitan alimentos y agua seguros para mantener sus funciones vitales. La inocuidad alimentaria no puede concebirse sin un enfoque de Una sola salud, y se requiere un enfoque de sistema integrado para prevenir los riesgos a lo largo de toda la cadena alimentaria “de la granja a la mesa”.
Promover la coordinación intersectorial a nivel regional, nacional y local es esencial para implementar estrategias sostenibles y eficaces que garanticen la inocuidad alimentaria, considerando la salud humana, animal y ambiental a lo largo de toda la cadena alimentaria, desde la producción hasta el consumo. Las estrategias de inocuidad deben basarse en principios de análisis de riesgo, para evaluar científicamente los peligros, gestionarlos de manera efectiva, y comunicarlos adecuadamente a la industria, los consumidores y los socios comerciales.
La vía de acción 5 “Frenar la pandemia silenciosa de la resistencia a los antimicrobianos” se enfoca en abordar el creciente problema de la resistencia a los antimicrobianos (RAM) en humanos, animales y el medioambiente. El uso de antimicrobianos en personas y animales, junto con la contaminación ambiental, contribuye a la aparición y diseminación de microorganismos resistentes desde múltiples fuentes. Las condiciones de vida inadecuadas, el acceso limitado al agua potable y al saneamiento, las prácticas deficientes de higiene y la gestión inadecuada de residuos aceleran aún más el desarrollo y la propagación de genes y patógenos resistentes entre humanos, animales y el medioambiente. La RAM tiene múltiples determinantes, por lo que un enfoque Una sola salud es esencial para garantizar una comunicación y acción coordinada entre todos los sectores y actores involucrados. A través de la implementación de estrategias integrales, como los Planes Nacionales de Acción sobre la RAM, la OPS, junto con los Estados Miembros y socios, está trabajando para abordar el problema de la RAM con una visión de Una sola salud, a fin de frenar su aparición y propagación.
Mediante la aplicación de estrategias integrales como los Planes de Acción Nacionales sobre RAM, la OPS, sus Estados Miembros y sus socios están trabajando para abordar el problema de la RAM con una visión de Una sola salud para frenar su aparición y propagación.
La vía de acción 6, "Integrar el medioambiente en el enfoque de 'Una sola salud'", se centra en cómo el medioambiente puede repercutir en las condiciones de vida de la población y las distintas actividades productivas, económicas y sociales.
Los recientes cambios a nivel mundial en los sistemas socioecológicos han creado un entorno que favorece la aparición y propagación de agentes patógenos. Los determinantes ambientales de la salud, como el cambio climático, la insalubridad del agua, el saneamiento y los servicios de higiene, y la contaminación atmosférica y la mala gestión de productos químicos como los pesticidas y el mercurio, tienen consecuencias negativas para la salud de los seres humanos, los animales y las plantas. Además, los microplásticos, los derivados clorados, los pesticidas y los derivados nitrogenados actúan como factores de perturbación ambiental, y su acumulación a lo largo de la cadena alimentaria afecta y pone en peligro la salud humana. El acceso a agua y saneamiento gestionados de forma segura es una barrera preventiva que impide que las personas contraigan determinadas enfermedades infecciosas, siempre y cuando puedan lavarse las manos con frecuencia y se elimine la práctica de la defecación al aire libre.
El medioambiente es un sector crucial en la tríada del enfoque de "Una sola salud", que incluye también la salud humana y la sanidad animal. Por lo tanto, para promover este enfoque es necesario un enfoque coordinado y multidimensional centrado en la comprensión de los vínculos y las interacciones entre los tres componentes.
La OMS es miembro del Cuadripartito, junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Estas cuatro organizaciones trabajan en conjunto para promover y coordinar un enfoque global de Una sola salud.
El desarrollo de una colaboración efectiva entre los sectores de salud pública, salud animal, agricultura y medio ambiente ha sido una prioridad histórica en las Américas. Durante décadas, la OPS ha promovido la cooperación técnica multisectorial para proteger y mejorar la salud humana y animal a través de la salud pública veterinaria. La coordinación regional entre la FAO, la OMSA, el PNUMA y la OPS está bien consolidada. La OPS también colabora en el enfoque de Una sola salud con otras organizaciones y mecanismos regionales, como el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura y la Organización Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria.
Las Américas también albergan numerosas iniciativas regionales y globales de colaboración que apoyan Una Sola Salud, entre ellas la Reunión Ministerial Interamericana de Salud y Agricultura, la Reunión de Directores de Programas de Rabia de las Américas, la Comisión para la Prevención y el Control de la Influenza Zoonótica en las Américas, la Comisión Panamericana de Inocuidad de los Alimentos, el Marco Global para el Control Progresivo de las Enfermedades Transfronterizas de los Animales en las Américas y la Red Internacional de Autoridades de Inocuidad de los Alimentos, entre otras.
[1] Basado en las seis vías de acción del plan de acción de la Alianza Cuatripartita del enfoque de " Una sola salud".