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Venciendo el miedo y barreras ante la vacuna contra la COVID-19 por su bien y el de sus familias

“Me levanté de madrugada para venir a vacunarme”

Doña Medarda Cruz hnd

El 24 de mayo de 2021 comenzó la vacunación contra la COVID-19 para adultos mayores de 75 años en el municipio de Zambrano, parte del Distrito Central de la capital hondureña.  Doña Medarda Cruz, quien tiene 73 años de edad y vive en el Barrio Concepción de ese municipio, cuenta que “me levanté a la una de la mañana para despachar a mi hijo que iba a trabajar y me vine a las cinco de la mañana para llegar temprano al centro de salud. Hice la cola y me dijeron que no me podía vacunar porque no tenía la edad todavía, ya que primero vacunarían a los mayores de 75 años”.

 

El Programa Ampliado de Inmunizaciones elaboró un calendario de vacunación, dando prioridad a los adultos mayores de 75 años. A medida que los lotes de vacunas vayan llegando al país, se contempla la vacunación escalonada por edades hasta llegar a los 60 años de edad, logrando cubrir así a los adultos mayores, grupo priorizado para obtener la vacuna contra la COVID-19. La meta la Región Metropolitana de Salud de Tegucigalpa es vacunar a más de 31,000 adultos mayores de 70 años, ya que en este grupo se presenta la mayor letalidad y es por ello que se busca protegerlos y evitar complicaciones y muertes.

 

Doña Medarda comenta; “cuando me dijeron que no, yo no dije nada. Yo hice la fuerza, pero aceptaba la voluntad de Dios, así que me fui a mi casa, me bañé y me fui a hacer mis tortillitas. Al rato me llamaron y preguntaron si quería vacunarme. Dije que sí, así que muy rápido mi nieto me  fue a traer y ya aquí estoy, me vacunaron hace poco”. Ella tenía mucho deseo de vacunarse, por eso buscaba la forma de cómo hacerlo, hasta teniendo como opción viajar a Tegucigalpa, pero no fue necesario. Con una sonrisa que se reflejaba en sus ojos nos dijo lo agradecida y feliz que se sentía que le hayan dado la oportunidad de vacunarse, porque le parece muy importante ser responsable con sus vacunas por el bien de ella y su familia.

 

 

“Vacúnese que no siente nada, bien se va a sentir”

Doña Ercilia Antonia Oyuela

 

Doña Ercilia Antonia Oyuela, originaria de Sabanagrande, en el Departamento de Francisco Morazán, con sus 95 años de edad pertenece a uno de los grupos priorizados por el Programa Ampliado de Inmunizaciones de Honduras para vacunarse contra la COVID-19 el 27 de mayo de 2021; el grupo de los adultos mayores.

La cita para aplicarse la vacuna era a las 9:00 a.m., pero ella estaba impaciente y desde las ocho de las mañana ya quería irse. Su hija Zoila cuenta que "ella estaba apurándonos para salir y nosotros le decíamos que la cita era hasta las nueve, que la vacuna no se iba a ir”. En esa misma mañana doña Zoila y otros miembros de la familia que cumplían el requisito de edad, también recibirían la esperada vacuna.

Al llegar al centro de vacunación había una fila muy grande y ella le dijo a su hija: “ya hay como cien personas en este "colonón" (fila grande),  pensando que pasaría horas esperando su turno a vacunarse. Cuando se acercaron a dar su nombre, por ser la persona de mayor edad, el personal de salud le dio preferencia y fue la quinta persona en vacunarse.

Sobre el proceso de vacunación, doña Ercilia dijo que “estuvo muy bien, bien ordenado. Gracias a Dios me sentí bien y no me dio nada". Ella sigue contando su experiencia; mientras  había personas diciendo ‘yo no me pongo eso’, y ya les decía yo: ‘vacúnese que no siente nada, bien se va a sentir’.

Ella sigue reflexionando "pero es que es por miedo que no se vacunan, yo no le tuve miedo a la vacuna. Hasta contra la influenza me vacuné en el pasado y nada me hizo. Todas las vacunas me las he puesto y gracias a Dios no me han hecho nada”. La Secretaría de Salud de Honduras estima vacunar al 100% de la meta de los adultos mayores concentrados en asilos y centros de cuidado diurno y sus cuidadores, además de adultos mayores de 60 años, con o sin morbilidades hasta el 31 de mayo; por lo que es muy importante comunicar a este grupo de edad que los beneficios de la vacuna superan a los riesgos.

Doña Ercilia es uno de los cinco adultos mayores de 95 años de Sabanagrande. “Yo admiro mucho a mi mamá, ella es fuerte, durante la pandemia hacia hasta rosquillas, quesadillas, de todo pasaba haciendo”, nos dijo Doña Zoila.