La OMS advierte que las personas con más riesgo de contraer VIH no reciben los servicios de salud que necesitan

Ginebra, 15 de julio de 2014 (OMS).- La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que la prestación insuficiente de servicios relacionados con el VIH a los grupos de población claves -hombres que tienen sexo con hombres, reclusos, consumidores de drogas inyectables, trabajadoras sexuales y transexuales- pone en peligro los progresos mundiales de la respuesta al VIH.

Estas personas son las que corren mayor riesgo de contraer la infección por VIH, pero también son quienes menos probabilidades tienen de acceder a los servicios de prevención, detección y tratamiento. En muchos países se quedan fuera de los planes nacionales de VIH, y las leyes y políticas discriminatorias constituyen importantes obstáculos al acceso.

Antes de la Conferencia Internacional sobre el Sida, que empezará en Melbourne (Australia) el 20 de julio, la OMS lanzó las Directrices unificadas sobre la prevención, diagnóstico, tratamiento y atención de la infección por VIH en grupos de población claves.

Reducir las nuevas infecciones por VIH

En esas directrices se describen las medidas que pueden adoptar los países para reducir las nuevas infecciones por VIH y aumentar el acceso de esos cinco grupos de población claves* a la detección, tratamiento y atención de la infección. Contienen una serie completa de recomendaciones clínicas, pero para que estas sean eficaces, la OMS también recomienda que los países eliminen los obstáculos legales y sociales que impiden que muchas personas accedan a los servicios.

Por vez primera, la OMS recomienda que algunas personas que consideren que su riesgo de exposición al VIH es más elevado, y en consulta con sus médicos, consideren tomar antirretrovirales como método de profilaxis antes de la exposición** y adicional al uso del preservativo, con el fin de reducir el riesgo de contraer el virus.

Las estimaciones obtenidas mediante modelización indican que la profilaxis antes de la exposición podría lograr una reducción del 20-25% en la incidencia mundial del VIH en hombres con relaciones homosexuales, evitando así un millón de nuevas infecciones en este grupo de población a lo largo de diez años. Los estudios indican que la probabilidad de contraer la infección por VIH es 14 veces mayor en las trabajadoras del sexo que en otras mujeres, 19 veces mayor en los hombres que tienen relaciones con hombres que en la población general, y 50 veces mayor en las mujeres transexuales que en otros adultos. Para los consumidores de drogas inyectables, el riesgo de infección por VIH también puede llegar a ser 50 veces mayor que en la población general.

"Ninguna de estas personas vive aislada", dijo Gottfried Hirnschall, director del Departamento de VIH de la OMS. "Los trabajadores del sexo y sus clientes tienen maridos, mujeres y parejas. Algunos se inyectan drogas. Muchos tienen hijos. El hecho de que no se presten servicios a las personas con más riesgo de contraer la infección por VIH pone en peligro los progresos en la lucha contra la epidemia mundial y la salud y el bienestar de las personas, sus familias, y la comunidad en general."

Mantener los progresos mundiales en la lucha contra el VIH

La publicación de las directrices coincide con la aparición de nuevas cifras que destacan la necesidad de mantener los progresos mundiales en la lucha contra el VIH. A finales de 2013, estaban tomando tratamientos antirretrovíricos unas 13 millones de personas, de las cuales 11,7 millones residían en países de ingresos bajos y medios. Esto ha reducido en un 20% las muertes relacionadas con el VIH entre 2009 y 2012.

Pero aunque el número de fallecidos por sida está disminuyendo rápidamente, las medidas preventivas van muy a la zaga, sobre todo entre los grupos de población claves.

Los planes nacionales sobre el VIH todavía tienen deficiencias importantes con respecto a la atención de sus necesidades. A nivel mundial, solo el 70% de los países encuestados abordan explícitamente las necesidades de los hombres que tienen sexo con hombres y las trabajadoras sexuales; con respecto a los consumidores de drogas inyectables, la cifra cae al 40%. Las transexuales raramente se mencionan en esos planes. Por otra parte, aunque existan políticas sobre el papel, a estas personas les resulta difícil acceder a servicios que los pueden ayudar.

Los grupos de población claves tienen menos probabilidades de acceso equitativo al tratamiento del VIH. Por ejemplo, en algunos entornos de Europa Oriental, los consumidores de drogas inyectables representan más de la mitad de los infectados por el VIH, pero solo un tercio de ellos tienen acceso a los tratamientos antirretrovirales que les pueden salvar la vida.

En muchos países la discriminación se ve reforzada por leyes que criminalizan ciertos comportamientos sexuales, el consumo de drogas, la expresión del género o la orientación sexual. No obstante, allí donde las leyes y las políticas apoyan el acceso de todos los grupos de población claves a los servicios relacionados con el VIH, la morbilidad y la mortalidad han disminuido en dichos grupos y las tasas de nuevas infecciones siguen siendo bajas o han disminuido, sobre todo entre los trabajadores sexuales y los consumidores de drogas inyectables.

"Las políticas audaces pueden proporcionar grandes resultados", señaló Rachel Baggaley, del Departamento de VIH de la OMS. "Tailandia fue uno de los países pioneros de los programas que reconocen la necesidad de mantener saludables a los trabajadores sexuales y reducir las nuevas infecciones por VIH. España, Malasia y la República Unida de Tanzania han hecho grandes avances en la oferta de tratamiento de sustitución con opioides y la distribución de jeringuillas y agujas a los consumidores de drogas inyectables. Los datos muestran que la transmisión del VIH entre los consumidores de drogas inyectables es mínima cuando se dispone de una combinación de servicios eficaces de prevención y tratamiento para esas personas."

En estas nuevas directrices se describen 'paquetes integrales' de prevención, diagnóstico, tratamiento y atención de la infección por VIH para los cinco grupos de población claves, y se abordan cuestiones y necesidades específicas de los adolescentes de estos grupos, tales como medidas para gestionar mejor la salud sexual y reproductiva, la salud mental o coinfecciones como la tuberculosis y las hepatitis. Las directrices destacan la necesidad de programas de distribución de jeringuillas y agujas y de tratamiento de sustitución con opioides, e incluyen recomendaciones sobre el tratamiento de las sobredosis en la comunidad.

En la Conferencia Internacional sobre el Sida de 2014, en Melbourne, la OMS pedirá a los gobiernos que refuercen los programas de VIH, de modo que todos los grupos de población claves se beneficien de los avances continuos en el tratamiento y la expansión de los programas.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) actúa como la oficina regional para las Américas de la OMS y es la agencia especializada en salud del sistema interamericano. Trabaja con los países de las Américas para mejorar la salud y la calidad de la vida de su población. Fundada en 1902, es la organización internacional de salud pública más antigua del mundo.

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* Los grupos de población claves son aquellos que, debido a determinados comportamientos de alto riesgo, corren un mayor riesgo de contraer la infección por VIH, independientemente del tipo de epidemia y del contexto local. A menudo también existen cuestiones legales y sociales relacionadas con esos comportamientos que aumentan su vulnerabilidad al VIH. Estas directrices se centran en cinco de esos grupos de población claves.

** La profilaxis anterior a la exposición es una forma de que las personas que no están infectadas por el VIH, pero que corren el riesgo de serlo, eviten contraer la enfermedad tomando un solo comprimido (generalmente una combinación de dos antirretrovíricos) cada día. Cuando se toma de forma sistemática, dicha profilaxis reduce hasta un 92% el riesgo de infección por VIH en personas con alto riesgo. Su efectividad disminuye mucho si no se toma de forma sistemática.