La OMS estima el costo de alcanzar los objetivos sanitarios mundiales de aquí a 2030

WHO estimates cost of reaching global health targets by 2030

17 DE JULIO DE 2017 | GINEBRA - La factura sanitaria de los ODS (SDG Health Price Tag) que se publica hoy en la revista The Lancet Global Health estima los costos y las ventajas de ampliar progresivamente los servicios sanitarios con el fin de alcanzar las 16 metas sanitarias de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 67 países de ingresos medianos y bajos donde vive el 75% de la población mundial.

Este análisis muestra que las inversiones encaminadas a ampliar los servicios para alcanzar la cobertura sanitaria universal y otras metas sanitarias de los ODS podrían evitar 97 millones de muertes prematuras en el mundo de aquí a 2030 y prolongar 8,4 años la esperanza de vida en algunos países. Si bien la mayoría de los países pueden hacer frente a estas inversiones, los más pobres necesitarán ayuda para alcanzar las metas fijadas.

En un comentario que acompaña el artículo publicado en The Lancet Global Health, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, señala: «La cobertura sanitaria universal es, a fin de cuentas, una decisión política. Todos los países y gobiernos nacionales tienen el deber de esforzarse por alcanzarla».

En la factura sanitaria de los ODS se exponen dos hipótesis: una hipótesis «ambiciosa» en la que las inversiones son suficientes para que los países alcancen las metas sanitarias de los ODS de aquí a 2030 y una hipótesis «de mejora» en la que los países recorren dos terceras partes o más del camino hacia las metas.

En ambas hipótesis, las inversiones en los sistemas sanitarios (por ejemplo, para contratar a más trabajadores sanitarios; construir y poner en funcionamiento nuevos consultorios, hospitales y laboratorios, y adquirir material e instrumental médico) representan el 75% del total. El resto se destina a medicamentos, vacunas, jeringas y otros productos necesarios para prevenir o tratar determinadas enfermedades y para actividades como la formación, las campañas sanitarias y las actividades de divulgación dirigidas a comunidades vulnerables.

En la hipótesis ambiciosa, el logro de las metas sanitarias de los ODS requeriría realizar nuevas inversiones de cuantía creciente con el tiempo, desde los US$ 134 000 millones anuales iniciales hasta US$ 371 000 millones (es decir, US$ 58 por persona) en 2030.

El análisis muestra que el 85% de estos costos se pueden asumir con recursos internos, si bien 32 de los países más pobres sufrirán un déficit de financiación de US$ 54 000 millones anuales y seguirán necesitando ayuda externa. En el análisis no se incluyeron los países de ingresos altos, pero en otras estimaciones se ha comprobado que todos ellos pueden costear la cobertura universal de servicios sanitarios esenciales a todos sus ciudadanos.

En la hipótesis ambiciosa se contempla aumentar el personal sanitario añadiendo 23 millones de nuevos trabajadores y construir más de 415 000 nuevas instalaciones sanitarias, el 91% de ellas centros de atención primaria.

Estas inversiones incrementarían la proporción del producto interior bruto (PIB) correspondiente al gasto sanitario en los 67 países desde un promedio de 5,6% hasta un 7,5% (a nivel mundial, la proporción del PIB correspondiente al gasto sanitario es, en promedio, del 9,9%). Aunque un aumento del gasto sanitario no se traduce necesariamente en una mejora de la salud, ello puede lograrse realizando las inversiones adecuadas en el momento preciso.

Estas inversiones podrían evitar 97 millones de muertes prematuras -una cada cinco segundos durante 15 años-, entre ellas más de 50 millones de mortinatos y de fallecimientos de niños menores de cinco años, así como 20 millones de muertes por enfermedades no transmisibles como la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. La esperanza de vida aumentaría entre 3,1 años y 8,4 años, y los 67 países ganarían 535 millones de años de vida saludable.

En el escenario de mejora se necesitaría aumentar las inversiones desde los US$ 104 000 millones anuales iniciales hasta US$ 274 000 millones cada año (es decir, US$ 41 por persona) en 2030. Estas inversiones permitirían evitar cerca de 71 millones de muertes prematuras y aumentarían la proporción del PIB correspondiente al gasto sanitario en un promedio de un 6,5%. Se añadirían más de 14 millones de nuevos trabajadores sanitarios y se construirían cerca de 378 000 nuevas instalaciones sanitarias, el 93% de ellas centros de atención primaria.

El análisis abarca metas incluidas tanto en el ODS 3 (salud y bienestar) como en los ODS 2 (hambre cero), 6 (agua limpia y saneamiento) y 7 (energía asequible y no contaminante). En cambio, algunas metas y enfermedades no se incluyeron debido a la dificultad de estimar sus costos asociados y la mejora de la salud que pueden conllevar, o bien a la ausencia de datos sólidos.

La factura sanitaria de los ODS no prescribe el gasto que los países deben realizar en salud, sino que debe entenderse como una referencia para llevar a cabo nuevos estudios. Además, el artículo hace hincapié en que el logro de la cobertura sanitaria universal y las demás metas sanitarias requerirá no solo financiación, sino también voluntad política y respeto por los derechos humanos.

La OMS tiene intención de actualizar estas estimaciones cada cinco años e incluirá otras metas relacionadas con la salud y enfermedades a medida que disponga de nuevos datos.

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