Miriam Morales, directora de Epidemiología del IVSS

epidemiologia

Zuliana de padres tachirenses. Solo hace falta cruzar un par de palabras con Miriam Morales, directora de Epidemiología del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), para notar su gentilicio y ese temple heredado de Los Andes venezolanos, que la ha acompañado durante una vasta trayectoria en la historia reciente de la salubridad del país.

De Cabimas a Maracaibo. Todos los días atravesaba el lago para cursar sus estudios de Medicina en la Universidad del Zulia. “Los autobuses de la Universidad salían a las 4:30 a.m. de Cabimas y se regresaban a las 6:00 p.m. Cuando volvía a la casa era que almorzaba, cerca de las 8:00 p.m. La situación era realmente difícil. Mi mamá me fiscalizaba, revisaba que siempre tuviera los 5 bolívares que valía el autobús para que, en el caso que me dejara el transporte de la Universidad, yo pudiera regresar a casa”, cuenta Morales.

En 1971, se graduó como médico en la Universidad del Zulia. Su transitar por la Salud Pública se inició a la temprana edad de los 25 años cuando, al terminar el internado rural, se apuntó para el Curso Medio de Salud Pública, que impartía su alma mater. De ahí, pasó a dirigir un centro de salud y encontró en la práctica la inspiración para continuar su carrera como médica salubrista. “Un día fueron a consulta varios niños con conjuntivitis. Me di cuenta que las direcciones eran parecidas. Armé un equipo con las enfermeras y nos fuimos a la comunidad. Les tomé muestras a todos y conseguí como 20 casos. Había toda una explicación epidemiológica para esto. Me llamó mucho la atención ver la salud desde el punto de vista colectivo y no individual”, comenta.

Morales trabajó como directora del Hospital de Caja Seca, estado Zulia, y de ahí decidió hacer la maestría en Salud Pública en la Universidad Central de Venezuela, en Caracas. “Había una tradición en ese hospital. Los directores que me antecedieron habían hecho la maestría de Salud Pública y los que me siguieron también. Era como una cadena”, cuenta.
Luego trabajó como epidemiólogo regional del estado Falcón, donde estuvo desde el año 1976 hasta 1983. En 1981 se casó y en el 1983 se fue a Maracaibo. En Maracaibo cumplió las funciones de epidemiólogo del Hospital Universitario de Maracaibo, después fue directora de epidemiología del Zulia y del Hospital Universitario de Maracaibo, hasta que recibió una llamada de Caracas.

El ministro de Sanidad y Asistencia Social, Gilberto Rodríguez Ochoa, la quería en su equipo. Así fue como Morales “arrastró” a su familia a la capital. “Realmente no estaba en mi plan de vida venirme para Caracas. Yo nunca me dije este año voy a hacer esto, sino que se iban dando las circunstancias. Yo siempre he dicho que a mí me pagan por hacer lo que me gusta. Nunca lo he considerado un trabajo. A mí me gusta lo que hago y estoy siempre dispuesta. Estoy agradecida por eso”, asevera.

También se desempeñó como directora de la Dirección de Salud Poblacional del Ministerio de Salud, despacho que ocupó desde el 2000 al 2003. Después se incorporó como médico de Vigilancia Epidemiológica, puesto en el que laboró hasta 2009.

Morales fue durante tres años viceministra de Redes y Salud Colectiva (hasta noviembre de 2013), acompañando la gestión de las ministras de Salud, María Eugenia Sader e Isabel Iturria.

—¿Qué atributos personales considera la han acompañado durante su reconocida trayectoria en Salud Pública?

—La verdad es que uno trabaja anónimamente y algunos tenemos la posibilidad, por determinadas circunstancias, de vernos comprometidos en una actividad. Héroes de salud somos muchos. La garantía de hacer una gestión en Salud Pública permanente, con logros y satisfacciones tiene mucho que ver con el compromiso con el Ministerio y la confianza con el equipo de trabajo. Creer en lo que se está haciendo es la clave.

—¿Cuáles han sido los retos más grandes de su carrera?

—Desde el punto de vista profesional es importante sentirse partícipe de los logros de muchos. Todos los logros que Venezuela tuvo en cuanto a inmunizaciones, no son de una persona sino de todo el equipo que se plegó a hacer su trabajo. Por ejemplo, en Zulia había muchas epidemias. Yo estuve coordinando las intervenciones en varias y realmente las satisfacciones siempre son colectivas. Yo considero que nosotros tuvimos mucho éxito en el control de la epidemia de cólera (en 1991), en corto tiempo y en condiciones adversas; en 1996, tuvimos la entrada de otro foco a través de Colombia. Todo lo que se pudo lograr fue el esfuerzo de un colectivo. Yo, en ese momento, era la directora de Epidemiología, pero sin equipo no hubiese hecho nada. Igualmente si el equipo no responde a los compromisos, a la ética en el trabajo, al conocimiento, al esfuerzo de estudiar y comprender no logras nada. En Salud Pública los efectos no son rápidos. Es una gestión social no biológica.

—¿Cuáles son sus principales responsabilidades en el IVSS?

—Vigilo que la información que recibo de los establecimientos de salud del IVSS distribuidos en todo el país sean de calidad, que no haya errores. Esta información es tributada al Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS), que es el órgano rector en la materia. El éxito de la vigilancia epidemiológica en el IVSS es entender que Venezuela es una sola y que un hecho administrativo no perjudique la versión de integridad. Tratamos de que el beneficiado siempre sea la población. Las medidas que se toman no están en un librito, tienen que ver con las condiciones, con el momento, el clima y una serie de variables que tienen que obedecer a la lógica de ese sitio, y que no se pueden lograr si cada quien trabaja por su lado. El IVSS le tributa toda la información de vigilancia epidemiológica al MPPS desde la base. El IVSS se integra a la vigilancia desde las comunidades.

—¿Por qué dedicarse a la Salud Pública?

—En Salud Pública se necesita política, inversión, liderazgo y gente. Si tienes solamente gente, tienes una mesa coja. Si tienes todo y no tienes gente, también está coja. Todo el que trabaje en Salud Pública debe tener entusiasmo y le debe gustar. Debe ver en cada acción, en cada intervención, la magnitud que eso tiene, el beneficio en la salud de la gente. Sentir que todos los esfuerzos que hacemos se multiplican. Así es como el continente americano ha tenido más éxitos epidemiológicos que el resto del mundo. La OPS ha logrado coordinar las voluntades. Son esfuerzos que se van consolidando, como la erradicación de la poliomielitis.

Enlace: