Más de 30 especialistas de ministerios de salud, equipos nacionales de emergencia y agencias internacionales se dieron cita en Panamá del 28 al 30 de octubre de 2025 para fortalecer sus habilidades de respuesta ante emergencias complejas. El ejercicio, que además coincidió con la respuesta al huracán Melissa, demostró la importancia de operar durante crisis de gran magnitud con criterios operativos comunes.
Washington, 7 de noviembre de 2025. A las 14 horas del 28 de octubre, los participantes del taller regional de respuesta ante emergencias recibieron una alerta: un terremoto de 7.9 grados había golpeado a la República ficticia de Resilvania. El país enfrentaba hospitales colapsados, cortes de energía, desplazamientos masivos y un brote de diarrea aguda que amenazaba con convertirse en cólera. En la sala, cada minuto contaba.
Lo que comenzó como una simulación planificada coincidió con la realidad: mientras los técnicos ponían en práctica los procedimientos de respuesta durante la simulación, el huracán Melissa avanzaba sobre el Caribe y la OPS desplegaba personal y suministros en terreno. Para el equipo del departamento de Emergencias en Salud de la OPS, organizadores del taller, la coincidencia fue una confirmación de propósito: entrenar no es un ejercicio académico, sino una forma de prepararse para lo imprevisible. El aprendizaje se volvió experiencia viva.
Durante tres días, el taller combinó sesiones técnicas, análisis de casos y simulaciones operativas para reproducir los desafíos de una emergencia de gran magnitud. Los equipos debieron coordinar evaluaciones de riesgo, activar protocolos de despliegue, gestionar suministros, articular la comunicación de riesgo y responder a un brote epidémico en condiciones de desastre.
“Cada vez que una emergencia golpea a la región, la primera respuesta llega desde los propios Estados. Por eso, nuestra tarea es asegurar que existan equipos capaces de integrarse y operar bajo un mismo marco, con criterios técnicos comunes y una logística interoperable”, afirmó Ciro Ugarte, director del Departamento de Emergencias en Salud de la OPS. “Este entrenamiento busca precisamente eso: transformar la preparación en capacidad real de respuesta.”
Simulación en terreno: experiencia y desafíos
El último día del taller marcó un cambio de escenario. Tras dos jornadas de ejercicios intensivos en sala, los participantes se trasladaron a la Reserva Estratégica de Emergencias de la OPS en Panamá, donde se coordinó la logística del despliegue y aplicaron protocolos de trabajo conjunto, replicando los procesos que suelen implementarse durante una respuesta regional.
“Fue una experiencia muy realista, incluso emocionalmente exigente”, comentó Lushen Chung, ingeniero civil del Ministerio de Salud de Belice. “Entendimos que la logística o la epidemiología no son solo funciones técnicas: son decisiones que afectan vidas.”
Los testimonios reflejaron cómo el taller tradujo el aprendizaje en capacidad operativa. Jorge Ramírez, del Centro de Operaciones de Emergencias de Salud Pública de El Salvador, afirmó que la capacitación permitió brindar “una respuesta más oportuna y coordinada entre la OPS y los países”. Desde Honduras, Luis Salinas, jefe nacional de operaciones de COPECO, destacó que el componente operativo “fue tan realista que nos permitió medir nuestra capacidad para priorizar, decidir y adaptarnos”, subrayando que los aprendizajes son replicables en su país “y la importancia de coordinar entre estructuras nacionales y regionales”.
Lecciones operativas y próximos pasos
Del ejercicio emergen lecciones concretas. La práctica demostró que los procedimientos de activación y categorización de emergencias funcionan mejor cuando hay claridad en los flujos de información y en la priorización de recursos. La coordinación entre instituciones y la gestión de voluntarios no acreditados siguen siendo vulnerabilidades críticas que requieren protocolos más robustos. Se evidenció la importancia de un marco multiamenaza, donde múltiples eventos se suman en una emergencia, y la urgencia de integrar la comunicación con la población con acciones clínicas y de agua, saneamiento e higiene desde las primeras horas.
Con base en esta experiencia, los participantes plantearon recomendaciones clave como ampliar la duración del taller, consolidar un kit de herramientas con listas de verificación y plantillas, establecer un programa de seguimiento con seminarios web y actualizaciones técnicas, y evaluar módulos adicionales como telecomunicaciones y seguridad operacional.
Leonardo Hernández, jefe de Operaciones de Emergencias de la OPS, cerró destacando la importancia de un enfoque multidisciplinario: “Durante los preparativos de una emergencia, es importante identificar y preparar personas clave en coordinación, servicios de salud, epidemiología, laboratorio, agua y saneamiento, logística, comunicación de riesgo y participación comunitaria”.
Su observación subraya la intención de la OPS de conformar una reserva de talento regional interoperable con el Cuerpo de Emergencias en Salud Global de la Organización Mundial de la Salud. “El valor del equipo regional de respuesta es su diversidad técnica y su capacidad de trabajar como un solo equipo. Prepararse para esa suma, —con más tiempo de práctica y herramientas operativas— es la inversión que hoy la región necesita para que mañana la ayuda llegue a tiempo y con eficacia”, concluyó Hernández.
