La Semana Mundial de la Concientización sobre la Resistencia a los Antimicrobianos (WAAW, por sus siglas en inglés) es una campaña global cuyo objetivo es aumentar el conocimiento y promover la comprensión sobre los efectos de la resistencia a los antimicrobianos, y fomentar mejores prácticas entre los actores de Una Salud para reducir la aparición y propagación de infecciones resistentes a los medicamentos. La WAAW se celebra cada año del 18 al 24 de noviembre.
La resistencia a los antimicrobianos (RAM) representa una de las mayores amenazas para la salud humana, la producción animal, agrícola y el medio ambiente a nivel global. Compromete la eficacia de los tratamientos médicos, afecta la productividad ganadera y agrícola, pone en riesgo la inocuidad de los alimentos y puede generar impactos económicos significativos. Por este motivo organizaciones, gobiernos y sociedad deben trabajar conjuntamente para combatir la resistencia antimicrobiana.
Frente a este desafío, es esencial fortalecer la colaboración entre los sectores de salud humana, animal y ambiental, y promover el uso responsable de los antimicrobianos en todas las áreas. El enfoque de Una Sola Salud es especialmente relevante para la inocuidad de los alimentos, control de las zoonosis y la resistencia a los antibióticos. La OPS adoptó este concepto dentro de sus políticas de salud (Una Sola Salud, OPS).
El lema de la WAAW para este año: ““Actuemos Ya: Protejamos nuestro presente, aseguremos nuestro futuro” resalta la necesidad urgente de tomar medidas audaces y unidas para combatir la Resistencia a los Antimicrobianos, RAM, que está afectando nuestra salud, nuestros sistemas alimentarios, medio ambiente y economía. No se trata de un desafío del futuro, sino que está ocurriendo en este momento. Las infecciones resistentes a los medicamentos están aumentando, pero la concientización, la inversión y la acción siguen siendo insuficientes.
Inspirado en el impulso de la Reunión de Alto Nivel de la ONU sobre RAM en 2024, este llamado a la acción exhorta a gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, profesionales de la salud humana y animal, agricultores, especialistas ambientales y a la ciudadanía en general a traducir los compromisos políticos en intervenciones tangibles, responsables y que salven vidas.
Para “proteger nuestro presente y asegurar nuestro futuro”, es imprescindible priorizar la inversión a largo plazo y fortalecer la vigilancia, garantizar el acceso equitativo a medicamentos y diagnósticos de calidad, promover la innovación y construir sistemas resilientes requiere compromiso y recursos sostenidos.
Independientemente del rol que cada persona o institución desempeñe —ya sea en la formulación de políticas, en la prestación de servicios de salud, en la protección de los ecosistemas o en la sensibilización comunitaria—, el mensaje es claro: “Actuemos ahora: protejamos nuestro presente, aseguremos nuestro futuro.”
Solo mediante el compromiso y la cooperación de todos los sectores podremos preservar la eficacia de los antimicrobianos y construir un mundo más saludable, equitativo y sostenible para las generaciones presentes y futuras.
PANAFTOSA/SPV continúa trabajando junto a los países de la Región para desarrollar herramientas, proyectos y capacidades que promuevan el uso adecuado de los antimicrobianos en la producción animal, en el marco del enfoque “Una Sola Salud” y en apoyo a los esfuerzos globales contra la resistencia antimicrobiana.
¿Qué es la resistencia a los antimicrobianos?
La resistencia a los antimicrobianos pone en riesgo la prevención frente a una serie de infecciones causadas por virus, bacterias, hongos y parásitos. La RAM se produce cuando estos microorganismos sufren cambios y adaptaciones al verse expuestos a los antimicrobianos (antibióticos, antifúngicos, antivíricos, antiparasitarios, por ejemplo).
Los microorganismos resistentes a la mayoría de los antimicrobianos se conocen como multirresistentes. Como resultado, los medicamentos se vuelven ineficaces y las infecciones persisten en el organismo, lo que incrementa el riesgo de propagación y muerte.
Un uso inadecuado y excesivo de los antimicrobianos en la producción animal puede generar mayor resistencia y la generación de “superbacterias”. Es fundamental la asistencia y control por parte de un veterinario en sistemas productivos animales para fomentar un correcto uso de estos medicamentos de gran valor.
Preservar la eficacia de los antimicrobianos es clave para evitar la amenaza de la resistencia antimicrobiana.
¿Por qué la resistencia a los antimicrobianos es una preocupación mundial?
Por causa del uso excesivo e inadequando de los antimicrobianos, la RAM se propaga a nivel global y con ello los antibióticos son cada vez más ineficaces, lo que supone una amenaza para tratar enfermedades infecciosas comunes y un aumento de la mortalidad provocado por la generación de bacterias multirresistentes y superbacterias.
Sin herramientas eficaces para la prevención y el tratamiento adecuado de las infecciones resistentes y la mejora del acceso a antimicrobianos nuevos y de calidad, la propagación de la resistencia antimicrobiana aumenta paulatinamente.
Es fundamental también, su apoyo en la promoción de campañas de vacunación, higiene animal, facilitando el diagnóstico de enfermedades animales.
La cooperación del sector veterinario busca traer alianzas y asociaciones en el ámbito público-privado.
¿Qué acelera la aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos en los alimentos?
El uso indiscriminado de antibióticos y sin supervisión profesional en animales de producción acelera el proceso de resistencia a los antimicrobianos. De esta manera, diferentes microorganismos (principalmente bacterias) se vuelven resistentes y pueden propagarse entre humanos, animales, alimentos y medio ambiente.
El uso indebido de antimicrobianos en la producción agropecuaria y una manipulación inadecuada de los alimentos fomentan la propagación de la resistencia a los antimicrobianos y con ella una mayor aparición de infecciones resistentes a los tratamientos.
La misión de PANAFTOSA es contribuir a la lucha contra la pandemia silenciosa de la resistencia a los antimicrobianos en el ámbito de la Salud Animal e Inocuidad de los Alimentos en las Américas.
PANAFTOSA brinda cooperación técnica a los países miembros en la elaboración e implementación de políticas y normativas relacionadas con el uso de antimicrobianos en
la agricultura animal, así como en la formulación y ejecución de los Planes Nacionales de Vigilancia de la RAM. Esto incluye directrices para el uso prudente de antimicrobianos,
restricciones al uso de antimicrobianos de importancia crítica y la promoción de alternativas a los promotores de crecimiento antimicrobianos.
PANAFTOSA desempeña un papel en el monitoreo de la prevalencia y diseminación de patógenos resistentes a antimicrobianos en animales en las Américas. Esto implica apoyo para el establecimiento de sistemas de vigilancia, recolección de datos y análisis de tendencias para identificar patrones emergentes de resistencia.
PANAFTOSA apoya iniciativas de investigación destinadas a entender los factores que impulsan la resistencia a los antimicrobianos en poblaciones animales, explorando enfoques innovadores y sostenibles y promoviendo tratamientos alternativos.
PANAFTOSA fomenta la colaboración entre los países miembros, organizaciones regionales y socios internacionales para abordar colectivamente la RAM. Esto implica compartir mejores prácticas, intercambiar información y experiencias, y promover iniciativas globales.
PANAFTOSA promueve la capacitación y formación de profesionales veterinarios, técnicos en alimentos, agricultores y partes interesadas, para mejorar su conocimiento y comprensión sobre la resistencia a los antimicrobianos.
Marco legislativo en la Prohibición/Restricción del uso de
Colistina en la Producción Animal en las Américas
Resistencia a la colistina
La emergencia global de bacterias multirresistentes, en particular aquellas resistentes a los carbapenémicos, registrado a partir de los años 2000, condujo a la reconsideración terapéutica de antibióticos antiguos previamente abandonados, entre ellos la colistina.
La colistina es un antibiótico polipeptídico perteneciente al grupo de las polimixinas, empleado desde 1959 tanto en el tratamiento de infecciones humanas como en la profilaxis y terapia de infecciones en animales. Este antimicrobiano presenta actividad específica frente a bacilos Gram negativos, actuando principalmente contra especies de importancia clínica como Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae y Pseudomonas aeruginosa, entre otras especies de importancia clínica.
Debido a su nefrotoxicidad y neurotoxicidad, la colistina cayó en desuso en la década de 1970. Aunque inicialmente se abandonó de manera parcial su uso en humanos, el uso de colistina se ha retomado para el manejo de bacilos multirresistentes productores de betalactamasas como enterobacterias, Pseudomonas aeruginosa y A. baumannii complex. En contraste, en el ámbito veterinario, la colistina continuó empleándose durante décadas como promotor del crecimiento y agente terapéutico, especialmente en la producción avícola y porcina.
La resistencia a la colistina ocurre principalmente cuando las bacterias modifican una parte de su membrana llamada lípido A, lo que cambia su carga eléctrica y evita que el antibiótico se adhiera y actúe. Durante mucho tiempo se pensó que este tipo de resistencia no podía transmitirse entre bacterias. Sin embargo, en 2015 se descubrió el gen mcr-1, que permite que la resistencia se propague a través de plásmidos, pequeños fragmentos de ADN que las bacterias pueden intercambiar fácilmente. Este gen fue identificado por primera vez en bacterias provenientes de animales de granja en China. Este hallazgo motivó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una alerta epidemiológica global, instando a los Estados Miembros a prohibir el uso de la colistina como agente profiláctico y promotor del crecimiento en la producción animal.
Desde 2016, esta situación ha impulsado cambios normativos significativos en la legislación internacional sobre el uso de la colistina en animales de abasto. En la región de las Américas y el Caribe, países como Perú y Argentina han prohibido completamente su uso en animales, mientras que Brasil y Colombia han restringido su empleo, prohibiendo su uso como promotor del crecimiento pero manteniéndolo para fines terapéuticos.
Los avances regulatorios sobre su restricción o uso pueden consultarse en el siguiente mapa a la izquierda:
Campaña: Semana Mundial de Concientización sobre el Uso de los Antimicrobianos 2025
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