Discurso del Dr. Jarbas Barbosa durante el acto de juramentación como director de la OPS, 31 de enero de 2023

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31 ENERO 2023, Washington, DC

BIENVENIDA Y AGRADECIMIENTOS

Ministros de Salud,

Embajadores,

Señoras y señores:

Gracias a todos por su presencia, y gracias también a las numerosas personas de la Región de las Américas que están viendo esta ceremonia.

Quisiera agradecer a mi querida amiga Nísia Trindade Lima, Ministra de Salud de Brasil, sus amables palabras. Nísia asumió hace poco la jefatura del sistema de salud brasileño y aun así pudo asistir a esta ceremonia. Te deseo lo mejor, Nísia, y estoy seguro de que tendrás mucho éxito. 

Muchas gracias, directores eméritos Carlyle Guerra de Macedo, Sir George Alleyne y Mirta Roses. Ha sido un privilegio haberme encontrado con ustedes en diferentes etapas de mi vida profesional. Sus palabras son un estímulo invaluable y una fuente de inspiración para cumplir mis nuevos deberes.

Gracias, doctor Tedros, por sus amables palabras y por señalar los desafíos que enfrentamos en la Región de las Américas y en el mundo. Trabajaremos en estrecha colaboración entre la OPS y la OMS para hacerles frente.

A mi amiga y mentora, Carissa Etienne, agradezco profundamente la oportunidad que me brindó de ser su subdirector. A pesar de que venimos de países que parecen tan diferentes, lo que siempre me ha sorprendido es cuán similares son nuestros puntos de vista y enfoques.

Creo que esto se debe a que, en el fondo, ambos nos guiamos por nuestro compromiso con la salud pública y la convicción fundamental de que todas las personas tienen derecho a la atención de salud.

Carissa ha alcanzado muchos objetivos críticos para nuestra Región y ha ayudado a fortalecer nuestra Organización para que pueda servir mejor a los Estados Miembros. Desde el aumento de la capacidad institucional hasta la orientación para abrirnos paso ante los desafíos planteados por la pandemia de COVID-19 y una crisis financiera, Carissa ha dirigido a la OPS con valentía, compromiso y pasión. En nombre de la Oficina Sanitaria Panamericana y de los Estados Miembros, quisiera darle las gracias por su excelente liderazgo. También quisiera agradecer a todos los equipos del sistema nacional de salud de Brasil y de la OPS que han trabajado conmigo a lo largo de los años y me han inspirado con su compromiso de mejorar la salud de nuestras poblaciones.

Agradezco a mi familia, fuente de felicidad y de continuo apoyo, que me ha enseñado tantas cosas importantes y me ha ayudado a mantener un equilibrio entre la vida laboral y personal. Fernanda, mi esposa, ha estado siempre a mi lado, en los buenos momentos y en los malos, animándome a seguir adelante, dándome sabios consejos, criticándome cuando necesitaba oír verdades duras y, lo que es más importante, queriéndome.

INTRODUCCIÓN

Excelencias, queridos amigos:

Durante toda mi vida profesional me han entusiasmado las posibilidades que la salud pública ofrece para construir un mundo mejor, más equitativo, más unido y con salud para todos.

Igual que a todos los trabajadores de salud pública de la Región de las Américas, me apasiona la OPS, así como el papel crucial que ha desempeñado durante 120 años. Recuerdo claramente la primera vez que visité la OPS, en 1997. Mi conciudadano Ciro de Quadros, héroe de la salud pública y defensor de la inmunización, me invitó a participar en una reunión preparatoria sobre el brote de sarampión en Brasil y otros países de la Región. Me sentí honrado al entrar en el edificio que servía de faro para la salud pública en la Región de las Américas, y todavía sigo abrigando ese entusiasmo por la salud pública y la OPS.

Estoy orgulloso y emocionado de dirigir esta Organización. Agradezco a los Estados Miembros que me hayan encomendado la misión de ser el próximo director. Me comprometo a servir a la OPS lo mejor posible, guiado por el conocimiento y la experiencia que he acumulado a lo largo de mis años de trabajo en el ámbito de la salud pública.

IMPORTANCIA DE LA OPS EN LA REGIÓN

La OPS es una organización esencial para la salud en la Región de las Américas.

Tiene una capacidad única para proporcionar cooperación técnica de buena calidad, mantener una fuerte presencia en los países y responder con agilidad a las necesidades y las prioridades de los Estados Miembros. La OPS es también un mecanismo imparcial e irremplazable para promover el diálogo, la solidaridad y la cooperación entre los países de la Región. Estas características singulares han hecho de la OPS una institución prominente y respetada en todo el mundo, y han ayudado a la Región a superar muchos desafíos críticos en materia de salud. 

Trabajaré con ahínco a fin de proteger este importante legado y, al mismo tiempo, preparar a la OPS para afrontar los desafíos actuales y futuros para la salud y el bienestar de nuestra población.

Los países de la Región de las Américas enfrentan una situación epidemiológica compleja, con la persistencia tenaz de enfermedades transmisibles, el riesgo de brotes y epidemias, el aumento de las enfermedades no transmisibles, los daños causados por los accidentes de tránsito y la violencia, y los efectos del cambio climático. Además, hay grandes desigualdades entre los países y dentro de ellos, así como una transición demográfica acelerada en América Latina y el Caribe.

Ante esta situación, es necesario que los sistemas nacionales de salud respondan urgentemente con una amplia gama de medidas integradas, una mejor vigilancia y prevención de enfermedades, atención primaria de salud sólida y renovada, servicios hospitalarios y especializados de calidad, y personal de salud fuerte y bien preparado.

Para responder a estos desafíos, necesitamos sistemas de salud sólidos y resilientes, que puedan desempeñar todas las funciones esenciales de salud pública de manera adecuada y liderar la acción multisectorial para abordar los determinantes sociales, económicos y ambientales de la salud.

Mi visión para el futuro de la OPS es convertirla en la principal organización encargada de asistir a los países de la Región de las Américas en la mejora de la salud y el bienestar de su población. Junto con los Estados Miembros, la OPS ayudará a los países a superar las desigualdades persistentes, a construir sistemas de salud que puedan responder a las amenazas emergentes, a recuperarse de la pandemia y salir de ella más fuertes que antes, y a alcanzar la atención universal de salud.

LOS CINCO PILARES

Para poner en práctica esta visión, en consonancia con las decisiones adoptadas por los Estados Miembros en los últimos años, me centraré en cinco pilares estratégicos durante mi mandato. Basado en el legado de esta Organización, la experiencia acumulada de nuestro personal y el compromiso de los Estados Miembros, estoy listo para hacer frente a este desafío, de la misma manera que la OPS está lista para responder a las necesidades de la Región.

  1. El primer pilar es el compromiso de ayudar a los Estados Miembros a poner fin a la pandemia en la Región de las Américas con las mejores herramientas que tenemos, especialmente la vigilancia y las vacunas.

La OPS está dispuesta a trabajar con los países para poner fin a la pandemia mediante el fortalecimiento de la vigilancia de la salud y el seguimiento de cualquier cambio en las tendencias epidemiológicas y de las nuevas variantes, así como una cobertura de vacunación adecuada. Con ese fin, es necesario aumentar el acceso a dosis de refuerzo para los grupos vulnerables, buscar estrategias apropiadas para abordar la reticencia a la vacunación y mejorar el acceso a antivirales eficaces.

Nuestra Región fue el epicentro de la pandemia debido a la pobreza y las desigualdades, que pusieron en peligro las medidas de salud pública adoptadas antes de que hubiera vacunas. En muchos países donde tantas personas dependen de la actividad económica informal, viven en barrios marginados con poco acceso a servicios de agua y dependen del transporte público, que siempre está abarrotado, era casi imposible protegerlas de las infecciones.

Incluso cuando hubo vacunas, tropezamos con obstáculos desmesurados: nuestra vasta Región luchó para tener acceso a suministros suficientes, al mismo tiempo que la información errónea aumentaba la reticencia a la vacunación. Frente a estas barreras, la OPS ha trabajado arduamente en el apoyo de los planes nacionales de inmunización, reforzar la capacidad de la cadena de frío, proporcionar capacitación a los trabajadores de salud, mejorar las estrategias de comunicación y acelerar el acceso por medio del Fondo Rotatorio.

Ahora tenemos herramientas para controlar la transmisión y debemos trabajar con empeño y de manera mancomunada para llegar a los grupos que aún no están vacunados y poner fin a la pandemia en la Región de las Américas.

  1. El segundo pilar es el impulso para aplicar las enseñanzas extraídas de la pandemia y abordar enérgicamente nuestras vulnerabilidades, a fin de que estemos mucho mejor preparados para enfrentar nuevas amenazas a medida que surjan.

La OPS está lista para apoyar la aplicación de las enseñanzas cruciales extraídas de la pandemia en varias esferas.

Ayudaremos a nuestros Estados Miembros a fortalecer su capacidad nacional para detectar emergencias de salud pública y responder a ellas, construir sistemas sólidos de vigilancia de la salud basados en el enfoque de "Una salud" y asegurar que los países puedan ampliar rápidamente estas capacidades en casos de emergencia o desastre.

También reforzaremos nuestra capacidad de proporcionar coordinación regional al poner en práctica las recomendaciones de la evaluación externa de nuestro desempeño durante la pandemia.

La OPS colaborará con los países para ampliar el desarrollo y la producción de medicamentos, vacunas y productos médicos en América Latina y el Caribe, mediante el fortalecimiento de la capacidad regulatoria y la ejecución de proyectos estratégicos y sostenibles que beneficien a todos los países de la Región, incluido un mayor y mejor uso de los mecanismos regionales como el Fondo Rotatorio y el Fondo Estratégico.

Asimismo, debemos brindar apoyo a la participación de los Estados Miembros en el debate mundial sobre el nuevo instrumento para responder a las pandemias. La COVID-19 ha mostrado la importancia crucial de garantizar que sea realmente equitativo el acceso a vacunas, medicamentos y productos para la salud durante una pandemia.

Creo que esta es la única forma de que el mundo esté mejor preparado para futuras emergencias y de garantizar que las personas que perdieron la vida durante este período no lo hayan hecho en vano, incluidos los valientes profesionales de la salud que siguieron proporcionando atención sin contar con protección adecuada.

Hay otra enseñanza que debemos tener en cuenta a medida que vamos saliendo de esta pandemia. Todo problema, por más pequeño que sea, debemos abordarlo juntos, como región. Si colaboramos entre los distintos sectores, los distintos países y los distintos idiomas, podremos tener una región más saludable. En este espíritu, permítanme ahora hablarles en español.

  1. El tercer pilar es que se garantice el acceso rápido y equitativo a las innovaciones en materia de salud para todos los países de la Región.

La OPS está lista para apoyar a los países en la recuperación del impacto negativo producido por la pandemia en los programas prioritarios de salud. Pero eso solo no es suficiente: es necesario ir más allá y garantizar que todos los países y todos los grupos poblacionales dentro de cada país avancen para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenibles relacionados con la salud.

Vamos a apoyar a los países en la incorporación más rápida de nuevas tecnologías y en la implementación de estrategias innovadoras y más efectivas, basadas en la mejor evidencia científica disponible y adaptadas a la realidad nacional. Esto va a permitir proteger los logros, recuperar los programas prioritarios y avanzar más rápidamente en la mejora de la salud de nuestra población.

Es urgente promover esta transformación para que:

  • se reduzcan más rápidamente las muertes maternas e infantiles;
  • se acelere la eliminación de enfermedades como el cáncer cervicouterino, la TB, la infección por el VIH, la malaria, la lepra y otras enfermedades desatendidas;
  • haya un fortalecimiento y modernización de los programas de inmunización con la renovación de un compromiso político y social de alto nivel, nuevas herramientas de análisis para identificar los grupos que se están quedando atrás y las barreras que dificultan su acceso, así como estrategias innovadoras de comunicación y movilización social para recuperar las coberturas de vacunación adecuadas;
  • se amplifique la utilización de la teleconsulta y la telemedicina como herramientas para alcanzar una atención primaria de salud más resolutiva, ampliar el acceso de todos -especialmente los grupos más vulnerables- y mejorar la calidad de la asistencia, incluida la atención de la salud mental.

Es urgente transformar los excelentes y exitosos proyectos demostrativos que ya tenemos en la Región en políticas de salud incorporadas en los sistemas de salud y en la atención primaria de salud.

  1. El cuarto pilar es la construcción de sistemas nacionales de salud resilientes y basados en una atención primaria renovada y fortalecida.

La OPS está lista para apoyar a los países a fin de que alcancen un financiamiento público suficiente para garantizar sistemas universales, fortalecer la gobernanza de los Ministerios de Salud y contar con recursos humanos en cantidad suficiente y con la formación apropiada.

El componente fundamental de un sistema de salud resiliente es una atención primaria eficiente, con la capacidad de articular medidas de promoción, prevención, vigilancia y atención para los problemas de salud más prevalentes en las comunidades.

Es urgente que preparemos la atención primaria de salud para responder a los desafíos del complejo marco epidemiológico y el envejecimiento de la población.

Esta acción requiere el desarrollo y la implementación de estrategias para garantizar un financiamiento adecuado para el sector de salud, la formación y la retención de recursos humanos, la mejora de los sistemas de información y el uso de tecnologías como la telemedicina y la transformación digital.

Los sistemas de salud deben tener más capacidad para identificar las barreras al acceso y establecer estrategias para enfrentarlas, escuchando a los grupos poblacionales y las comunidades.

No podemos olvidarnos de que vivimos en una Región con inequidades históricas entre los países y dentro de ellos. Ningún sistema de salud va a responder a las necesidades de la población si no tiene la preocupación permanente de identificar los grupos que están quedando rezagados y de promover la equidad.

Los pueblos originarios, las personas afrodescendientes, las familias pobres de la periferia de las grandes ciudades y de las zonas rurales, las mujeres y las personas LGBTQIA+ necesitan que los sistemas de salud los vean y los escuchen para que sus necesidades estén reflejadas en la garantía del acceso a una atención de salud que los respete y los acoja.

  1. Y, finalmente, el quinto pilar es el fortalecimiento de la capacidad de la OPS para apoyar a los Estados Miembros.

La OPS está lista para seguir adelante y profundizar los avances que la doctora Etienne implementó durante su mandato para modernizar la gestión y promover la transparencia, la agilidad, la eficiencia y la equidad de género.

Nuestro cuerpo de funcionarios, en la Sede y en los países, es la gran fortaleza que tenemos para brindar cooperación técnica de alta calidad. Son personas comprometidas con los principios de la Organización y no escatiman esfuerzos para apoyar a los países en su trabajo para mejorar la salud y la vida de la población.

Voy a buscar siempre reconocer sus logros, continuar el diálogo abierto y transparente, fortalecer su creciente cualificación profesional y mantener un ambiente de trabajo respetuoso y acogedor.

Voy a perfeccionar los programas de prevención y tolerancia cero contra toda forma de acoso, abuso o explotación sexual de los empleados o de las poblaciones a las que la OPS presta servicios.

Voy a trabajar de manera incansable, con el personal competente y comprometido que tenemos, para que la OPS mantenga los muchos logros que ha alcanzado hasta ahora, renovándose a cada paso, siempre construyendo redes y funcionando como puente para promover el entendimiento, la solidaridad y la innovación.

Así veo a nuestra Organización: fortaleciéndose para responder a los desafíos actuales y futuros, y para poner a la salud en el centro de las agendas de desarrollo de la Región de las Américas.

Permítanme ahora concluir en mi lengua materna, el portugués.

PUNTO DE INFLEXIÓN PARA LA SALUD

La salud ha recibido una atención extraordinaria desde el inicio de la pandemia.

Nunca se habían valorado tanto los sistemas universales que garanticen el acceso a pruebas, hospitales, vacunas y medicamentos durante una crisis de proporciones tan dramáticas.

Nunca antes los jefes de Estado, los parlamentarios, los medios de comunicación y la opinión pública habían prestado tanta atención a temas de salud como en tiempos recientes.

Es urgente que transformemos esa atención en el fortalecimiento de los sistemas de salud, a fin de hacer frente a los problemas y las carencias persistentes y de garantizar el derecho a la salud para todos los pueblos de nuestra Región.

Es urgente que coloquemos la salud en el centro de los procesos de recuperación económica y de las políticas de lucha contra la pobreza, que tanto se agudizó en estos últimos años, y que la consolidemos en el centro del desarrollo efectivo y ecuánime.

Para ponernos a la altura de ese desafío, ahora será más importante que nunca fortalecer los lazos entre nuestros países y actuar con solidaridad.

Los invito a iniciar cinco años de búsqueda intensa y constante de medidas para que las personas de la Región de las Américas gocen del grado máximo de salud y bienestar que se pueda lograr.

Sabemos que los promedios nacionales ocultan desigualdades inaceptables. Sabemos que la pobreza y la enfermedad están unidas por un vínculo perverso, porque las personas más pobres son las que más se enferman y, al enfermar, se empobrecen más. La OPS está lista para trabajar con todos ustedes a fin de contribuir a una Región más saludable y equitativa.

Tomando prestadas las palabras de un escritor de Pernambuco, no me considero una persona optimista ni pesimista, sino una persona realista y esperanzada. Sé que tenemos dificultades y desafíos por delante, pero también sé que tenemos mucha fuerza cuando unimos mentes y corazones para convertir los sueños en realidad.

CONCLUSIÓN

Hace 120 años, nuestros países se propusieron forjar una alianza para mejorar las condiciones de salud y enfrentar juntos brotes y epidemias.

No fue fácil lograr el consenso necesario para crear y fortalecer esta Organización. Sin embargo, tengo la certeza de que nuestros predecesores lograron superar todas estas dificultades porque lo que los impulsaba era un sueño.

El sueño del panamericanismo.

El sueño de que la solidaridad entre los países de la Región de las Américas es una fuerza poderosa que puede mejorar la vida de nuestros pueblos.

Como dijo un poeta de mi país, "los sueños no envejecen". Hoy, 120 años más tarde, estamos aquí, inspirados por los mismos sueños, que siguen vivos y nos siguen inspirando.

Muito obrigado. Muchas gracias. Thank you. Merci.