Semana del Bienestar 2018: El arte de cocinar un futuro saludable

Roberto Valenzuela, Bolivia

A más de 4.150 metros sobre el nivel del mar está el barrio Nuevo Amanecer, en El Alto, Bolivia, donde nació y creció Roberto Valenzuela de 30 años. Roberto es artista urbano, bailarín de break dance callejero y representante del colectivo ciudadano de las Escuelas de cocina Manq´a, "comida" en lengua aymara.

La iniciativa de las Escuelas Manq'a es un proyecto social dirigido a jóvenes en situación de riesgo que busca generar oportunidades de vida con la revalorización y el consumo de productos saludables locales. Las escuelas forman parte del Movimiento de Integración Gastronómico Boliviano (MIGA) que tiene como propósito promover y promocionar la riqueza y patrimonio alimentario boliviano, para además impulsar la cocina saludable en Bolivia.

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Roberto, de contextura delgada y una barba que dibuja su rostro, es un graduado de las Escuelas Manq'a. El recuerdo del sabor de una sopa de pollo y el efecto de ésta en su organismo fue, según él, el salto que motivó a este artista urbano a convertirse en cocinero y, luego, en promotor de la salud por excelencia. “Tengo en mi mente la suculenta sopa de mi abuela hecha de verduras y patas de gallina”, dice Roberto al describir que era uno de los preparados más potentes para afianzar los brincos y obtener la elasticidad que requiere el break dance. “Me di cuenta que los alimentos saludables pueden darte una vida sana y mi curiosidad por saber más me llevó a las aulas de Manq´a”.

Una de las diez escuelas de cocina funciona en la zona Santa Isabel, en el lado oeste de El Alto, ciudad con más de un millón de habitantes, en su mayoría migrantes aymaras campo-ciudad. Allí existen comedores populares que están contribuyendo a que mejore la alimentación de los habitantes de cada zona, al ofrecerles alimentos saludables preparados con productos locales. De hecho el lema de Manq´a es “cocinando un futuro saludable”.

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“Es un desafío enorme debido a que en los últimos años los habitantes de la ciudad han girado sus hábitos alimenticios hacia el consumo de productos altos en grasas saturadas, bebidas azucaradas y ultraprocesados, también comida rápida”, sostiene el joven cocinero.

Roberto, de espíritu inquieto, tras graduarse y enfrentar una realidad creciente en los hábitos alimenticios de El Alto, especialmente de los niños y jóvenes, decidió formar un colectivo de egresados y estudiantes de cocina de las Escuelas Manq'a, con el fin de sensibilizar y promover la alimentación saludable. “Para promover la salud necesitamos saber más sobre los alimentos que tenemos”, dice.

El colectivo realiza charlas, ferias, visita escuelas y habla con la gente en los vecindarios de la ciudad. Roberto es su líder y ha generado prontamente alianzas con otros colectivos, incluso con los artistas urbanos callejeros del break dance como una manera de integrar actividad física y conciencia sobre los alimentos saludables.

“Una de las experiencias más bonita fue cuando en un colegio padres y niños se unieron para exponer juntos sobre lo que es la comida sana. Los padres juegan un rol importante”, reclama.

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Roberto está juntando recursos económicos para emprender un negocio en su barrio donde pueda comercializar comida saludable, sin dejar de hacer arte urbano porque afirma que “la fórmula para una vida saludable es actividad física y comida sana para tener una vida sana, duradera, buena y libre de enfermedades”.


Anahí Reyes

Escoger los alimentos, seleccionar cada verdura o tubérculo, desgranar, lavar cuidadosamente las hojas, seleccionar las especias, picar, trozar, exprimir, condimentar con hierbas y cocinar a fuego lento es algo que Anahí Reyes Antequera se toma muy en serio. No sólo porque es una experimentada chef boliviana con más de 31 años en el arte gastronómico sino porque reafirma, con cada acto en el fogón, la importancia que tienen los alimentos en la vida saludable de las personas.

Aprendió de niña que la selección y preparación de los alimentos frescos y la cocina tradicional son un valor familiar y social que no deben perderse. Anahí, es junto a un colectivo mayor de individuos e instituciones, una pionera de la revalorización del patrimonio alimenticio en Bolivia.

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Bolivia debido a su mega diversidad natural compuesta de ecorregiones y la existencia de una rica cultura culinaria cuenta con uno patrimonio alimentario valioso. Durante los últimos años han surgido importantes emprendimientos de revalorización de dicho patrimonio con iniciativas que surgieron en los propios cocineros y cocineras como Anahí que decidieron rescatar procesos, técnicas tradicionales y productos locales orientados a valorar las cocinas regionales hechas con productos nutritivos y saludables.

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Anahí es la presidenta del directorio del Movimiento de Integración Gastronómica (MIGA) una iniciativa que ha involucrado un conjunto de instituciones público privadas, bolivianas e internacionales con presencia en Bolivia, bajo un manifiesto que contiene 11 puntos de compromisos, entre ellos, fomentar la alimentación saludable, comprometiendo a toda la cadena de diversidad de productos nativos y locales, para mejorar las condiciones de vida de los bolivianos.

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“Es posible impulsar una alimentación saludable haciendo estas sinergias que van desde las formas de producción de alimentos hasta cuando llegan a nuestras mesas y nos alimentan. Es posible crear conciencia sobre recetas saludables y equilibradas que mejoren la calidad de vida de los bolivianos. Tenemos productos alimenticios de alto valor nutritivo que se cultivan en nuestras tierras y que pueden aportar salud a las personas”, dice Anahí.