“Siempre quise estudiar comunicación, pero por cosas del destino antes de eso, estudié informática”, cuenta Manuel Durango, locutor y productor de radio y televisión, licenciado en informática. “Mis primeros trabajos usando la voz fueron en un almacén en Fontibón, almacenes Caravana, parado en la puerta invitando a la gente a almorzar. ¡Era muy feliz! Con el paso del tiempo, en 1996 llegué a la emisora de la Universidad Nacional, primero manejando la consola, luego realizando el sueño de estar frente al micrófono”. Hoy, Manuel coordina dos programas radiales: Por las venas del Caribe, dedicado a la salsa, y otro de Latin Jazz. Casado y padre de dos niñas, su vida refleja resiliencia y pasión.
Ricardo Becerra Sáenz, diseñador industrial y catedrático, ha enfocado su carrera en la locución corporativa y la ergonomía. “En 1998 me hago esta pregunta: siendo una persona con poliomielitis, ¿qué estoy haciendo por las personas con discapacidad? Así que formulé un proyecto y me conecté con la universidad de Carolina del Norte, que promulgó los principios del diseño universal. Fui pionero de esto y creé el concepto de Maxivalía, término contrario a la minusvalía”, explica.
En segundo de primaria, Ricardo tuvo una cirugía de transferencia para alinear un poco su rodilla izquierda que estaba salida por la polio. Recuerda que tuvo una recuperación muy dolorosa. También manifiesta que en el colegio siempre le iba muy bien y que fue elegido varias veces como el mejor compañero. Se enamoró de la mamá de sus hijos y dice: “ella es la gerente de este hogar, y mis hijos tienen las voces más bonitas, incluso que la del papá”.
La polio, que en su momento afectó a miles de niños en la región de las Américas, dejó una huella imborrable en personas como Manuel y Ricardo. En 1975, se registraron cerca de 6.000 casos en la región, pero gracias a la vacunación masiva y a la vigilancia sostenida, el último caso de poliovirus salvaje se reportó en Perú en 1991. Ese mismo año, Colombia también notificó su último caso de poliomielitis. Este logro llevó a la certificación de la región como libre de polio en 1994, un hito que se conmemora cada 24 de octubre en el Día Mundial contra la Polio.