He sentido amor por el baile desde pequeño. El baile es una parte esencial de mi actividad física y comporta un entrenamiento intenso. Por eso estoy en tan buena forma física a los 72 años."
Rodwell Monty-Gaskin
Monty-Gaskin, de 72 años, es juez profesional de baile en Guyana y ha sido paciente del consultorio desde hace apenas un par de años. Lo derivaron desde el departamento de accidentes y urgencias del hospital, al que acudió por un dolor en el pie, y posteriormente le diagnosticaron filariasis linfática, conocida como filariasis a secas.
La filariasis linfática es una enfermedad parasitaria transmitida por mosquitos que pone en riesgo la salud de alrededor de 500.000 personas en Guyana.
Aunque no es mortal, afecta al sistema linfático y da lugar a muchos síntomas debilitantes y permanentes, entre los que se incluyen una inflamación grave de los genitales (hidrocele) y de las extremidades inferiores (elefantiasis o “la enfermedad de pie grande”, como se denomina comúnmente en el país).
Guyana, con la asistencia técnica de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) y el financiamiento de USAID y End Fund, se ha comprometido a lograr su eliminación antes del 2024.
Tratamiento y prevención
Cuando Monty-Gaskin se presentó en el consultorio, su principal síntoma era una pronunciada hinchazón del pie izquierdo que le impedía calzarse los zapatos de baile y, más importante aún, continuar con su carrera como bailarín. “El baile es una parte esencial de mi actividad física y comporta un entrenamiento intenso”, cuenta. “Por eso estoy en tan buena forma física a los 72 años.”
Afortunadamente, Monty-Gaskin no se demoró en pedir ayuda y la médica a cargo del consultorio, la doctora Annastacia Sampson, pudo controlar la inflamación del pie.
El consultorio de filariasis linfática del Georgetown Hospital ofrece diversos tratamientos gratuitos, como el tratamiento farmacológico para combatir los parásitos subyacentes que causan la enfermedad y el seguimiento de cualquier agudización, como son la inflamación y las heridas adicionales que puedan aparecer en el miembro afectado. No obstante, de acuerdo con la doctora Sampson, las medidas que se pueden adoptar son limitadas, dado que la propia elefantiasis es incurable y los daños causados por la filariasis son permanentes.
“Por eso es de vital importancia que nos centremos en la prevención, para que la filariasis no avance hasta las etapas en que los pacientes comienzan a tener manifestaciones clínicas de la enfermedad, como los pacientes de este consultorio”, indica la doctora Sampson.
Para lograr su eliminación antes del 2024, el país llevó a cabo un mapeo adicional entre los años 2018 y 2019 para determinar cuáles son las áreas endémicas. Posteriormente, se realizará una administración masiva de medicamentos de antiparasitarios en escuelas, lugares de trabajo y otros lugares donde hay una gran afluencia de personas, con el fin de garantizar que aquellas personas en riesgo de filariasis en todo el país reciben tratamiento preventivo.
Estigma y discriminación
Uno de los principales problemas de quienes sufren filariasis linfática es el reto que supone enfrentarse a la vida cotidiana, especialmente cuando la elefantiasis se hace patente. “Cuando supe que tenía filariasis y se me hinchó el pie, tenía miedo de que bailando se me levantase el pantalón, mis amigos lo vieran y se alejaran”, cuenta Monty-Gaskin.
Este temor a la discriminación es habitual en los pacientes del consultorio, que a menudo sienten que el estigma es abrumador.
Para Norma King, otra paciente del consultorio, la discriminación forma parte del día a día. “Cuando las personas te ven la pierna ya no eres Norma, o quienquiera que seas. Te conviertes en ‘la señora pie grande’ o ‘la mujer pie grande’”, relata. “Algunos de tus vecinos en cuanto te ven te dicen ‘ah, pie grande’ o esto o lo otro, y así te enfrentas a la vida todos los días. Ni un perro se merecería vivir así”, agrega.
Proteger a las futuras generaciones
Todos los pacientes del consultorio coinciden en que es urgente proteger a las futuras generaciones de guyaneses de la filariasis linfática, mediante la administración masiva de medicamentos, antes de que cause los problemas permanentes con los que tienen que lidiar a diario.
“Cuando repartían las pastillas, las solía rechazar. No sabía lo importante que eran hasta que el pie se me puso así”, cuenta Monty-Gaskin. “Ahora, me siento con mi hijo con tranquilidad y le explico lo importante que son”.
“A gran escala, la eliminación significaría que estamos cuidando de nuestra población”, asegura la doctora Gordon-Campbell, subdirectora médica del Ministerio de Salud Pública de Guyana. “Pero no creo que podamos comprender del todo lo que esto significaría para las personas que no se verán afectadas, que no estarían obligadas a soportar el peso de sus extremidades, que no sufrirían el estigma. Es difícil estimar el impacto de la prevención.”
Monty-Gaskin es uno de los pocos afortunados cuya filariasis fue diagnosticada temprano, por lo que pudo tratarse. Por consiguiente, está más consciente que muchos acerca de la importancia de la campaña de eliminación y de la educación de las generaciones más jóvenes sobre cómo evitar la filariasis linfática.
“Desde que puedo ponerme de nuevo los zapatos, puedo bailar. Estoy constantemente diciéndoles a mis amigos que cuenten conmigo”, dice entre risas mientras cruza la puerta de la sala de consulta y sale del consultorio bailando.
Iniciativa de eliminación
El 1 de octubre, los países de las Américas acordaron un enfoque colectivo para poner fin a las enfermedades transmisibles en América Latina y el Caribe. La Iniciativa de Eliminación identifica una amplia gama de enfermedades y afecciones relacionadas, incluida la filariasis linfática, como posibles candidatos para su eliminación. Además, permitirá a los países consolidar esfuerzos y recursos para poner fin a estas enfermedades y garantizar la salud pública para todos.