
Panamá, 14 de mayo 2025 (OPS/OMS) - La Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), en colaboración con el Ministerio de Salud (MINSA) y el apoyo del Ministerio de Gobierno (MINGOB), concluyó una serie de jornadas técnicas para fortalecer la atención sanitaria en centros penitenciarios de Panamá, priorizando la prevención y control de enfermedades transmisibles como tuberculosis (TB), VIH, sífilis, hepatitis virales y enfermedades prevenibles por vacunación.
Impulsada por la OPS del 6 al 8 de mayo, esta iniciativa articula esfuerzos del Departamento de Prevención, Control y Eliminación de Enfermedades Transmisibles (CDE), el Programa Especial de Inmunización Integral (CIM) y el Departamento de Determinantes Sociales y Ambientales para la Equidad en Salud (DHE).
El objetivo es mejorar la situación de salud en contextos de privación de libertad, e incluye la implementación de una herramienta para la verificación de las condiciones de salud que permite analizar la situación nacional y la elaboración de planes intersectoriales de mejora. La herramienta contempla las necesidades de los diferentes grupos poblacionales que se encuentran vinculados al contexto carcelario, incluyéndose, entre otros, personas privadas de libertad, personal de seguridad y de salud.
A través de diálogos horizontales con personas privadas de libertad, personal de seguridad y de salud, revelando necesidades como la mejora del acceso a servicios especializados y la capacitación en prevención, se identificaron prioridades para promover una atención de calidad y acelerar la implementación de los Lineamientos regionales de la OPS, que ofrecen recomendaciones basadas en evidencia para la respuesta a la TB, el VIH, las ITS, las hepatitis virales y las oportunidades de vacunación contra enfermedades inmunoprevenibles a los privados de la libertad, los custodios, personal de salud y personal administrativo.
Durante la visita, se socializaron las herramientas desarrolladas por la OPS para promover la mejora de la salud en prisiones, discutiendo su adaptación al contexto local en Panamá. Además, se compartió información general sobre el sistema penitenciario en el país, datos demográficos, y se analizó la situación actual de salud en contextos de privación de libertad, incluyendo enfermedades transmisibles e inmunoprevenibles. Se visitaron el Centro de Rehabilitación Femenina Cecilia Orillac de Chiari, el Centro Penitenciario la Mega Joya y luego se trasladaron al centro penitenciario Nueva Esperanza en Colón, y el Centro de Custodia y Cumplimiento de Menores Basilio Lakas.
Finalmente, concluyeron la jornada con un análisis de hallazgos, construcción conjunta de recomendaciones y la elaboración de la hoja de ruta para la mejora de la situación de salud en contextos de privación de libertad, con énfasis en la eliminación de la TB, VIH, sífilis, hepatitis virales y la expansión de esquemas de vacunación para prevenir brotes y proteger tanto a las personas privadas de libertad como al personal que labora en los centros penitenciarios.
El proceso contó con la participación de técnicos del MINSA, encargados de los programas de salud penitenciaria, tuberculosis, VIH/ITS y hepatitis virales, e inmunización, de los niveles centrales y regionales; funcionarios del MINGOB, responsables de las políticas sanitarias en centros de reclusión; personal de la Policía Nacional, en un rol de seguridad externa; equipos de salud de los centros penales visitados; asesores técnicos de la OPS/OMS y otros actores definidos por las autoridades de Panamá.
Panamá busca reforzar con esta iniciativa su compromiso con los principios de equidad, justicia social y salud pública, promoviendo un enfoque de derechos humanos en la atención a las personas privadas de libertad.
En América Latina, las personas privadas de libertad son altamente vulnerables a problemas de salud. El hacinamiento y el saneamiento deficiente, junto con la limitada atención médica y las barreras de acceso, facilitan la propagación de enfermedades transmisibles. Esta situación se agrava por la baja prioridad en la salud pública y la estigmatización social, que invisibiliza a esta población.
La tuberculosis es una de las enfermedades transmisibles más prevalentes en entornos penitenciarios. Debido a la naturaleza dinámica y transitoria de esta población, las prisiones se han convertido en amplificadores de las epidemias de tuberculosis, afectando no sólo a quienes están en prisión, sino también a la comunidad en su conjunto.
La OPS/OMS reafirma su compromiso de apoyar a Panamá en el fortalecimiento de la salud penitenciaria, aportando su experiencia técnica y promoviendo la adopción de un enfoque de derechos humanos hacia la equidad en salud.
La colaboración estratégica de la OPS/OMS con el MINSA y el MINGOB es fundamental para avanzar hacia la eliminación de enfermedades transmisibles en estos contextos y garantizar una atención integral, incluyendo el fortalecimiento de los programas de inmunización como eje central de la prevención. Esta labor representa una contribución a los compromisos del país como el plan estratégico nacional para la eliminación de enfermedades transmisibles y condiciones relacionadas 2025–2032.