Cada año, aproximadamente 5 millones de personas son mordidas por serpientes y más de 130.000 mueren por complicaciones en el mundo

serpiente

PANAFTOSA 12 de septiembre de 2022 - Las serpientes juegan un papel importante en el equilibrio ambiental, su ausencia es indicativa de una alerta de amenaza para el bioma. Considerados indiscriminadamente como venenosos, el miedo y la desinformación caminan juntos como motivación para seren perseguidos y muertos.

Los accidentes por animales ponzoñosos, especialmente las mordeduras de serpientes, fueron incluidos por la OMS en la lista de Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD) que afectan con mayor frecuencia a las poblaciones pobres que viven en zonas rurales, desencadenando discriminación, abandono, pérdida de ingresos, problemas de salud mental, reducción de la calidad de vida y muertes.

El envenenamiento por mordedura de serpiente es una de las causas más frecuentes de muertes en todo el mundo. Aunque prevenible, la muerte por mordedura de serpiente necesita una respuesta rápida, pero desafortunadamente para la mayoría de las víctimas, el acceso a la atención es muy difícil. Además, existen factores socioeconómicos y culturales que influyen en la búsqueda de tratamiento y hacen que muchas víctimas opten por prácticas tradicionales en lugar de recurrir a la atención hospitalaria.

En muchos países donde las mordeduras de serpientes son comunes, los sistemas de salud a menudo carecen de la infraestructura y los recursos para recopilar datos estadísticos confiables sobre el problema. La evaluación del verdadero impacto se complica aún más por el hecho de que los casos notificados por las clínicas y los hospitales a los ministerios de salud a menudo representan solo una pequeña parte del problema real, ya que muchas víctimas nunca llegan a los departamentos de salud.
 

Desafío local y global
La OMS incluyó la mordedura de serpiente en su lista de ETD en 2017, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó una resolución sobre el tema en 2018, instando a los Estados miembros a desarrollar programas para reducir su impacto, y se emitió una Estrategia Global para la Prevención y el Control de la Mordedura de Serpiente (en Inglés) con la OMS en 2019. Así, el escenario de abandono se está convirtiendo en un escenario de compromiso, aunque todavía queda un largo camino por recorrer para alcanzar esta meta.

En 2018, PANAFTOSA/SPV-OPS/OMS ha asumido la coordinación de acciones en las Américas, creando la Red de Laboratorios Públicos Productores de Antivenenos de América Latina (RELAPA), para impulsar el intercambio de informaciones y fortalecer los laboratórios en America Latina.

El objetivo de la RELAPA es ampliar la disponibilidad y accesibilidad de antivenenos eficaces y seguros, incluyendo a países que no poseen sus propios laboratorios productores nacionales, o aquellos en que la producción de determinados antivenenos por un laboratorio no sea suficiente para atender la demanda nacional.

En ese mismo año, una coalición de organizaciones que trabajan en nombre de la salud global y la medicina tropical crearon el Día Internacional de Atención de Accidentes Ofídicos celebrado el día 19 de septiembre, con el objetivo de crear conciencia sobre el enorme impacto global de las mordeduras de serpientes.

Datos disponibles por la OMS muestran que entre 4,5 y 5,4 millones de personas son mordidas por serpientes cada año. De estos, 1,8-2,7 millones desarrollan complicaciones clínicas y 81.000 a 138.000 mueren. En la región de las Américas, se estima que ocurren alrededor de 57.500 casos de envenenamientos por mordeduras de serpiente anualmente. 

Algunos de los envenenamientos por mordedura de serpiente se tratan sintomáticamente, pero, en general, la terapia se basa en la administración de antivenenos específicos. El tratamiento es un reto en términos de gestión porque requiere agilidad y eficacia en la atención primaria. Los casos graves y las muertes se asocian principalmente a la indisponibilidad o al retraso en la administración del antiveneno apropiado para el tipo de accidente ofídico y en una dosis adecuada. 

Así, para lograr la reducción de la morbilidad y la mortalidad de los accidentes ofídicos en las Américas, es necesario una estrategia coordinada que incluya la disponibilidad y la accesibilidad de antivenenos apropiados en cantidades suficientes, un apoyo terapéutico adecuado durante el tratamiento y la rehabilitación, así como acciones de educación comunitaria para la prevención de los casos.
 

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