Bernardo Kliksberg advirtió que la salud de la región corre severos riesgos

Buenos Aires, 20 de agosto de 2009 (OPS/OMS).- La salud pública corre severos riesgos a nivel regional y será agudizada este año por los acontecimientos del campo económico, a menos que los gobiernos dejen de focalizar la mirada en saldar las deudas con sus acreedores y empiecen a aplicar políticas que empoderen a los ciudadanos al mismo tiempo que atienden sus necesidades más acuciantes.
 
La advertencia fue formulada por Bernardo kliskberg, asesor principal de la Dirección del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) durante la conferencia que brindó en el marco de la Feria Mundial Municipios y Salud, organizada por el Ministerio de Salud de la Nación, junto con la colaboración de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y el apoyo del Banco Mundial, Unicef, el PNUD, UNFPA y el CINU.
 
Kliskberg trazó un panorama del saldo que dejará "la peor crisis de los últimos 80 años". Serán 400 mil los niños de todo el mundo los que lamentablemente perderán la vida en 2009, según estimaciones del Banco Mundial, al tiempo que sumarán 8 millones de pobres más en América latina, elevando la cifra a 190 millones, según cálculos de la Cepal.
 
Otros estudios estipulan que el Producto Bruto Interno de Latinoamérica caerá un 1,9 por ciento luego de haber crecido en los últimos cuatro años un 4,7 por ciento, y México será el país más perjudicado con un descenso del 8 por ciento de su PBI, a causa no sólo de la crisis sino también de la pandemia de gripe A.
 
"Desgraciadamente las palabras se quedan cortas frente a los datos. Las cifras son realmente desalentadoras. Esto es gravísimo y acentúa la salud de la región, algo que no puede pasar desapercibido por los Estados", apuntó el economista argentino. Y acercó otros números: Según el último relevamiento de la Unesco, apenas el 43 por ciento de los alumnos latinoamericanos termina la primaria a tiempo, mientras que el 11 por ciento trabaja.
 
En materia de acceso a la alimentación, el panorama es igual de desalentador: La desnutrición aumentó un 13 por ciento en los últimos 12 meses, pasando así de 47 a 53 millones de personas desnutridas en toda América latina. De ellos, el 16 por ciento son niños, nueve millones presentan desnutrición crónica, y la inmensa mayoría son indígenas.
 
Entre los jóvenes también de la región, la tasa de desocupación excede el 20 por ciento, más del doble que el de los adultos, al tiempo que uno de cuatro está fuera del sistema educacional y del mercado laboral. "La gente se pregunta por qué la inseguridad ciudadana crece. Deberían simplemente prestarle atención a estas cifras para encontrar la respuesta", apuntó.
 
De acuerdo al director del Fondo España- PNUD, hay inseguridad "no porque los jueces les dan condenas muy bajas a quienes cometen delitos. Ésa es una fantasía de quienes quieren dar como solución la mano dura". Para el experto, se trata "de un problema de salud pública" que requiere "la atención de todos los sectores, especialmente el Estado".
 
Pese a los crudos escenarios que prevén las estadísticas, "no son inamovibles", dijo, ya que, a su juicio, "dependen de cómo reaccionen las sociedades, de lo que hagan en el campo de la política pública, que es el actor central para permitir el despegue de una nación y población".
 
La solución, para kliksberg, no menos sencilla, es superar los "fundamentalismos del mercado, aquellos que piden saldar deudas con los acreedores, no invertir en los más necesitados y mal estigmatizan el asistencialismo".
 
"Un mito es que toda acción que signifique apoyar directamente a la población es asistencialismo. Eso es muy simplista, muy superficial. La realidad no se parece en nada a enseñar a pescar en lugar de dar el pescado como plantean los neoliberales. Si ustedes no le dan pescado la gente se muere.  Es necesario ayudar ya frente al hambre, no hay ninguna dilución posible", sentenció el asesor del PNUD.
 
Aunque aclaró que esa acción tiene que ser complementada con un enfoque particular de desarrollo y promoción de la participación de los ciudadanos: "Hay que potenciar el capital social de la comunidad sin descuidar atender su urgencia".
 
"Articular los esfuerzos del sector publico con otros sectores, potenciar a las comunidades desfavorecidas y aplicar políticas regulatorias del mercado, reactivación del mercado interno, democratización del crédito, apoyo a pymes, acceso a nuevas tecnologías e integración regional, y recobrar la relación entre ética y economía, que fue el principal disparador de la crisis económica global", son algunas otras de  las posibles medidas a aplicar para salir de la eclosión social y evitar futuras crisis, completó el economista.