Autoevaluación sobre Reglamento Sanitario Internacional avanza en Guatemala

Reunión de seguimiento a autoevaluación RSI

Guatemala, febrero de 2023. (OPS/OMS) En seguimiento a la solicitud que Guatemala hizo para contar con acompañamiento internacional al realizar la evaluación externa voluntaria sobre el estado de las capacidades básicas del Reglamento Sanitario Internacional (RSI), el martes 14 de febrero comenzó una nueva jornada de trabajo con apoyo de la Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).

La evaluación externa voluntaria implica dos procesos, iniciando con la autoevaluación de las capacidades básicas del RSI que en Guatemala inició en diciembre del 2022 y se estima que finalizará en abril de este año, bajo el liderazgo del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), cuenta con destacada participación de otros ministerios, instituciones y sector académico del país.

Este proceso, a criterio de Tamara Mancero, asesora regional para el RSI de la OPS/OMS, es de suma importancia para el país, porque demuestra su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas, ya que implica un paso adicional y voluntario, previo al informe que todos los Estados Miembro deben compartir con la Asamblea Mundial de la Salud cada año.

El Reglamento Sanitario Internacional fue discutido en la Asamblea Mundial de la Salud en el 2005 e inició su implementación en el 2007, y desde el 2010 los países comenzaron a presentar informes sobre sus capacidades para detectar y responder a eventos de emergencias de salud pública de importancia internacional, potenciales o existentes.

“El mecanismo mandatorio para este propósito es informe anual que todos los países hacen; y el voluntario implica evaluaciones externas voluntarias, simulaciones de simulacros y ejercicios posteriores a la acción. Guatemala demostrando un compromiso con el RSI y rendición de cuentas entre los Estados miembros y la organización, eligió solicitar una evaluación externa voluntaria, para ir a lo más profundo de todos los sectores involucrados y evaluarse”, añadió la experta.

Realizar este proceso, sobre todo en el contexto de la pandemia de COVID-19, permite al país y sus instituciones, evaluar qué funcionó y que no, las lecciones aprendidas y destacar aquellos procesos que necesitan mejorar en beneficio de la población guatemalteca.

“Es el mejor momento, para que de una manera estructurada y definida en la metodología de la evaluación externa, Guatemala se tome una foto, una especie de selfie, para saber cómo está en profundidad y que no le vuelvan a suceder las cosas que vivieron en la pandemia, para rectificar y fortalecer aquellas que funcionaron bien”, agregó Mancero.

Llegar a este nivel de profundidad permitirá al país medir su capacidad, pero también definir un plan de trabajo para detectar enfermedades conocidas o nuevas, contenerlas, responder a tiempo y comunicar a lo interno y externo qué es lo que está sucediendo, para actuar con rapidez frente a cualquier acontecimiento que se presente de forma natural, deliberada o accidental.

Dentro de la evaluación voluntaria solicitada hay 15 competencias que el país está evaluando, a la fecha se han realizado 7 autoevaluaciones en: Coordinación, Vigilancia, Laboratorio, Comunicación de Riesgo y Participación Comunitaria, Zoonosis, Puntos de Entrada y Salud Transfronteriza e Inocuidad de los Alimentos. 

Durante la nueva jornada de trabajo participaron representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores, de Ganadería Agricultura y Alimentación, de Gobernación, de la Defensa, Recursos Naturales, Comunicaciones y Energía y Minas.

Además, SE-CONRED, la Dirección General de Aeronáutica Civil, Comisión Portuaria Nacional, Asociación Guatemalteca de Líneas Aéreas, Sector Académico (Universidad de San Carlos de Guatemala, Universidad Galileo, Universidad Rafael Landívar), Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y Asociación Nacional de Bomberos Departamentales.

Sobre el Reglamento Sanitario Internacional

En mayo de 2005, la 58ª Asamblea Mundial de la Salud adoptó el Reglamento Sanitario Internacional (RSI (2005), que entró en vigor el 15 de junio de 2007. El RSI requiere que todos los Estados Parte desarrollen ciertas capacidades básicas de salud pública, relacionadas con “la capacidad para detectar, evaluar, notificar y reportar eventos” (y “ la capacidad de responder con prontitud y eficacia a los riesgos para la salud pública y los emergencias de salud pública de importancia internacional”

Para apoyar a los países en la evaluación de las capacidades básicas del RSI y facilitar sus obligaciones de presentación de informes anuales, la Secretaría del RSI organizada por la OMS desarrolló el Marco de seguimiento y evaluación del RSI (IHRMEF). El IHRMEF comprende la herramienta de Informe Anual de los Estados Parte (SPAR) para la presentación de informes anuales obligatorios y tres componentes voluntarios, incluida la Evaluación Externa Conjunta (JEE por sus siglas en ingles), para la evaluación y prueba de las capacidades básicas del RSI.