El etiquetado frontal no ocasiona desempleo ni afecta la economía y produce efectos positivos en los patrones de consumo y en la salud

hombre leyendo una etiqueta

Montevideo, 30 de junio de 2020.- El intercambio de expertos y la publicación de las evidencias existentes muestra que el etiquetado frontal no ocasiona desempleo ni afecta la economía, como muestra el caso de Chile y México. Por el contrario, produce efectos positivos en los patrones de consumo y en la salud de la población, son algunas de las conclusiones extraídas del Seminario virtual sobre rotulado frontal de alimentos organizado este martes 30 de junio entre OPS/OMS, UNICEF y FAO que contó con la participación del ministro de Salud, Daniel Salinas. Ver grabación


Seminario virtual: Rotulado frontal de alimentos en Uruguay

Salinas manifestó la posición favorable de su cartera respecto al etiquetado frontal. El evento convocó a 300 participantes del ámbito académico, decisores gubernamentales, integrantes de organizaciones de la sociedad civil y redes comunitarias, expertos en el tema y profesionales de diferentes disciplinas de Uruguay, Argentina, Brasil, Chile, Perú y otros países de la región.

Se cumplió el objetivo de actualizar la evidencia disponible respecto a los impactos a nivel sanitario, normativo y socioeconómico de la implementación rotulado frontal de alimentos para contribuir a la alimentación saludable y las elecciones informadas de la población en el ejercicio de su derecho a la salud.

Fabio Gomes, Asesor Regional en Nutrición de la OPS/OMS y Gastón Ares del Núcleo Interdisciplinario “Alimentación y Bienestar” de UDELAR, presentaron la evolución del etiquetado frontal en la región y la evidencia que le da soporte. Se explicitaron las ventajas de usar los criterios del modelo de perfil de nutrientes de la OPS para indicar los productos procesados y ultraprocesados que contienen una cantidad excesiva de sodio, azúcares libres, grasas saturadas, total de grasas y grasas trans. Ares comunicó los efectos de la iniciativa en Uruguay, que aumenta la capacidad de la ciudadanía de tomar decisiones informadas y motiva a una importante proporción (58%) de la población a modificar sus hábitos alimentarios, que en un 94% valora positivamente la medida.

Camila Corvalán presentó resultados de un estudio realizado en Chile por el Instituto Nacional de Tecnología de Alimentos, sobre el impacto del Etiquetado frontal sobre el empleo y los salarios reales en más 500 mil empresas comparando sectores dentro de alimentos y bebidas, entre “potencialmente afectados” y “probablemente no afectados”, así como entre la industria de manufacturas no metálicas (donde está alimentos y bebidas) con manufacturas metálicas (no afectado). Se constató que el etiquetado NO produjo efectos diferenciales entre sectores. En los primeros 18 meses de su implementación (junio 2016-diciembre 2017), el empleo y los salarios reales entre sectores afectados y no afectados, se comportaron de igual manera.

Gianella Severini Consultora legal del Global Health Advocacy Incubator, demostró en base a la normativa vigente que los que Estados miembros del Mercosur pueden avanzar con una iniciativa de etiquetado frontal de alimentos sin infringir el principio de armonización que rige en el bloque económico. No existe justificación alguna para introducir cambios en el decreto uruguayo 272/18. Esto solo dilataría su implementación.

Por el contrario, el MERCOSUR habilita esta medida por la Resolución 124/1996 sobre derecho de los consumidores: “la protección de la vida, la salud y la seguridad contra los riesgos causados por las prácticas en el suministro de productos y servicios considerados peligrosos o nocivos; (...)” y “la información suficiente y veraz sobre los distintos productos y servicios”. Asimismo, fundamentó que en el marco del MERCOSUR, los Estados han implementado otros tipos de etiquetados, que difiriendo de país a país, no han impedido ni restringido la comercialización de productos en jurisdicciones diferentes.