BANVACO: Una nueva era en la defensa sanitaria de las Américas
“Si vis pacem, para bellum”
La fiebre aftosa no afecta a los seres humanos, pero es una de las enfermedades animales más contagiosas, capaz de afectar a bovinos, búfalos, porcinos, ovinos y caprinos, comprometiendo el suministro de alimentos a nivel mundial y provocando impactos económicos y sociales devastadores.
A pesar de décadas sin registros en las Américas, la amenaza persiste. La globalización, el intenso flujo de viajes y la aparición de brotes en otras regiones del mundo mantienen vivo el riesgo, que puede originarse tanto a través de reintroducciones naturales o por causa del bioterrorismo. La experiencia internacional demuestra que la mejor defensa es la preparación anticipada —y, en el caso de la fiebre aftosa, esto significa estar preparados para aplicar, cuando sea necesario, la vacunación de emergencia.
La vacunación de emergencia es reconocida mundialmente por reducir las pérdidas económicas y por ser más aceptada socialmente que el sacrificio sanitario masivo. Además, evita el desperdicio de proteína animal y permite restablecer rápidamente la condición sanitaria suspendida. Sin embargo, esta respuesta solo es posible si existe, de antemano, planificación, coordinación público-privada y garantía de acceso rápido a vacunas adecuadas, incluso contra cepas virales exógenas a la región.
Con esta visión de futuro nace el Banco Regional de Antígenos de Fiebre Aftosa – BANVACO, una iniciativa inédita en las Américas para garantizar la disponibilidad inmediata de antígenos y vacunas tanto para los virus que han sido erradicados del continente como para cepas extrarregionales.
La creación definitiva del BANVACO cuenta, como integrantes de su Comisión Directiva, con la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario – AGROCALIDAD de Ecuador, el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal – SENACSA de Paraguay, y el Departamento de Salud Animal – DSA/MAPA de Brasil. Esta red continental se configura como un hito en la seguridad sanitaria y en el fortalecimiento de la ganadería en las Américas.
El BANVACO es gestionado por el Centro Panamericano de Fiebre Aftosa y Salud Pública Veterinaria de la Organización Panamericana de la Salud (PANAFTOSA/SPV-OPS/OMS), lo que garantiza neutralidad, experiencia técnica y capacidad logística para la adquisición, almacenamiento y distribución de antígenos y vacunas. Se trata de un instrumento estratégico que permitirá respuestas rápidas y coordinadas frente a cualquier eventual reintroducción de la fiebre aftosa, preservando mercados, protegiendo los rebaños y asegurando la sostenibilidad de la producción pecuaria.
Hoy, con aproximadamente el 98% del ganado bovino de las Américas ya libre de la enfermedad, el BANVACO simboliza más que un avance técnico, un pacto colectivo por la protección de la salud animal y por la estabilidad económica y alimentaria de todo el continente.
Todos los países libres de fiebre aftosa, sea con o sin vacunación, enfrentan una amenaza similar: la reaparición de un brote de fiebre aftosa. Si bien la probabilidad en el continente es muy baja, como lo respalda el riesgo histórico, la amenaza no puede ser descartada porque la enfermedad aún no ha sido completamente erradicada de las Américas y es endémica en muchos países de África, Asia y Oriente Medio. Tampoco se puede dejar de considerar la posibilidad de un ataque bioterrorista, escenario que varios países del mundo consideran plausible.
¿Cuál es el objetivo del BANVACO?
El objetivo del Banco es asegurar la disponibilidad efectiva de antígenos y de vacunas para la contención de brotes de fiebre aftosa en poblaciones actualmente libres de la infección en las Américas, de acuerdo al Código Sanitario para los Animales Terrestres de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). Así también como mantener reservas de antígenos de todos los serotipos virales de fiebre aftosa que actualmente son un peligro para los países miembros del BANVACO para ser usadas en una vacunación de emergencia para el control de un brote.
¿Quién puede pertenecer al BANVACO?
Todos los países miembros de la OPS pueden unirse, no solo los países de COSALFA. Un país libre con vacunación también puede pertenecer al Banco Regional de Antígenos de Fiebre Aftosa (BANVACO).
PREGUNTAS Y RESPUESTAS
En 2012, en la XII Reunión del Comité Hemisférico para la Erradicación de la Fiebre Aftosa (COHEFA), los países de las Américas solicitaron a PANAFTOSA realizar un estudio técnico con la participación de expertos de los países de la región para la futura creación de un banco regional de antígenos/vacunas.
La propuesta final para la creación del Banco Regional de Antígenos de Fiebre Aftosa - BANVACO - fue concluida en diciembre de 2018 y enviada a todos los países miembros en 2019. Más información en https://www.paho.org/es/panaftosa/banvaco.
La vacunación de emergencia es una medida universalmente aceptada para el control de brotes de fiebre aftosa porque puede reducir las pérdidas económicas.
Un país libre sin vacunación tiene a disposición seis estrategias de control frente a un brote de fiebre aftosa según las decisiones que tome con relación a las dos medidas sanitarias mencionadas. Por su parte, un país libre con vacunación tiene tres estrategias de control.
Sin embargo, si un país decide no utilizar la vacunación de emergencia en el control de un brote, las estrategiasde control se reducen a dos en el caso de los países libres sin vacunación, y a una en el caso de los países libres con vacunación. De ahí la importancia de tener disponible la opción del uso de la vacunación de emergencia en un eventual brote de fiebre aftosa en un país libre. Por lo tanto, tener la opción de usar la vacunación de emergencia obliga a adoptar una serie de acciones y coordinaciones mucho antes de la aparición de un brote.
Contar con un banco de vacunas contra la fiebre aftosa es de suma importancia, ya que puede respaldar a los países en el control más eficaz de un brote en una región, disminuyendo el impacto y las graves implicaciones económicas y sociales que esta enfermedad provoca.
La fiebre aftosa puede ser causada por siete serotipos virales distintas que no tienen inmunidad cruzada entre ellos y además, en algunos serotipos se han identificado varios subtipos. Es decir, las vacunas a usar en una emergencia deben ser serotipo-específica y en algunos casos subtipo-específicas.
Por lo tanto, frente a un brote de fiebre aftosa se debe identificar cuál es el serotipo y el subtipo actuante para que a continuación, en caso de que se utilice la vacunación de emergencia, se verifique cuál es la vacuna que produce protección en los animales. Luego se debe producir, distribuir y aplicar la vacuna a los animales para apoyar en la contención del brote. En particular, una vez que se ha identificado la cepa vacunal que produce inmunidad, se debe recurrir a un laboratorio que tenga la cepa vacunal para que en un corto plazo de tiempo produzca la vacuna en la cantidad suficiente que el país requiere para controlar el brote. Todo este proceso requiere tiempo.
Los países libres han resuelto este problema con la formación de bancos de reservas de antígenos y vacunas.
Un banco de antígenos y vacunas es una reserva estratégica de concentrado de antígeno viral congelado de serotipos virales específicos que un laboratorio puede formular rápidamente en una vacuna en caso de un brote de enfermedad.
Los términos "banco de vacunas" y "banco de antígenos" a menudo se usan indistintamente. Sin embargo, el antígeno de una vacuna contra la fiebre aftosa es el virus inactivado que se conserva congelado y que se formula como vacuna sólo cuando es necesario su uso.
El hallazgo de que los antígenos virales pueden ser inactivados, concentrados y conservados a baja temperatura por largos períodos con una pequeña o ninguna pérdida de su inmunogenicidad creó las bases para el establecimiento de Bancos de Antígenos, los cuales podrían ser rápidamente reconstituidos y formulados como vacunas potentes contra la fiebre aftosa (4 – 14 días).
Las vacunas preparadas para la fiebre aftosa tienen una vida útil corta, mientras que el concentrado de antígeno congelado se puede almacenar durante muchos años. No es eficiente ni económico formular y almacenar de forma preventiva vacunas que no se pueden usar, especialmente porque es imposible predecir qué cepas virales pueden surgir.
El antígeno del banco permite la flexibilidad de formular vacunas listas para usar, según sea necesario, para cepas específicas de fiebre aftosa de cualquier brote específico.
El primer banco nacional de antígenos contra la fiebre aftosa fue establecido por Dinamarca en 1976.
En 1982 se estableció el Banco Norteamericano de Vacunas (NAVB, por sus siglas en inglés) con la participación de Estados Unidos, México y Canadá.
En 1985 se estableció el Banco de Vacunas Internacional (IVB, por sus siglas en inglés) en Pirbright, Surrey, para servir en casos de emergencias de fiebre aftosa al Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Finlandia, Irlanda, Noruega y Suecia. El IVB fue establecido como una entidad no comercial, intergubernamental, que combina la conservación de antígenos con la capacidad de formular y testear vacunas. Los miembros pagan una subscripción anual para cubrir los costos de manutención y se incluyen compras adicionales de antígenos nuevos y de remplazo de aquellos retirados.
En 1991 se estableció el Banco de Vacunas de la Unión Europea (EUVB, por sus siglas en inglés) para servir a sus estados miembros. Mantiene el equivalente de 500 a un millón de dosis de varias cepas vacunales que son almacenadas en dos institutos nacionales de dos países.
Se reconoce que estos tres bancos tienen reservas de antígenos para todos los serotipos, pero por razones de seguridad nacional se dejó de publicar el detalle de las reservas almacenadas. Además de estos bancos internacionales, según datos publicados en Europa, 13 países mantenían reservas adicionales de antígenos.
En Sudamérica, donde todos los países son libres de fiebre aftosa con o sin vacunación, con excepción de Venezuela, solo existe un banco de antígenos en Argentina, establecido en 1999, que dispone de reservas de los serotipos virales que han sido endémicos en la región, más algunos serotipos extrarregionales. Sin embargo, este banco privado de antígenos se creó solamente para el control de un brote en el territorio argentino.
En resumen, los países libres de fiebre aftosa del continente, con excepción de Argentina, Estados Unidos y Canadá, no disponen de reservas de antígenos de fiebre aftosa que les permitan formular vacunas para ser aplicadas en una vacunación de emergencia causada por cualquier serotipo del virus de la fiebre aftosa.
El BANVACO no comprende una nueva instalación física ni tampoco una personalidad jurídica, sino que su gerencia estará en la sede de PANAFTOSA/SPV-OPS/OMS y el stock de antígenos y vacunas mantenidos por los países miembros se mantendrá en las instalaciones de proveedores de vacunas de la región mediante contratos específicos.
La gestión del BANVACO fue encomendada a la Organización Panamericana de la Salud - OPS, a través del Centro Panamericano de Fiebre Aftosa y Salud Pública Veterinaria – PANAFTOSA/SPV-OPS/OMS, por su condición de entidad supranacional y su neutralidad, aprovechando su vasta experiencia en relación con la enfermedad y con la adquisición, el mantenimiento y la distribución de antígenos y vacunas en el ámbito de la salud humana.
Por más de 40 años, el Fondo Rotatorio de acceso a vacunas ha provisto acceso a decenas de vacunas seguras y de calidad a precios asequibles a los Estados Miembros y los territorios de la región.
Al consolidar los requerimientos de demanda, aprovechar las economías de escala, promover negociaciones transparentes con proveedores e implementar estrategias de adquisición innovadoras, el Fondo Rotatorio ha mejorado el poder de compra de los países, disminuyendo así los precios de las vacunas y contribuyendo a la sostenibilidad de las estrategias nacionales.
A través del Fondo, 41 países de las Américas acceden a vacunas seguras para el área humana, de calidad, y a un precio un 75% menor que si realizaran la compra de forma individual.
Todos los países miembros de la OPS pueden adherirse al BANVACO, y deben financiar en común los costos fijos del banco que corresponden al funcionamiento administrativo. Mientras más países participen en el BANVACO, menor será el costo fijo para cada uno. Es la Comisión Directiva del BANVACO, formada por un delegado de cada país miembro, la que decide el porcentaje del presupuesto anual que le corresponde a cada país miembro. Inicialmente, los costos fijos fueron calculados en USD 25.000 para cada país miembro durante el primer año, pudiendo reducir el valor a medida que otros países realicen su adhesión y bajo la aprobación de los planes de trabajo anuales.
Los costos variables, por su parte, corresponden al stock de antígenos que se mantendrá en el banco y dependerán de la decisión soberana de cada país miembro sobre cuándo y qué cantidad de antígenos y producción de vacuna necesitaría para enfrentar una emergencia.
Es necesario mencionar que la adquisición y el mantenimiento de antígenos en un Banco de carácter internacional permiten economías de escala, sinergias y apalancamiento de resultados, al tiempo que la entidad contribuye a la armonización y coordinación de la preparación para emergencias por fiebre aftosa a nivel global y regional.
Absolutamente no.
Un país libre con vacunación también debería pertenecer al BANVACO, porque el proyecto tiene un objetivo distinto, que es mantener reservas de antígenos de todos los serotipos virales de fiebre aftosa, que actualmente suponen un riesgo para los países del continente, para ser usadas en una vacunación de emergencia para el control de un brote.
Inclusive, los dos primeros países que firmaron su adhesión son países que están vacunando sistemáticamente a sus animales: Paraguay (2021) y Ecuador (2023).
No existe ningún impedimento para que un país establezca su propio banco de vacunas y antígenos. De hecho, países libres de Norteamérica y de Europa tienen sus propias reservas además de su membresía a un banco regional.
Es estratégico sí la pertenencia a un banco regional, sobre todo porque la prevención contra la fiebre aftosa se debe abordar con una visión regional.
No necesariamente
La vacunación de emergencia puede ser utilizada para la protección de los animales sanos con el objetivo de que el virus no salga del área de contención, incluso en áreas de frontera internacional en caso de brotes de fiebre aftosa en países vecinos.
Asociarse al BANVACO garantiza a un país el acceso rápido y seguro a vacunas contra la fiebre aftosa, incluso contra cepas exógenas a la región, permitiendo respuestas ágiles que protegen los rebaños, evitan pérdidas económicas y aceleran la recuperación del estatus sanitario ante la OMSA.
La adhesión también reduce costos al compartir infraestructura y reservas gestionadas por PANAFTOSA-OPS, fortalece la cooperación técnica regional, amplía la capacidad de respuesta conjunta ante emergencias y demuestra un compromiso internacional con la prevención, la seguridad alimentaria y la estabilidad del sector pecuario.
PANAFTOSA fue elegido para gestionar el BANVACO porque reúne tres características esenciales: neutralidad, experiencia y capacidad logística internacional.
Como centro especializado de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), ha actuado durante décadas en la coordinación de programas de erradicación de la fiebre aftosa en las Américas, acumulando conocimiento técnico, redes de cooperación y credibilidad entre los países miembros.
Además, ya cuenta con mecanismos consolidados para la adquisición, almacenamiento y distribución de antígenos y vacunas, operando bajo una estructura supranacional que garantiza confianza y transparencia en la gestión, evitando intereses políticos o comerciales de un solo país y asegurando que el banco atienda de manera equitativa a todas los países asociados.
Los países pueden asociarse al BANVACO mediante la adhesión formal al Acuerdo Constitutivo aprobado por los miembros de la COSALFA y la OPS. Este proceso incluye:
Manifestación oficial de interés ante PANAFTOSA-OPS, gestor del banco.
Trámites internos en el país, generalmente involucrando al servicio veterinario oficial, al ministerio responsable de agricultura/ganadería y, cuando sea necesario, a órganos jurídicos y legislativos.
Firma del Acuerdo Constitutivo, que define derechos, deberes y contribuciones financieras.
Cumplimiento de los requisitos técnicos y operativos, como la adhesión a protocolos regionales de vigilancia, respuesta a emergencias y uso de las vacunas del banco.
Es importante destacar que, mientras el país concluye sus trámites internos, puede solicitar su adhesión temporal como miembro asociado. En esta condición, contará con prácticamente todos los derechos y deberes de un miembro pleno —incluido el acceso prioritario a antígenos y vacunas—, con la única excepción de no tener derecho a voto en las decisiones administrativas, técnicas y estratégicas del BANVACO.
Comisión Directiva (miembros plenos)
Delegado
Marcelo de Andrade Motta
Director del Departamento de Salud Animal, MAPA
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimento (MAPA)
Integrantes de la Comisión
Geraldo Moraes
Coordenador general de Epidemiología
Delegado
Patricio Almeida Granja
Director Ejecutivo - AGROCALIDAD
Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (AGROCALIDAD)
Integrantes de la Comisión
Christian Zambrano
Director de Vigilancia Zoosanitaria
Delegado
José Carlos Martín Camperchioli
Presidente del SENACSA
Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (SENACSA)
Integrantes de la Comisión
Víctor Maldonado
Director General de Sanidad, Identidad y Trazabilidad (DIGESIT)
