Semana de Vacunación en las Américas 2025: Informe final

La articulación entre ministerios de salud, educación y organizaciones comunitarias, así como la involucración de los sectores público y privado, y las distintas áreas de trabajo de la OPS ha sido clave para ampliar el alcance de la campaña. Esta colaboración ha facilitado mejorar las jornadas de vacunación en escuelas, centros comunitarios y zonas rurales más remotas, así como el impulso de una comunicación más fluida para llegar a más y diferentes audiencias.

Un enfoque de campaña basado no solo en la llamada a la vacunación, sino con un material de comunicación basado en datos y que llama al compromiso ha impulsado el empoderamiento de audiencias muy distintas. Además, la colaboración con creadores de contenido digital ha demostrado ser una herramienta efectiva para llegar a nuevas audiencias menos tradicionales. La participación de estos personajes públicos digitales ha permitido llegar a públicos diversos, especialmente los más jóvenes con mensajes adaptados a sus inquietudes. Además, esta estrategia también ha contribuido a gestionar la desinformación que se viraliza fácilmente en redes sociales.

Gracias al enfoque de la campaña en una causa tan loable como la eliminación de enfermedades visibles y que afectan a la población, como son el cáncer cervicouterino o la hepatitis B, hacen que de la SVA25 se convierta en una iniciativa más cercana que muestre de manera más real los efectos positivos de la vacunación en casos e historias de los países.

Algunos países de la región enfrentan dificultades en la cadena de frío y distribución de vacunas. La implementación de soluciones locales, como el uso de refrigeradores solares y transporte comunitario, así como el uso de tecnología permite mantener la cobertura no solo en zonas urbanas sino también en áreas remotas, donde siempre es más complicado llegar con las vacunas.

Más allá del monitoreo en tiempo real, es necesario seguir impulsando la implementación de sistemas de geolocalización y análisis de datos avanzados para identificar las áreas con bajas coberturas o poblaciones no alcanzadas. Esta información permite focalizar los esfuerzos y diseñar intervenciones más específicas atendiendo a las diferentes necesidades de cada país y zona.

La formación continua del personal de salud en técnicas de vacunación, manejo de biológicos y comunicación efectiva es fundamental para empoderar a estos trabajadores de la salud que, según estudios de la OPS, son los profesionales en los que más confía la población para tomar la decisión de vacunarse o no.

La SVA 2025 pone de manifiesto la necesidad de seguir fortaleciendo los centros de atención primaria de salud como pilares de los programas de inmunización. Esto implica no solo el equipamiento adecuado, sino también el acceso a recursos humanos y financieros sostenibles para garantizar la disponibilidad de vacunas y servicios de vacunación durante todo el año.

El éxito de la campaña no se limita a las estrategias gubernamentales. La participación de líderes comunitarios, voluntarios y organizaciones de la sociedad civil es esencial para la identificación de poblaciones rezagadas, la sensibilización sobre la importancia de la vacunación y la logística de las jornadas.

Las actividades binacionales y en zonas fronterizas demostraron ser una estrategia eficaz para ampliar el acceso a la vacunación en poblaciones móviles y vulnerables. La coordinación entre países permitió compartir recursos, conocimientos y esfuerzos logísticos, fortaleciendo la cobertura en áreas tradicionalmente difíciles de alcanzar. Estas acciones también fomentaron el espíritu de cooperación regional y mostraron que la salud pública trasciende fronteras. Para futuras campañas, es clave institucionalizar estos esfuerzos y asegurar mecanismos sostenibles de colaboración entre países vecinos.

La dependencia de fondos externos puede ser un desafío para los programas de inmunización de las Américas. La SVA 2025 continúa mostrando la importancia de desarrollar mecanismos de financiamiento sostenibles a nivel nacional y de explorar alianzas público-privadas para asegurar la adquisición y distribución continua de vacunas, más allá del período de la Semana de Vacunación.

Organizar una ceremonia de inauguración de las SVA ofrece la oportunidad de incluir de una forma más activa a los países, sus gobiernos, sus empresas en esta celebración, y que su población conozca mejor la iniciativa. Además, permite a la sede regional de la OPS a coordinar un trabajo conjunto con la oficina en terreno y conocer de primera mano las inquietudes y solicitudes de los países para organizar una iniciativa como ésta.