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Salud radiológica

La radiación es un fenómeno que está presente en el medioambiente y que se propaga en forma de ondas o partículas y puede tener aplicaciones en la medicina, la industria, la agricultura, la ganadería y la investigación, así como en la generación de energía electronuclear.

Hay dos tipos de radiación: la radiación ionizante y la radiación no ionizante. Las radiaciones no ionizantes, como las ondas de radio, la luz visible o las microondas, pueden tener efectos biológicos dependiendo de su intensidad y frecuencia, pero no tienen la capacidad de ionizar átomos. En cambio, la radiación ionizante, como los rayos X, sí puede alterar los átomos  de las células, y, por consiguiente, dañar su material genético. Consecuentemente, dados los riesgos para la salud y el medioambiente, la radiación  debe estar cuidadosamente regulada.

La radiación ionizante, utilizada en procedimientos como tomografías computadas, mamografías, medicina nuclear o radioterapia, ha revolucionado la medicina moderna mejorando tanto el diagnóstico como el  tratamiento de múltiples enfermedades. Sin embargo, su uso debe estar cuidadosamente regulado, ya que una exposición inadecuada puede representar riesgos para la salud. Por eso, la protección radiológica incluyendo  la seguridad del paciente son pilares fundamentales en todos los entornos donde se emplean estas tecnologías de salud.

Origen y aplicaciones médicas de la radiología

Desde el descubrimiento de los rayos X por Wilhelm Röntgen en 1895, la radiología médica ha transformado la práctica clínica. Ese mismo año se descubrió que los rayos podían atravesar el cuerpo humano y revelar estructuras internas, y poco después se identificaron sus efectos terapéuticos. En 1896, Henri Becquerel descubrió la radiactividad, y en 1898 Marie y Pierre Curie anunciaron el hallazgo del polonio y el radio. Desde entonces, la radiación se ha aplicado en medicina tanto para el diagnóstico por imágenes como para el tratamiento de enfermedades, especialmente el cáncer. Al mismo tiempo, surgieron las primeras advertencias sobre los riesgos de exposición, lo que dio origen al campo de la protección radiológica.

Hoy, el uso de la radiación médica es una de las herramientas más poderosas y extendidas en la atención sanitaria. Se aplica en la detección precoz, el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de enfermedades transmisibles y no transmisibles. Desde simples radiografías hasta complejas terapias oncológicas, la radiología permite observar el interior del cuerpo humano, detectar patologías en etapas tempranas y aplicar tratamientos con alta precisión. Su uso crece en todo el mundo, impulsado por el avance tecnológico, la expansión de los servicios de salud y la necesidad de diagnósticos más rápidos y certeros.

El diagnóstico por imagen y la radiología intervencionista permiten obtener imágenes detalladas del cuerpo humano sin necesidad de cirugía, facilitando la detección y tratamiento de enfermedades cardiovasculares, neurológicas, musculoesqueléticas, oncológicas, tuberculosis, enfermedades respiratorias, traumatismos. entre muchas otras, así como el seguimiento de embarazos. Por su parte, la radioterapia utiliza radiación de alta energía para destruir células cancerosas, siendo una de las modalidades más efectivas en el tratamiento del cáncer.

Desde el descubrimiento de los rayos X la radiología ha evolucionado de forma acelerada. Hoy, tecnologías como la inteligencia artificial, la imagen molecular y la radiología de precisión están transformando la forma en que se diagnostican y tratan las enfermedades.

Cómo se protege de los riesgos de la radiación

Aunque la palabra “radiación” puede generar preocupación, es importante saber que su uso debe ser controlado y regulado. Existen normas internacionales y protocolos muy estrictos para  garantizar que los beneficios para la salud sean mucho mayores que cualquier posible riesgo.

En 2014, ocho organizaciones intergubernamentales —incluidas la OPS y la OMS— publicaron las Normas Básicas Internacionales de Seguridad, lideradas por el OIEA. Estas normas establecen los requisitos para proteger a las personas y al medioambiente frente a los efectos nocivos de la radiación ionizante, y se aplican a todas las situaciones de exposición: ocupacional, médica, pública, planificada o de emergencia.

Cada país debe contar con una autoridad reguladora que supervise el uso médico de la radiación, con facultades legales para otorgar autorizaciones, establecer requisitos técnicos y realizar inspecciones. Además, los hospitales y centros de salud deben implementar programas de garantía de calidad, mantener sus equipos calibrados y contar con personal especializado, como físicos médicos, que aseguren el funcionamiento seguro y eficaz de los sistemas radiológicos.

Radiación en el tratamiento del cáncer: Cómo funciona y por qué es segura

La radiación médica es una de las herramientas más efectivas y ampliamente utilizadas en el tratamiento del cáncer. A través de diferentes técnicas, la radioterapia permite destruir células tumorales o impedir su crecimiento, con una precisión milimétrica y un impacto mínimo en los tejidos sanos circundantes. Hoy en día, más de la mitad de los pacientes con cáncer reciben algún tipo de tratamiento con radiación durante el curso de su enfermedad.

¿Cómo actúa la radiación contra el cáncer?

La radiación ionizante daña el ADN de las células cancerosas, impidiendo que se dividan y se multipliquen. Este principio permite atacar el tumor de forma localizada, preservando al máximo los tejidos sanos.

Tipos de tratamiento con radiación

Existen varias formas de aplicar radiación en oncología, según el tipo de cáncer, su localización y el estado general del paciente:

  • Radioterapia externa: es la más común. Utiliza haces de rayos X o protones dirigidos desde fuera del cuerpo hacia el tumor. Se aplica en cánceres de mama, próstata, pulmón, cabeza y cuello, entre otros.
  • Braquiterapia: consiste en colocar pequeñas fuentes radiactivas dentro o cerca del tumor. Es muy efectiva en cánceres ginecológicos, de próstata y de piel.
  • Terapia con radiofármacos: se administran sustancias radiactivas por vía oral o intravenosa que se dirigen selectivamente a las células tumorales. Se usa, por ejemplo, en cáncer de tiroides y tumores neuroendocrinos.

¿Qué tipos de cáncer se tratan con radiación?

La radioterapia se utiliza en una amplia gama de tumores, incluyendo:

  • Cáncer de mama
  • Cáncer de próstata
  • Cáncer de pulmón
  • Cáncer de cuello uterino
  • Tumores cerebrales
  • Cáncer de cabeza y cuello
  • Cáncer de piel
  • Cáncer de tiroides
  • Metástasis óseas y cerebrales

En muchos casos, la radiación se combina con cirugía, quimioterapia o inmunoterapia para mejorar los resultados clínicos.

Respuesta de la OPS

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) trabaja desde 1960 para fortalecer la salud radiológica en América Latina y el Caribe. A través de su programa regional, la OPS apoya a los países en el desarrollo de marcos regulatorios, la capacitación de profesionales, la evaluación de servicios de radiología y radioterapia,  la implementación de programas de garantía de calidad, y provee asesoramiento técnico para el establecimiento y la actualización de servicios de salud que usan estas tecnologías.

Una de las dudas más comunes entre pacientes y profesionales es si la radiación médica representa un riesgo para la salud. La respuesta es clara: cuando se utiliza correctamente, la radiación médica es segura y sus beneficios superan ampliamente los riesgos. Por ejemplo, una radiografía de tórax expone al paciente a una dosis muy baja de radiación, comparable a la que se recibe de forma natural en pocos días.

Los equipos radiológicos modernos están diseñados para minimizar la exposición, y los profesionales están capacitados para aplicar protocolos de seguridad que protegen tanto al paciente como al personal de salud. La OPS promueve activamente la educación pública sobre estos temas, desmitificando temores infundados y fomentando una cultura de seguridad radiológica en toda la región.

La salud radiológica no solo implica tecnología, sino también políticas públicas, cooperación internacional y fortalecimiento institucional. La OPS lidera estos esfuerzos en América Latina y el Caribe, promoviendo el acceso equitativo a servicios de diagnóstico por imágenes y radioterapia de calidad, y asegurando que el uso de la radiación en medicina se realice con los más altos estándares de seguridad, eficacia y equidad.