Calidad del Aire en Interiores

El uso de combustibles sólidos para cocinar es un problema de salud pública en las Américas y el principal riesgo ambiental, afectando a casi 90 millones de personas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima 81.424 muertes en las Américas en 2012 como consecuencia del uso de combustibles sólidos (UCS) para cocinar y calentarse y más de 2.5 millones de años de vida ajustados por discapacidad (DALYs por su sigla en inglés) (WHO, 2015).

Las Directrices de Calidad del Aire de Interiores de la OMS- Quema de combustibles en los hogares alertan del peligro del UCS y establecen metas para reducir las emisiones de contaminantes nocivos para la salud procedentes de fogones, estufas y lámparas de mecha de uso doméstico. En las recomendaciones se subraya la necesidad de mejorar el acceso de los hogares a fuentes de energía menos contaminantes, como el gas de petróleo licuado, el biogás, el gas natural y la electricidad. Las recomendaciones se centran en reducir lo más posible las emisiones de contaminantes y en la importancia de una ventilación adecuada, reconociendo la necesidad de medidas intermedias adaptadas a los hogares rurales y de ingresos más bajos que dependen de los combustibles sólidos.

La Organización Panamericana de la Salud se ha planteado en su plan estratégico 2015-2019, la meta de apoyar a los estados miembros a disminuir por lo menos en 5% el porcentaje de la población que depende de combustibles sólidos para cocinar en aquellos países con más del 10% de población de UCS.
 

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Guía de calidad del aire de la OMS