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La lucha de Haití contra la rabia: proteger a las comunidades y salvar vidas

La OPS refuerza su apoyo a las autoridades del país para interrumpir la transmisión de la rabia mediante la vigilancia epidemiológica, campañas de vacunación masiva de perros y educación comunitaria.

— Puerto Príncipe, septiembre de 2025 —

En julio pasado, en la remota localidad de Butête, en el sur de Haití, Jonás, un niño de 9 años (cuyo nombre ha sido cambiado para proteger su identidad), perdió la vida a causa de la rabia.

Cuando un perro callejero lo mordió en la pierna, la herida parecía leve. Como muchas familias que viven lejos de centros de salud, su madre no sabía que la atención inmediata era fundamental. Al cabo de una semana, el niño comenzó a sentirse débil y dejó de comer. Para cuando llegó al hospital más cercano, ya presentaba síntomas inequívocos del virus de la rabia, como espasmos musculares intensos e hidrofobia. Poco después, Jonás falleció rodeado de su familia.

El niño es la víctima más reciente de esta enfermedad mortal —pero prevenible— que ya ha cobrado cuatro vidas en lo que va del año. Los datos de vigilancia recopilados entre 2022 y 2024 en Haití muestran que el virus de la rabia sigue representando una grave amenaza para la salud pública: las autoridades sanitarias investigaron más de 8.000 casos sospechosos de rabia en perros. De estos, más de 1.100 fueron considerados probables y 46 fueron confirmados en laboratorio. Durante el mismo periodo, se registraron 24 casos humanos sospechosos y 8 muertes confirmadas.

Vigilancia, investigación y respuesta

Tan pronto como Jonas fue ingresado al hospital, se activó la Red Nacional de Vigilancia del Ministerio de Salud Pública y Población. Con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), esta red nacional de personal de campo y recursos —incluidos los asistentes de epidemiología en cada departamento y los trabajadores de salud conocidos como "labo-moto", personal de enfermería encargado de recolectar muestras en motocicletas— actuó rápidamente.

Un equipo de respuesta integrado por personal de los Ministerios de Salud Pública y de Agricultura fue desplegado a Butête para verificar que ninguna otra persona de la comunidad hubiera estado expuesta al virus. La familia del niño fue monitoreada de cerca y recibió profilaxis posexposición. El equipo también inspeccionó el área donde habían muerto la perra y sus crías. La investigación recomendó organizar una campaña de vacunación canina en la comuna, fortalecer la vigilancia y mejorar el acceso a la vacuna humana contra la rabia como tratamiento posexposición.

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Una de las enfermedades zoonóticas más letales del mundo

En el marco del Día Mundial contra la Rabia —que se conmemora cada 28 de septiembre— y bajo el lema: Actúa ahora: tú, yo, la comunidad, la OPS/OMS recuerda que la rabia sigue siendo una de las enfermedades zoonóticas más mortales del mundo, con un estimado de 59.000 muertes cada año, el 40% de ellas en personas menores de edad.

En las Américas, gracias al compromiso de los Estados Miembros, la participación comunitaria, la colaboración regional y el apoyo técnico de la OPS, la Región ha logrado una reducción del 98% en los casos de rabia humana transmitida por perros, pasando de 300 casos en 1983 a solo 10 casos reportados en el último año.

Los avances alcanzados en los últimos 40 años reflejan el impacto positivo de estos esfuerzos conjuntos, lo que acerca cada vez más a la Región a la eliminación de la rabia humana de origen canino (variantes 1 y 2 del virus).

Interrumpiendo la cadena de transmisión en Haití

Para frenar la propagación del virus en Haití, en agosto se lanzó una campaña de vacunación canina en cuatro departamentos priorizados, con el objetivo de vacunar a unos 140.000 perros —incluidos perros callejeros y comunitarios— y, al mismo tiempo, aumentar la concientización pública sobre la prevención de la rabia.

En el marco de la Iniciativa de Eliminación de la OPS —que busca eliminar más de 30 enfermedades y condiciones relacionadas para 2030—, la campaña está liderada por el Ministerio de Agricultura, Recursos Naturales y Desarrollo Rural de Haití, con apoyo técnico de la oficina de la OPS/OMS en el país, el Centro Panamericano de Fiebre Aftosa y Salud Pública Veterinaria (PANAFTOSA), y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos.

Como parte de la preparación, se capacitó a cuatro coordinadores departamentales, 17 coordinadores comunales y más de 480 auxiliares veterinarios, que luego fueron desplegados en 240 equipos en zonas prioritarias de los departamentos de Artibonite, Centro, Nordeste y Noroeste. Una innovación clave este año es el uso de una aplicación móvil para registrar a los perros vacunados, lo que permite recolectar datos en tiempo real, monitorear la cobertura y mejorar la calidad de la información.

“Vacunar a los perros a gran escala protege directamente a las comunidades humanas, especialmente a los niños. Es una acción sencilla pero vital que salva vidas”, explicó el doctor Oscar Barreneche, representante de la OPS/OMS en Haití. “La rabia es letal, pero 100% prevenible”.

Fortaleciendo la resiliencia a largo plazo

Alcanzar una cobertura de vacunación estimada del 80% en la población canina objetivo, como recomiendan el Programa Regional de Eliminación de la Rabia de la OPS y los Directores de Programas de Rabia de las Américas (REDIPRA), se espera que reduzca significativamente la circulación del virus en los perros. La campaña también busca aumentar la conciencia sobre la prevención de la rabia y promover respuestas adecuadas ante mordeduras de animales sospechosos de estar infectados.

“A pesar de los desafíos y limitaciones derivados de la situación de seguridad y la inestabilidad general del país, consideramos esta campaña de vacunación como un éxito importante”, afirmó el doctor Haïm Joseph Corvil, Coordinador de la Unidad de Protección del Ministerio de Agricultura, Recursos Naturales y Desarrollo Rural.

El frágil sistema de salud pública y veterinaria de Haití, sumado a la inseguridad persistente y el acceso limitado a ciertas zonas, dificulta los esfuerzos sostenidos para controlar la rabia. Sin embargo, y pese a estos obstáculos, con un compromiso constante y una fuerte colaboración entre el gobierno, las comunidades locales y los socios internacionales, Haití puede avanzar significativamente hacia la eliminación de la rabia y evitar futuras tragedias como la de Butête.