Washington, D.C., 11 de diciembre de 2025 (OPS)– En el marco del Día de la Salud Universal, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió sobre el impacto creciente del gasto de bolsillo en los hogares de la región y llamó a los países de las Américas a reforzar la inversión pública y los mecanismos de protección financiera, elementos clave para alcanzar la salud universal.
En la región, cerca de un tercio del gasto total en salud proviene directamente de los bolsillos de las familias, un porcentaje muy superior al límite recomendado de 20%, lo que aumenta el riesgo de empobrecimiento y de dificultades económicas relacionadas con los gastos directos en salud.
“El gasto de bolsillo sigue empujando a millones de personas hacia la pobreza”, advirtió el Director de la OPS, doctor Jarbas Barbosa. “Ninguna persona debería elegir entre su salud y sus necesidades básicas”.
De acuerdo con el Informe de monitoreo mundial 2025 sobre la cobertura universal de salud, publicado recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial, la región de las Américas registró una de las menores reducciones de desigualdades en salud en la última década. Aunque el porcentaje de personas con dificultades financieras derivadas de los gastos en atención de salud se redujo a nivel global -de 34% a 26% entre 2000 y 2022-, los hogares más pobres siguen soportando la mayor carga de gastos en atención médica.
A nivel mundial, el informe estima que 2.100 millones de personas enfrentan dificultades financieras para acceder a la atención de salud, incluidos 1.600 millones que enfrentan pobreza por los gastos directos en salud, lo que refleja la urgencia de fortalecer los mecanismos de protección financiera en todas las regiones.
En 2023, el gasto total en salud en América Latina y el Caribe alcanzó en promedio el 6,6% del producto interno bruto (PIB), lo que equivale a unos 778 dólares por habitante. Más de la mitad de esos recursos provino del sector público. Sin embargo, el gasto directo de los hogares sigue siendo elevado, particularmente en medicamentos y tratamientos, lo que incrementa el riesgo de que la atención médica se vuelva inaccesible para millones de personas.
Desafíos en inversión pública
A pesar de que los sistemas de salud de la región dependen en gran medida del financiamiento público, la inversión pública permanece por debajo del compromiso regional del 6% del PIB. En 2023, el gasto público en salud retrocedió al 3,7% del PIB, el mismo nivel registrado antes de la pandemia.
En un contexto de bajo crecimiento económico y mayores presiones fiscales, muchos países enfrentan dificultades para sostener o aumentar el financiamiento destinado a la salud. Esto incrementa el riesgo de que los hogares asuman una mayor parte de los costos de atención, afectando especialmente a las familias con menores ingresos.
“Para cambiar esta realidad, necesitamos sistemas de salud más resilientes, basados en una atención primaria sólida, capaces de integrar servicios y de organizarse en torno a las personas, las familias y las comunidades”, señaló el doctor Barbosa.
En las Américas, la prioridad fiscal, entendida como la proporción del gasto público destinada a salud, depende no solo del nivel de ingresos de cada país, sino también de decisiones políticas. Mientras algunos países con mayor capacidad fiscal destinan proporciones relativamente bajas al sector salud, otros con menores ingresos asignan un porcentaje mayor para garantizar acceso y continuidad de servicios.
La OPS insta a los gobiernos de la región a reforzar la inversión en salud y fortalecer la atención primaria, esenciales para reducir inequidades y garantizar la salud universal a través de sistemas de salud justos e inclusivos.
El Día de la Salud Universal, (conocido globalmente como el Día de la Cobertura Universal de Salud) se celebra cada 12 de diciembre y recuerda que el acceso a servicios de salud no debe generar dificultades económicas ni forzar a las personas a escoger entre su bienestar y necesidades esenciales como alimentación o vivienda. La campaña de este año pone el énfasis en la urgencia de reformar los sistemas de financiamiento para reducir la carga directa que enfrentan millones de familias en la región.
