Sexto diálogo de la Comunidad de Prácticas de APS: equipos del Norte de Chile comparten proyectos inspiradores centrados en las personas y sus familias

Sexto diálogo de la Comunidad de Prácticas de APS

Chile, 6 de mayo de 2021 (OPS/OMS).- Seis experiencias provenientes de la Región de Coquimbo fueron fuente de análisis y discusión del sexto conversatorio virtual desarrollado por la “Comunidad de Prácticas de Atención Primaria de la Salud”. El conversatorio titulado “Atención centrada en la persona y su familia, experiencias de la respuesta de APS a la pandemia”, permitió compartir proyectos creativos y buenas prácticas susceptibles de ser adaptadas en otras localidades del país.

El Dr. Mario Cruz Peñate, Asesor en Sistemas y Servicios de Salud de la OPS/OMS dio la bienvenida a esta nueva edición de los Diálogos en APS, recordando que los participantes pueden conocer más de las experiencias que son parte de este conversatorio en la página web de la Comunidad de Prácticas en APS. https://www.paho.org/es/comunidad-practicas-aps-chile/dialogos-aps

Allí también se encuentran disponibles las grabaciones de los conversatorios previos sobre: Experiencias de participación comunitaria; Cuidado de los equipos de salud, Salud digital, Estrategias de continuidad de los cuidados en personas con enfermedades crónicas, y Estrategias implementadas para el Testeo, Trazabilidad y Aislamiento, todos en el contexto de la pandemia por la COVID-19; relevando experiencias prometedoras surgidas desde los equipos de atención primaria de salud.

En la oportunidad, Maritza Cofré, docente de la Universidad de Valparaíso y representando a la Comunidad de Prácticas en APS, estuvo a cargo de introducir estas iniciativas, recordando que “uno de los principios rectores del trabajo en la atención primaria en salud es la atención centrada en la persona y su familia. Esta crisis sanitaria ha exigido los mayores esfuerzos de articulación de recursos materiales y humanos de los equipos de salud, junto a la comunidad, para enfrentar cada jornada”. La académica, agradeció la participación de los equipos que presentaron “iniciativas enriquecedoras, replicables, que ayudan a mantener la esperanza de las personas y sus familias” y subrayó la importancia de compartir en este contexto experiencias inspiradoras, pues “el confinamiento afecta de modo importante la esfera sicosocial y recrudece la vulnerabilidad social”.

SALUD MENTAL EN PANDEMIA

La sicóloga Alejandra Gottlieb, encargada comunal del programa de Salud Mental del Centro de Salud Familiar (CESFAM) Cardenal Caro, ubicado en la comuna de La Serena, fue la encargada de presentar el proyecto “Salud Mental en Pandemia”. El objetivo de esta iniciativa es mantener a la población en contacto con los profesionales de los programas de Salud Mental de la comuna, para prevenir el surgimiento de problemas de salud mental o intervenir de manera oportuna en aquellos casos en que se requiriera tratamiento.

“Creo que es importante destacar que los equipos se han esforzado de manera increíble por intentar llegar a la comunidad en este tiempo”, comenzó exponiendo. Al explicar el trabajo que se hizo en el CESFAM, señaló que “tuvimos que hacer una priorización de usuarios: riesgo alto, moderado y leve”. Las personas de alto riesgo siguieron recibiendo atenciones presenciales, que incluyeron visitas domiciliarias y consultorías psiquiátricas. “Nos tocó ver cómo lo hacíamos para poder llegar a ver a nuestra población que no estaba pudiendo acercarse a nosotros como antes a pedir horas”, detalló.

Un aspecto central del trabajo fue la entrega de teléfonos con datos móviles, con internet ilimitado, para poder generar estrategias que permitieran acercarse a los usuarios “y lo primero que hicimos fue abrir teléfonos por cada programa de Salud Mental, que los hicimos públicos a través de redes sociales, por Facebook, por las páginas de la Corporación, en la misma comunidad a través del programa de acompañamiento psicosocial que podía llegar a los usuarios para que solicitaran sus horas y se pudieran contactar con nosotros”.

Por otro lado, informó que los grupos de autoayuda se mantuvieron. “Muchas psicólogas que han tenido otras habilidades -manuales, sobre todo-, han hecho talleres para la comunidad, para que puedan tener herramientas que fortalezcan la salud mental (…) Creo que no hay ninguna prestación del programa de salud mental en la comuna de La Serena, salvo las que son presenciales, que igual se han mantenido vía remota, que no se hayan dado y eso es parte del tremendo trabajo de los equipos”.

UNA LÍNEA TELEFÓNICA PARA MANTENER LA ESPERANZA

Lenka Alfaro, asesora del equipo de Salud Mental del Servicio de Salud de Coquimbo, presentó el proyecto “Línea Esperanza”, un servicio telefónico de acompañamiento a las familias en tiempos de pandemia. La línea es atendida por 6 profesionales de distintos puntos de la región, quienes trabajan en sistema de turnos realizando y recibiendo llamadas.

“Antes de la pandemia teníamos 83 grupos de autoayuda funcionando, todos coordinados por trabajadores comunitarios”, sostuvo Lenka, “entonces en marzo, cuando estamos enterados que estamos en pandemia, todo ese trabajo que era presencial debió reconvertirse, y en el Comité Autogestor Regional, que es un espacio de participación ampliado donde asisten representantes de todas las comunas de nuestra región, equipos de salud y representantes de familias, acordamos que era necesario seguir acompañándonos”. De ese trabajo surgió el concepto de “esperanza”, un mensaje que englobó diferentes iniciativas. “La característica de todas ellas es que ninguna era dada por un profesional de salud, sino por personas de la comunidad. Quien sabía cocinar decía ‘yo quiero hacer Cocina Esperanza’; quien sabía tejer decía ‘yo ofrezco Teje Esperanza’; quien sabía hacer mandalas, hacía ‘Mandala Esperanza’, transmitiendo el sentido de apoyo mutuo”.

Al constatar que no todos tenían acceso a las iniciativas que se hacían on line, surge “Línea Esperanza”. “En todos los hogares prácticamente hay un teléfono, entonces pensamos en que la posibilidad estaba puesta en habilitar 6 líneas telefónicas, de lunes a sábado, en un horario que fuera cómodo para todos, de 9.00 a 20.00 horas, y que fuese acompañado por trabajadores comunitarios. Ellos recibían llamadas y también realizaban llamadas a otras familias que estaban vinculadas a los grupos de autoayuda. Fue un proceso muy lindo y también de mucho aprendizaje para nosotros”.

RISA SANADORA

Aura Fernández, asistente social del Centro Comunitario de Salud Familiar (CECOSF) San José de Ovalle, y Karine Alvarado, sicóloga, relataron la experiencia “Autocuidado en Pandemia”, iniciativa que brinda espacios de contención y expresión emocional en tiempos de pandemia a integrantes del grupo Autocuidado para Mujeres del CECOSF. Mediante Zooms semanales, las mujeres comparten sus experiencias, hacen “risoterapia” y comentan temas de actualidad.

“Facilitó mucho el que ellas aceptaran primero encontrarnos por Zoom y luego seguirnos en las actividades, con la ayuda del psicólogo (…) Al final se transformó en un espacio hermoso, porque nos reíamos de cualquier cosa y también el psicólogo aportó con talleres de actividad física, que se transformaban en un espacio para la risa”, contó Aura.

Karina, en tanto, destacó que “las participantes han agradecido que podamos mantenernos unidas. Es un espacio que ellas nos han dicho que esperan semanalmente para poder compartir las experiencias que cada una está viviendo”.

CENTRADOS EN LOS ADULTOS MAYORES

Para mantener a las personas mayores informadas y activas en contexto de pandemia, el Centro Comunitario de Salud Familiar Los Copihues desplegó un fuerte trabajo en terreno. Nicol Hidalgo, asistente social del CECOSF, explicó que la población mayoritariamente está compuesta de adultos mayores que no tienen red de apoyo, están solos y muchas veces sin acceso a la tecnología.

“Empezamos a trabajar en terreno, hicimos un trabajo en domicilio. Nosotros los íbamos a buscar a ellos, hacíamos afiches, les pegamos los números del CECOSF en el refrigerador, en grande, donde ellos lo pudieran ver. Los TENS les iban a dejar los medicamentos y alimentos a domicilio”, afirmó. Agregó que en la iniciativa “participaron todos, todos salieron a terreno”, lo que permitió retomar el vínculo con la comunidad. “Nos dimos cuenta de que el adulto mayor muchas veces queda un poco abandonado”.

QUE NADIE QUEDE FUERA

Pensando en las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), el CECOSF de Punta Mira, generó pictogramas y una línea de trabajo especial. La sicóloga María José Suazo comentó que “en APS no existe nada para personas con autismo, no existen programas para personas del espectro autista. Las salas de estimulaciones no están hechas para personas del espectro autista y empezamos a ver que había varias personas, no sólo niños, y ese es un detalle súper relevante, que no han tenido acceso a la canasta básica de prestaciones”.

Para activar el proyecto, primero se realizaron jornadas de sensibilización para todo el equipo. “Personas desde el SOME (Servicio de Orientación Médico Estadístico), guardias, los que dan la primera línea de nuestra atención, ellos sabían qué era TEA. Eso marcó una diferencia importante”. Posteriormente, realizaron un programa de anticipación de la atención. “Por ejemplo, llegaba una persona y decía “hola, sabes que vengo a una hora del odontólogo y mi hijo es autista, y entonces le pasaban una planilla de anticipación”.

María José compartió lo que define como “uno de los mayores logros que tuvimos, que fue un caso que nos conmovió a todo el equipo. Un chico con autismo severo a los 22 años nunca había ido al dentista, al odontólogo, y en nuestro establecimiento logró ir por primera vez”. En esa línea, recuerda que “para sacarle sangre, hacerle exámenes -porque a nosotros se nos olvida que las personas con autismo no sólo tienen autismo, pueden tener hipertensión, pueden tener caries, pueden tener cualquier otra patología-, para hacerle exámenes de rutina, tenían que sacarle sangre entre cuatros personas. Y en el CECOSF, gracias a la sensibilización que hubo, gracias a las planillas de anticipación, logramos que una TENS le sacara sangre a él, así de simple. Algo que para nosotros puede ser estresante, porque no nos gustan las agujas, para él es un estrés importante y se logró que este chico tuviera su atención como corresponde”.

De acuerdo con lo relatado por María José, “en Chile no existen estadísticas de autismo, es como si no existiera el autismo, entonces para hacer este proyecto me basé en las estadísticas de una página que se llama ‘autismspeaks’. Ahí se indica que sobre el 90% de las personas con TEA no reciben prestaciones básicas en salud, porque los profesionales no están capacitados, o no tienen el conocimiento para dar brindar esa prestación. Ésa es la base del proyecto del CECOSF”.

Carolina Vergara, terapeuta ocupacional y trabajadora del CESFAM Lila Cortés Godoy, también centró su trabajo en el TEA, enfocando su labor hacia los cuidadores de niños y niñas. “Sentimos la necesidad de poder entregar algunas herramientas a través de vídeos de cómo poder sobrellevar esto de las cuarentenas con los niños, ya que son cambios de rutina importantes para ellos, que son más bien estructurados”. Además, “se hicieron acompañamientos a través de Zoom con los cuidadores y también se nos pidió hacer talleres con papás de forma remota”.

RECONOCIMIENTO A LOS EQUIPOS

Paulina Bravo, profesora asociada de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica, estuvo a cargo de la síntesis de estas experiencias. Junto con agradecer a quienes participaron de este conversatorio, la académica manifestó que “para que una atención sea centrada en las personas es necesario reconocer la dignidad y las capacidades que tiene cada uno para actuar como agentes activos en su salud”.

En esa línea, señaló que “nuestro Ministerio, a través de sus orientaciones para la planificación y programación en red, publicadas el año pasado, indica justamente que el respeto por la dignidad de las personas es un concepto clave de la centralidad en el cuidado, y en este sentido, las prácticas compartidas esta tarde, como los grupos de autocuidado virtuales, por ejemplo, apuntan de manera transversal al reconocimiento de las personas, su dignidad e individualidad”.

Añadió que “todas las iniciativas recogen el stress y el desajuste que provocó el distanciamiento físico y el confinamiento a partir de la pandemia y tienen en su base esta visión contextual, que influye en el bienestar de las comunidades. Y estas iniciativas tienen, además, un toque muy especial y particular, recogidas también en algunos de los participantes de esta tarde, y eso tiene que ver con la movilización social y la promoción del control que las personas tienen sobre su salud”.

Paulina Bravo concluyó que “aquellos equipos que lideran las prácticas que vimos hoy nos muestran la importancia de reconocer y de enfrentar de manera efectiva la contingencia a través de una mirada que es integral, y que considera a las personas con necesidades no sólo físicas, sino también sicológicas, espirituales y sociales”.

Para asistir a la grabación del seminario y conocer más sobre estas experiencias, puede visitar: https://www.paho.org/es/comunidad-practicas-aps-chile/dialogos-aps/even…