La integración entre salud y educación es uno de los motores fundamentales del desarrollo

Así lo afirmó la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), Mirta Roses, durante su exposición en la Conferencia Iberoamericana de Ministros de Salud. Destacó la importancia que tiene la educación como determinante de la salud y la relación que existe entre salud, desarrollo cognitivo y desempeño escolar.

Buenos Aires, 10 de junio de 2010 (OPS/OMS).- La directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), Mirta Roses, sostuvo que "la integración entre salud y educación es uno de los motores fundamentales del desarrollo de esta década", durante su exposición en la XII Conferencia Iberoamericana de Ministros de Salud, que tiene lugar hasta el 11 de junio en Buenos Aires, Argentina.

En el encuentro, del que participan ministras y ministros de Salud y representantes de países de América, además de España y Portugal, Roses destacó el rol que juega la educación como determinante de la salud y la relación que existe entre salud y desempeño escolar.

"La salud tiene una relación importante en los resultados educativos, sobre todo en el desarrollo cognitivo, intelectual y la capacidad de aprendizaje", indicó. Según la médica, la anemia, la deficiencia de hierro y el bajo nivel de ingresos de una familia son factores correlacionados que requieren de políticas integradas para su abordaje.

La directora de la oficina regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó estudios que evidencian que el nivel educativo de la madre tiene ingerencia en la desnutrición crónica de sus chicos y en los niveles de mortalidad infantil. Sin embargo, también subrayó los vínculos que tienen estos aspectos con la pobreza y la exclusión social, tanto como determinantes como contribuyentes. "Con menos educación hay menos oportunidades de inserción en el mercado laboral, menores ingresos, además de carencias en términos de vivienda, bienes y servicios."

Por otro lado, presentó estudios que muestran la relación existente entre nivel de escolaridad y nacimientos en la adolescencia. "En las adolescentes que no concurren a un establecimiento escolar, más del 60 por ciento estuvo embarazada, y de las que asisten, más del 70 por ciento no lo estuvo, con lo cual la permanencia y retención escolar muestra una fuerte asociación en el hecho de que no hayan quedado embarazadas", evaluó.

Según la CEPAL, la región de las Américas mostró indicadores de crecimiento y de reducción de la pobreza durante la década pasada. "La mayoría de los países lograron ese éxito a raíz de programas sociales integrados focalizados en la articulación entre servicios de salud, nutrición y educación", indicó Roses y citó ejemplos de Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador y Venezuela, entre otros. "Fueron esfuerzos dirigidos a reducir la pobreza para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)", puntualizó.

En ese sentido, consideró que las políticas integradas demostraron reducir la pobreza, mejorar la salud, la educación y el desarrollo de la mujer. Y subrayó la necesidad de hacerlo también con enfoques de "género, interculturalidad, equidad y con un abordaje de inclusión".

"Deben abordar desde acciones con la familia, la comunidad y el ámbito escolar -formal e informal-, hasta todos los niveles de educación, la formación de los profesionales de la salud y las políticas de regulación", enumeró Roses y resaltó la necesidad de considerar elementos ya consagrados por los jefes de Estado: El enfoque de una cultura de la salud y de habilidades para la vida; de atención primaria de la salud y de determinantes, los cuales, opinó, "no se pueden excluir uno de otro".

La médica argentina presentó también alianzas exitosas que se fueron construyendo en el tema en las Américas como las escuelas promotoras de salud, las redes de escuelas saludables, las experiencias de escuelas bilingües, de  inclusión escolar de personas con discapacidad y de chicos con VIH/sida.

Asimismo, destacó los contenidos curriculares de educación para la salud -como la prevención de la violencia, la seguridad vial, las conductas saludables, la tolerancia a la diversidad y la prevención de riesgos ambientales-, además de la introducción de salud sexual y reproductiva en la capacitación docente y en la preparación de contenidos escolares en algunos países.

Roses definió el encuentro como "una oportunidad para plantear nuevas reflexiones sobre la alianza salud y educación" y consideró importante llevar adelante "una integración más sistemática de las acciones de salud y educación en sus distintos ámbitos", para lo que ofreció el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud.

"Salud es un producto social pero también un contribuyente para el avance de los otros sectores de los cuales resulta una parte interesada. De modo que incorporar salud en el campo educativo y fortalecer la visión que existe desde Educación sobre su impacto en la salud y la inclusión social tiene un potencial que debe ser aprovechado", concluyó la directora de la OPS.

Conclusiones

La integración entre salud y educación es fundamental para lograr la reducción de las brechas e inequidades sociales existentes en Iberoamérica, señalaron los responsables de las carteras sanitarias de la región, España y Portugal en una declaración consensuada tras dos días de deliberaciones en Buenos Aires.

Los participantes de la XII Conferencia Iberoamericana de Ministras y Ministros de Salud se comprometieron a "potenciar el rol rector del Estado y de la participación ciudadana, promoviendo y garantizando una estrecha coordinación y trabajo conjunto entre los ministerios de Salud, los de Educación, las universidades e instituciones formadoras".

"Los problemas de nuestros países son comunes, nuestra gente tiene las mismas enfermedades y preocupaciones. En salud no hay fronteras y las respuestas a estas situaciones también tienen que ser coordinadas", consideró el ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur, luego del acto de clausura del encuentro, que se realizó en el Hotel Sheraton.

En la Declaración de Buenos Aires, que fue suscrita por ministros y autoridades sanitarias de once países latinoamericanos, España y Portugal, también figura el compromiso a "generar, definir y promover políticas intersectoriales para actuar sobre los determinantes sociales de la salud con criterios de integralidad, equidad, integración, solidaridad y reducción de las brechas e inequidades".

Además, el documento habla de "fortalecer la formación de los recursos humanos necesarios para el desempeño de los sistemas de salud basados en la atención primaria, de manera de alcanzar la necesaria cobertura universal, disminuyendo de esta forma las brechas sociales existentes y logrando la justicia social en salud".

Los ministros de Salud resolvieron poner las conclusiones de la reunión que mantuvieron en Buenos Aires a consideración de las jefas y jefes de Estado y de Gobierno que se reunirán en la XX Cumbre Iberoamericana, prevista para noviembre próximo en la ciudad de Mar del Plata.

En las dos jornadas de debates también participaron los ministros de Salud de Uruguay, Daniel Olesker; Paraguay, Esperanza Martínez; Portugal, Ana Jorge; Bolivia, Nila Heredia; Venezuela, Eugenia Sader; Perú, Oscar Ugarte Ubilluz, y México, José Córdova Villalobos, además del viceministro de Salud de Cuba, Roberto González, y representantes de Brasil, Chile, Ecuador, España, la Secretaría General Iberoamericana y el Organismo Andino de Salud.