Bogotá – Colombia. 26 de agosto de 2025. La Secretaría Distrital de Salud de Bogotá conmemoró oficialmente el Día del Vacunador y la Vacunadora, una fecha para honrar a quienes con su entrega, compromiso y vocación de servicio, protegen a las familias colombianas. En un emotivo evento, las autoridades distritales destacaron el papel de los vacunadores como el puente insustituible entre la ciencia y la salud de la población, reconociendo la dedicación que supone su labor.
En un país con una geografía diversa, los vacunadores representan, con frecuencia, la presencia del Estado en comunidades remotas. Su dedicación ha sido crucial para que el país mantenga indicadores notables de vacunación en la región, protegiendo a miles de personas de enfermedades como el sarampión, la polio y la difteria. Solo en Bogotá, según datos oficiales, el año pasado se aplicaron más de 2,9 millones de dosis en total.
La Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OP/OMS) ha implementado acciones de cooperación técnica con el objetivo de fortalecer los programas de inmunización, con principios de equidad. De igual manera, ha contribuido a enfrentar desafíos en las coberturas de vacunación, como los que se presentaron debido a pandemia de COVID-19, un contexto en el que el trabajo incansable de los vacunadores y vacunadoras ha sido aún más admirable.
La OPS/OMS ha apoyado a los países, departamentos, ciudades y municipios en iniciativas innovadoras, como la donación de un bote en el departamento de Putumayo para llevar vacunas a comunidades ribereñas aisladas, demostrando cómo la cooperación técnica puede revolucionar la logística de la vacunación y mejorar el acceso equitativo para las poblaciones vulnerables. Asimismo, ha apoyado el fortalecimiento de la vigilancia con alertas epidemiológicas, como el reciente llamado a reforzar la vacunación y vigilancia ante la propagación de cepas de tosferina resistentes a los antibióticos en la región.
Un reconocimiento a los guardianes de la salud
En el marco de la conmemoración del Día del Vacunador, la Dra. Gina Tambini Gómez, representante de la OPS/OMS en Colombia destacó el papel que cumplen los vacunadores y vacunadoras, tanto en Bogotá y sus distintas localidades, como en el resto del país y del mundo. “Rendimos tributo a una labor que, si bien a menudo silenciosa, es fundamental para la salud pública de nuestra nación y del mundo entero”, señaló. “La historia de la vacunación está escrita con actos de valentía y dedicación inquebrantable”, dijo al recordar los orígenes de la vacuna contra la viruela o la polio.
“Pienso en los vacunadores en Pakistán o Afganistán, que, a pesar de las amenazas de grupos armados, de terrenos inhóspitos y de barreras culturales, persisten en su misión de erradicar esta enfermedad. Caminan kilómetros bajo el sol abrasador o la lluvia torrencial, arriesgando sus propias vidas para asegurar que cada niño reciba esas gotas que significan la diferencia entre una vida plena y una marcada por la parálisi. O los valientes que, en el corazón de África, han enfrentado brotes de ébola, midiendo temperaturas bajo la más estricta seguridad, administrando vacunas experimentales con una esperanza tenue, pero con una fe inquebrantable en la ciencia y en su labor. Estos no son solo actos de servicio; son actos de profundo heroísmo, de una entrega que va más allá del deber”, expresó la representante.
La Dra. Tambini hizo énfasis en la importancia de la cadena que permite desarrollar las acciones de vacunación, incluyendo a los científicos e investigadores y a los gestores de programas de vacunación. “Pero entre el laboratorio y el brazo que recibe la protección, entre la política y la realidad, existe un puente insustituible: ustedes, los vacunadores y vacunadoras. Ustedes son la última milla, el eslabón vital que convierte la ciencia en salud. Están en el campo, en el centro de salud rural, en la jornada de salud comunitaria, en la escuela, bajo el sol o la lluvia, con la jeringa en la mano y una sonrisa en el rostro”, precisó.
En Colombia, la figura del vacunador también ha adquirido una relevancia singular, dadas las particularidades geográficas y el contexto social, marcado por el conflicto armado, que dificultan el acceso a los territorios. “Cada pinchazo, cada gota administrada, es un acto de amor y de fe en el futuro. Es un muro que construyen contra la enfermedad, un puente hacia una vida más plena y productiva. Gracias a su labor, miles de niños colombianos han crecido sin conocer el flagelo del sarampión, la polio, el tétanos o la difteria; nuestras madres están más protegidas, y nuestra población en general es más resistente (…) Son los verdaderos guardianes de la infancia y de la salud de nuestro pueblo. Su compromiso, su resiliencia y su humanidad son el motor que impulsa el éxito de nuestros programas de inmunización”, concluyó la representante de la OPS/OMS en Colombia.
