El lavado de manos constituye una manera económica y eficaz de prevenir enfermedades

Buenos Aires, 28 de agosto de 2008 (OPS).- Uno de cada diez estudiantes de 13 a 15 años de Argentina dijo que nunca o rara vez en los últimos 30 días se lavó las manos antes de comer, según datos de la Encuesta Mundial de Salud a Escolares.

El estudio, que releva diversos comportamientos de riesgo para la salud de los alumnos que reciben asistencia técnica de la OPS/OMS y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, indica que tampoco lo hicieron el 5,3 por ciento de los encuestados en Chile, el 6,5 por ciento de Guayana, el 7,1 por ciento de Venezuela, el 8,6 por ciento de San Vicente y las Granadinas, y el 9,8 por ciento de Ecuador.

Los países con más cantidad de chicos que manifestaron no haberse lavado las manos antes de ingerir alimentos después de Argentina fueron Uruguay (10,3 por ciento), Granada (11,9 por ciento), Trinidad y Tobago (11,9 por ciento), Islas Caimán (12,1 por ciento) y Santa Lucía (17 por ciento).

En el país, un total de 1.980 alumnos participaron en el relevamiento de 2007 que midió además el uso del alcohol y otras drogas; las conductas sexuales que contribuyen a la infección por VIH, otras enfermedades de transmisión sexual y embarazo no planificado; lesiones no intencionales y violencia; higiene; hábitos alimentarios y sobrepeso; actividad física; consumo de tabaco; salud mental; y factores protectores.

El lavado de manos es esencial para prevenir el contagio de enfermedades diarreicas y respiratorias ya que en ellas pueden transportarse los gérmenes que las causan. Antes de comer o manipular alimentos, después de ir al baño o de limpiar a un niño o niña que lo ha hecho, y luego de sonarse la nariz o de taparse la boca con las manos al toser o estornudar, son algunos de los momentos importantes en que toda persona debe lavarse las manos con jabón.

En el caso de la gripe, alguien sano puede contraer la infección al tocarse la nariz, los ojos o la boca después de estar en contacto con objetos o superficies contaminadas recientemente con el virus. Por eso, el lavado con jabón frecuente disminuye el riesgo de enfermarse y de transmitir la nueva influenza.

La OPS recomienda cubrirse la boca al toser o estornudar con un pañuelo descartable para evitar la diseminación del virus que viaja en las gotitas de tamaño microscópico que se expulsan al toser o estornudar. Estas pueden sobrevivir fuera del cuerpo de 2 a 8 horas en superficies como la perilla de las puertas, los grifos y los teléfonos.

Después de usar un pañuelo debe tirarse a la basura. Es aconsejable lavarse las manos luego. Si se carece de este elemento, es posible cubrirse la boca al toser o estornudar con el pliegue del codo.

Para eliminar eficazmente los gérmenes que se acumulan en las manos, estas deben lavarse con agua y jabón durante al menos 20 segundos. El agua corriente templada es la más eficaz para lavarse las manos. Sin embargo, si no se dispone de agua corriente, puede utilizarse un recipiente plástico o una lata que se haya limpiado bien y llenado con agua y que, al colocarse de manera inclinada, pueda verter el agua sobre las manos.

Para secarse, lo mejor es utilizar una toalla de papel descartable o el mismo aire del ambiente. Sin embargo, si solo dispone de toallas de tela, las debe lavar con frecuencia usando cloro para matar los gérmenes que se puedan haber acumulado en ellas.