Bogotá, 05 de diciembre de 2025. La Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) apoyó la respuesta integral a la emergencia sanitaria nacional por la afectación en salud pública del brote de fiebre amarilla, declarada por el Ministerio de Salud y Protección Social en Colombia, el pasado 16 de abril de 2025. Con el liderazgo del Gobierno nacional y en articulación permanente con los departamentos y municipios priorizados, así como los equipos de atención en los territorios, la Organización respaldó los procesos de vigilancia, prevención y atención con el trabajo coordinado de múltiples áreas de cooperación técnica. Se incluyeron acciones en vacunación, vigilancia comunitaria y epidemiológica, vigilancia en laboratorio, control de vectores, gestión intersectorial, comunicación de riesgos y participación comunitaria y manejo clínico.
En 2025, la fiebre amarilla se expandió a nuevas áreas, causando brotes graves con alta mortalidad. La estrategia respondió al incremento y/o persistencia de casos reportados en los departamentos de Tolima, Putumayo, Meta, Caldas, Cauca y Guaviare. La fiebre amarilla es una enfermedad viral grave transmitida por mosquitos infectados, que puede causar fiebre, dolores musculares, vómito, ictericia (piel y mucosas amarillas) e incluso predisposición a sangrar con facilidad. No existe un tratamiento específico, por lo que la prevención – a través de la vacunación, el uso de repelente, la eliminación de criaderos de mosquitos – y acudir al centro de salud en las fases iniciales de la enfermedad son fundamentales para proteger la vida.
El trabajo articulado involucró al Ministerio de Salud y Protección Social, el Instituto Nacional de Salud (INS), el Instituto Nacional de Alimentos y Medicamentos (INVIMA), el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Parques Nacionales Naturales, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, las Secretarías de Salud Departamentales y Municipales, las Corporaciones Autonómas Regionales (CAR), entre otras entidades. La presencia y contribución de la OPS/OMS aportó en la contención de la transmisión de la enfermedad, contribuyó a la preparación de los territorios y a dejar capacidades básicas instaladas para futuras situaciones de emergencia en salud.
Inmunización permanente y oportuna
Se realizó la adquisición de 1,3 millones de dosis de vacunas adicionales a las programadas por el fondo rotatorio, así como la entrega oportuna de donaciones de equipos de cadena de frío y de insumos logísticos para el Programa Ampliados de Vacunación (PAI), lo que contribuyó a aumentar las coberturas de vacunación y a controlar el brote. Lo anterior se cumplió con la movilización de recursos, tras la identificación temprana del déficit de dosis de vacunas disponibles en el país, de los desafíos en la cadena logística de vacunación y de los recursos necesarios para desplegar la campaña de la vacunación. Asimismo, la capacitación y entrenamiento de vacunadores y epidemiólogos en las investigaciones de campo y a los gestores en procesos de farmacovigilancia permitió instalar los procesos necesarios para identificar y validar los Eventos Adversos Supuestamente Atribuibles a la Vacunación (ESAVI).
Vigilancia comunitaria y epidemiológica
La OPS brindó apoyo técnico al fortalecimiento de la vigilancia comunitaria y epidemiológica, potenciando las capacidades locales para la detección temprana de señales de alerta. Se acompañó en territorio el desarrollo de un proceso intensivo de formación con agentes comunitarios, gestores y vigías, orientado a mejorar la identificación oportuna de señales en la comunidad. Desde vigilancia en salud pública, el acompañamiento técnico incluyó el fortalecimiento del sistema de alerta temprana, el soporte a las investigaciones de casos y brotes, y el análisis integrado de información, incluyendo la vigilancia de epizootias como componente clave para anticipar riesgos. Este trabajo coordinado entre autoridades nacionales, locales, equipos comunitarios y la OPS reafirma el compromiso de seguir apoyando una respuesta rápida, articulada y basada en evidencia para proteger la salud de las poblaciones en riesgo.
Vigilancia en laboratorio
Asimismo, la OPS/OPM desde su cooperación técnica en el laboratorio, ha apoyado la respuesta al brote de fiebre amarilla mediante el suministro oportuno de insumos y reactivos que han garantizado la continuidad del diagnóstico molecular y la adecuada gestión de muestras. De manera complementaria, se han fortalecido la vigilancia de epizootias y las capacidades en entomología en particular captura y taxonomía del vector junto con la implementación de actividades de entomovirología, lo que ha permitido generar evidencia sobre el vector involucrado y apoyar la evaluación del riesgo durante la respuesta.
Control de vectores
En articulación con el Ministerio de Salud y Protección Social y el Instituto Nacional de Salud (INS), se desarrollaron 9 talleres de capacitación de Manejo Integrado de Vectores, Entomología, Control y Equipos de aplicación de insecticidas. En estos espacios se fortalecieron las capacidades de 314 funcionarios del Programa de Enfermedades Transmitidas por Vectores ETV/Zoonosis y Entomología/Laboratorio de Diagnóstico y Salud Pública de las Secretarías Departamentales de Salud de Amazonas, Arauca, Norte de Santander, Valle del Cauca, Cauca, Guaviare, Caquetá, Casanare y Guainía. El taller tuvo gran acogida por el personal técnico operativo del Programa de ETV de los departamentos, al ofrecer una capacitación personalizada y en terreno, que los fortaleció en intervención y control en respuesta a brotes o epidemias de ETV en sus territorios.
El componente de control vectorial y manejo de equipos y máquinas de aplicación de insecticidas fue fundamental para estandarizar métodos de calibración y aplicación, identificar los ingredientes activos, las formulaciones y toxicidad de los productos, tener claridad sobre las medidas de seguridad para la prevención de riesgos, optimizar el almacenamiento de insumos y realizar de forma regular el mantenimiento preventivo de los equipos.
Gestión intersectorial
Colombia fortaleció la gestión intersectorial para la vigilancia y respuesta a la fiebre amarilla mediante el trabajo conjunto entre las entidades de Gobierno nacional, entidades departamentales y municipales, con apoyo técnico de la OPS/OMS. Este esfuerzo permitió mejorar las capacidades para la detección y reporte oportuno de epizootias en primates no humanos (PNH), así como para la comunicación del riesgo y participación comunitaria en territorios priorizados. Como resultado, se avanzó en la elaboración de la Guía Nacional de Vigilancia de Epizootias en PNH, construida de manera colaborativa por autoridades sanitarias y ambientales. Este instrumento deja capacidad instalada para futuras emergencias zoonóticas y consolida la integración del enfoque de ‘Una Sola Salud’ en la protección de la salud humana, animal y ambiental en el país.
Comunicación de riesgo y participación comunitaria
La OPS/OMS fortaleció la comunicación de riesgo y la participación comunitaria como un componente esencial para la salud pública que contribuye a proteger vidas. Con el propósito de unificar mensajes sobre prevención, se diseñó y distribuyó una colección de materiales informativos, al tiempo que se capacitó a 526 trabajadores de la salud en el sur del Tolima, permitiendo gestionar los temores frente a medidas como la vacunación a partir de la escucha activa y un adecuado acompañamiento. Paralelamente, se implementó la escucha social para identificar rumores y dar a conocer información verificada que permitiera a la población tomar decisiones informadas. Esta labor se complementó con formación a periodistas regionales, incluida la radio deportiva, para mejorar la calidad de la información difundida.
La movilización social fue otro aspecto central. Se activó la Red de Vigías de la Salud, con 500 líderes formados presencialmente y más de 6.000 conectados virtualmente, con herramientas de comunicación clara. En zonas campesinas se identificaron barreras y motivadores frente a la vacunación y se emplearon metodologías participativas como ejercicios teatrales y de radio-diálogo para desarrollar una novela gráfica que explica la fiebre amarilla desde las narrativas y referencias culturales de la comunidad. Para asegurar una amplia cobertura territorial, se desplegó una estrategia multicanal que incluyó una campaña radial en 37 emisoras, perifoneo diario en los 10 municipios más afectados y muralismo social en Ataco y Cunday, dejando mensajes visuales permanentes que recuerdan que “Tu salud es tu poder”.
Manejo clínico
En el manejo integral de casos, la OPS/OMS apoyó al Ministerio de Salud y Protección Social en la socialización e implementación del Lineamiento técnico actualizado para el manejo clínico. Con este propósito se apoyó en la formación de cuatro facilitadores nacionales en manejo clínico de fiebre amarilla, con quienes se ha venido replicando la formación a especialistas de los establecimientos de salud de referencia para casos graves. Se desarrolló una caja de herramientas para personal de primer nivel y otra para equipos básicos de salud, de manera que puedan capacitarse y apoyar la aplicación del lineamiento en los establecimientos de salud priorizados. Se apoyó la formación mediante un webinario virtual para el procedimiento de necropsia, toma y envío de muestras para la confirmación de casos post mortem y está en desarrollo el curso virtual de fiebre amarilla. Dada la situación de orden público en los municipios de mayor riesgo, y las situaciones contra la Misión Médica, también se apoyó en la formación de personal, lográndose la capacitación de 1.459 profesionales en “Misión Médica” y la entrega de emblemas para 10 establecimientos de salud y 300 petos para identificación de personal en campo.
