Tras un aumento del 29% en casos graves en el sur durante 2025 y el inicio del invierno en el norte, la OPS hace un llamado a reforzar la preparación para reducir el impacto de los virus respiratorios.
Washington, D.C., 8 de diciembre de 2025 (OPS)– La Organización Panamericana de la Salud (OPS) llamó a los países de la Región de las Américas a ajustar sus planes de preparación y organización de los servicios de salud ante el avance de la temporada de mayor circulación de influenza y otros virus respiratorios en el hemisferio norte.
En una alerta epidemiológica emitida recientemente, la Organización destacó que la combinación de vacunación, vigilancia, preparación hospitalaria, acceso oportuno al diagnóstico y al tratamiento, y medidas preventivas personales será clave para reducir la carga de enfermedad, proteger a las poblaciones más vulnerables y evitar una posible sobrecarga de los sistemas sanitarios.
Según los datos reportados hasta finales de noviembre, la actividad de influenza continúa en ascenso a nivel global, especialmente debido a virus de tipo A. En las Américas, aunque los niveles siguen siendo bajos, se registra un incremento sostenido, especialmente en América del Norte.
En el Caribe y Centroamérica, predomina el virus influenza A(H1N1)pdm09, mientras que en Canadá y Estados Unidos se observa una mayor presencia del subtipo A(H3N2), incluido un crecimiento progresivo del subclado K, ya detectado ampliamente en Europa y Asia. Aunque aún no se ha identificado mayor señal de gravedad en estos países, las temporadas dominadas por A(H3N2) suelen afectar más a las personas mayores.
La evidencia preliminar sugiere que la vacuna actual mantiene niveles de protección similares a temporadas previas, especialmente para prevenir casos graves y hospitalizaciones.
Cierre de la temporada 2025 en el hemisferio sur
El hemisferio sur finalizó la temporada con un aumento del 29% en casos graves de infección respiratoria aguda grave reportados comparado con 2024. El virus sincicial respiratorio (VSR) afectó de manera destacada a lactantes menores de seis meses, mientras que la influenza afectó principalmente a personas mayores.
La circulación de influenza estuvo inicialmente dominada por A(H1N1)pdm09 y luego por A(H3N2), sin evidencia de mayor gravedad. Hasta principios de noviembre, el subclado K no había sido detectado en Sudamérica.
El VSR empezó a circular antes de lo habitual y alcanzó niveles superiores a 2023 y 2024, especialmente en algunos países de América del Sur. En cuanto al SARS-CoV-2, la detección fue mayor a inicios de año, con predominio posterior de la variante XFG, sin indicios de gravedad.
Un estudio realizado en ocho países del hemisferio sur mostró que la vacuna utilizada en 2025 brindó una protección moderada frente a hospitalizaciones por influenza A y una protección más alta frente a influenza B.
Recomendaciones de la OPS
La OPS pidió a los países fortalecer la vigilancia de influenza, VSR y SARS-CoV-2, así como asegurar el reporte continuo de datos y mantener el envío regular de muestras para secuenciación, a fin de detectar oportunamente variantes que puedan modificar la transmisión o gravedad de los virus.
La Organización recordó que los eventos respiratorios inusuales —como casos graves sin causa identificada o brotes fuera del período de circulación previsto— deben investigarse y comunicarse rápidamente conforme al Reglamento Sanitario Internacional.
La OPS también recomendó revisar y actualizar en caso de ser necesario las guías nacionales de manejo clínico, reforzar el acceso a diagnóstico temprano y asegurar la disponibilidad de antivirales para personas con mayor riesgo de complicaciones.
Según la alerta epidemiológica, los servicios de salud deben prepararse para un posible aumento de hospitalizaciones durante los meses de invierno, cuando coincide la circulación de múltiples virus respiratorios.
La Organización reiteró la importancia de la vacunación contra influenza, COVID-19 y VSR, especialmente para adultos mayores, personas con enfermedades crónicas, mujeres embarazadas, niños pequeños y trabajadores de la salud.
La vacunación durante el embarazo y el uso de anticuerpos monoclonales en recién nacidos han demostrado reducir significativamente el riesgo de enfermedad grave por VSR. Para COVID-19, se recomienda que los grupos prioritarios reciban refuerzos cada seis a doce meses.
Acciones simples como el lavado de manos, la etiqueta respiratoria y quedarse en casa ante la presencia de fiebre o síntomas siguen siendo fundamentales para limitar la transmisión.
