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Clamidiasis

La infección por la bacteria Chlamydia trachomatis es la infección de transmisión sexual (ITS) bacteriana más frecuente en todo el mundo, y se da con mayor frecuencia en adultos jóvenes sexualmente activos. La prevalencia más alta de infecciones por clamidias en el sexo femenino se da en el grupo etario de 15 a 19 años, seguido del de 20 a 24 años.

La Clamidiasis se transmite al tener relaciones sexuales vaginales, anales u orales sin protección con una persona con infección por C. trachomatis, o bien de madre a hijo durante el parto.

La infección por C. trachomatis causa cervicitis en las mujeres y uretritis en los hombres, así como infecciones extragenitales, como las rectales u orofaríngeas. La infección por clamidias no tratada puede causar complicaciones graves en la salud reproductiva de las mujeres, como la infertilidad. La infección materna se asocia resultados adversos graves en los recién nacidos. El diagnóstico de la Clamidiasis se basa generalmente en los análisis de laboratorio, y la infección no complicada puede curarse fácilmente con antibióticos y generalmente se resuelve en días o semanas.

El linfogranuloma venéreo (LGV) es una enfermedad que consiste en una úlcera genital que afecta el tejido linfático y es causada por la cepa (serovariedad) más invasora de C. trachomatis. El LVG tiene una prevalencia cada vez mayor en los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (HSH) en algunos entornos.

Se ha observado que las ITS no ulcerosas, como la gonorrea, la infección por clamidias y la tricomoniasis, aumentan la transmisión de las ITS, incluida la transmisión y la infección por el VIH. Además, un 10-40% de las personas con infección por gonorrea presentan también una infección por clamidias.

La infección por clamidias no complicada puede curarse fácilmente con antibióticos y generalmente se resuelve en días o semanas. Aproximadamente 70% de las mujeres y 50% de los hombres no muestran ningún síntoma de las infecciones genitales debidas a clamidias.

Respuesta de la OPS
  • La respuesta mundial a las ITS sigue actualmente las directrices de la Estrategia mundial del sector de la salud sobre las infecciones de transmisión sexual, 2016-2021
  • En el Plan de acción para la prevención y el control de la infección por el VIH y las infecciones de transmisión sexual 2016-2021 se describen las líneas estratégicas de acción que deben aplicar tanto los Estados Miembros como la Oficina Sanitaria Panamericana para mejorar y ampliar la prevención y el control de la infección por el VIH y las ITS en la Región de las Américas.
  • En el 2016, la OMS hizo públicas las Directrices para el tratamiento de Chlamydia trachomatis (en inglés), que proporcionan recomendaciones actualizadas sobre el tratamiento de las infecciones comunes causadas por Chlamydia trachomatis basadas en la evidencia más reciente disponible.

Información detallada


Se puede contraer la infección por clamidias por las relaciones sexuales vaginales, anales u orales sin protección con alguien que tenga esa infección. Una persona puede contraer de nuevo una infección por clamidias incluso si ya la tenido en el pasado y recibió tratamiento. También puede transmitirse de madre a hijo durante el parto. No es necesario que haya habido sexo con penetración para la transmisión de la Clamidiasis. El contacto genital de piel con piel es un mecanismo claramente establecido de propagación de la clamidia, como lo es también el contacto con los ojos de líquido vaginal o semen infectado.

El uso correcto y uniforme de preservativos reduce significativamente el riesgo de infección durante el contacto sexual anal, vaginal u oral. Por lo que respecta a los recién nacidos, en las Guías para el tratamiento de las infecciones de transmisión sexual de la OMS se recomienda la profilaxis ocular tópica para la prevención de la oftalmía neonatal gonocócica y por clamidias (infección ocular) en todos los recién nacidos.

Aproximadamente un 70% de las mujeres y un 50% de los hombres no muestran síntomas. Si aparecen síntomas de la infección por clamidias, estos pueden adoptar diferentes formas. Las mujeres pueden notar una secreción vaginal irregular, dolor o sensación de quemazón al orinar, o pueden tener un sangrado después de la relación sexual y entre los periodos menstruales. En los varones puede haber una secreción del pene, dolor o sensación de quemazón al orinar y, a veces, dolor testicular.

Si no se tratan, la mayoría de las infecciones genitales por clamidias se resuelven de manera espontánea sin causar problemas de salud, pero una infección por clamidias no tratada puede causar complicaciones graves, en especial en las mujeres jóvenes, como inflamación de las trompas de Falopio (tubo que transporta el óvulo del ovario al útero). Esto puede causar una enfermedad pélvica inflamatoria (EPI). La EPI puede provocar un embarazo ectópico (embarazo fuera del útero) e incapacidad para tener hijos.

En los hombres los problemas de salud son menos frecuentes, pero el más común es la inflamación del conducto en el que se almacena y se transporta el semen. En casos raros, esto puede conducir a una incapacidad para tener hijos.

El riesgo de padecer complicaciones puede aumentar con las infecciones reiteradas. También son frecuentes las infecciones en zonas no genitales. La infección rectal puede causar síntomas de secreción rectal, dolor rectal o presencia de sangre en las heces, si bien, en la mayoría de los casos, no hay síntomas. Las infecciones faríngeas pueden producir síntomas como hinchazón en la pared posterior de la garganta y faringitis leve, pero es raro que haya síntomas.

La infección por clamidias en el embarazo se asocia a prematuridad y peso bajo al nacer. Los hijos de madres con infección por clamidias pueden contraer la infección en el parto, lo que puede causar una infección ocular o una neumonía en el recién nacido.

Para el diagnóstico de la infección por clamidias son necesarios análisis de laboratorio. Las pruebas pueden hacerse con el empleo de muchos tipos de muestras distintos, como las de orina o las obtenidas de la vagina con un hisopo de algodón. Sin embargo, dado que en muchos países no se dispone de pruebas diagnósticas de laboratorio, un profesional de la salud cualificado podrá brindarle tratamiento sobre la base de la presencia de síntomas como los de secreción vaginal y uretral. Se han producido avances importantes en el diagnóstico de la gonorrea, como las pruebas de diagnóstico molecular rápidas, algunas de las cuales se combinan con pruebas de detección de las clamidias.

La infección por clamidias puede curarse casi siempre por completo con antibióticos y, generalmente, se resuelve en cuestión de días o semanas. Puede consultarse una información detallada sobre el tratamiento recomendado en las Directrices de la OMS para el tratamiento de Chlamydia trachomatis (en inglés).

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